CAPÍTULO 5

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LA CENA


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DIANA AYLEEN

Me desperté con mucha más energía y a pesar de lo sucedido anoche con Jessica, me siento como nueva, así que decidí ayudar a Daisy, la encargada del castillo, en el almuerzo de hoy. Amaba con toda mi alma cocinar, seguir recetas y echar la medida gusta, me sentía en pleno control. 

—¿Ha visto a Amina?—Le pregunto mientras rebano una zanahoria. —No la encuentro por ningún lado, quiero salir al bosque o algo, estoy aburrida.

Ella niega, tranquila. 

—Amina es así, aparece y desaparece— Comenta divertida. —Hace décadas que no tiene una Luna que cuidar, ahora es segundo al mando, se encarga de la elite de la manada—Ella frunce el ceño— Pensándolo bien, me falta una de las chicas. 

Levanta su mirada clara hacia las dos chicas que preparaban la comida con nosotras, ellas eran licántropas omegas, de cuerpos delgados y facciones delicadas. 

—¿Dónde está Chloé, Adela?—Le pregunta Daisy a una de ellas.

Una castaña, de unos ojos miel bonitos voltea vernos. 

—En la habitación de la guardiana Belanger—Respondió a secas. Daisy enrojeció. 

—¡Diosa! ¡Otra vez! ¡Esta mujer me va a oír!— Suelta la cuchara de madera con brusquedad.—Iré a buscarla, señorita Diana, o si no, no la suelta hasta la hora de la cena. 

Sale de la cocina con rapidez, y eso me hizo gracia. Me concentré en picar las verduras, pero la noche anterior recorría mi mente, e inconscientemente llevo mi mirada a mi muñeca, esperando ver la marca de sus colmillos ahí, pero fruncí el ceño con confusión al ver que ya había sanado.

—Se llama Diana—Escuche susurrar. 

Me enfoqué en las chicas, a la otra esquina de la gran isla. 

—Le dieron la habitación de la señorita Giselle— Exclama con indignación la pelinegra al lado de Adela. —La alfa suprema salió anoche de ahí.

—¿Qué crees que hacía ahí?—Pregunta la castaña. 

—Ay, por favor ¿Hablar de negocios, Adela?—Dice la otra. — Hizo lo mismo que hacía con la señorita Giselle, para eso es esa habitación.

Apreté el mango del cuchillo con fuerza, y un nudo de asco se instaló en mi garganta.

—No compares a Giselle con esa, Lou—Espetó Adela. —Además ella ya no esta, la alfa ya no la quiere… Si, ya sé que puede encontrar a otra mujer, pero no esa humana, por favor. La alfa tiene buen gusto. Seguro sintió lástima por ella, oí que no tiene familia... es una huérfana.

Enderece mi postura, sintiendo como mi corazón latía acelerado. Tense el cuchillo, y solo opte por ignorarlas.

Solo serán unos meses.

Solo serán unos meses.

Doy media vuelta en mis talones bruscamente para ir a lavar el cuchillo, pero no me fijé bien y choque contra algo. 

—Casi me apuñalas con eso—Suelta Amina con una sonrisa.

Le doy una mirada con detenimiento, por lo visto, pudo escapar de Daisy, porque se puso lo mismo pantalón de ayer. 

Black Onyx [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora