Black Onyx [1]

EL FINAL

──•─────── ) ● ( ────────•──

SENTIMIENTOS ENCONTRADOS

──•─────── ) ● ( ────────•──

DIANA AYLEEN

4 am

Había oído hablar en un sermón de una iglesia que ya no recuerdo su nombre que la inocencia era lo que muchos querían poseer, destruir, amar porque era lo más cerca que estarás de ese ser divino.

Los niños son la fuente de la inocencia pura que los humanos agotamos en unos pocos años. Pero ¿Cuándo dejas de ser inocente?, ¿Qué es realmente la inocencia? Quiero que alguien me explique sin tener como fuente la basura de internet.

Quiero una respuesta profunda y filosófica que responda todas mis dudas. Porqué la verdad no entiendo como carajos sigo con vida en este apestado y malévolo mundo.

La muerte.

Se que tengo un contrato con la mismísima muerte, que me permite revivir las veces que mi corazón deja de latir. Yo y ella éramos enemigas y compañeras fieles. Ya no sabía cuántas veces nos hemos vistos enfrentadas cara a cara. Pero... si rompía las reglas, si estoy aquí, viva y recordando cada persona, olor, lugar de esa vida que considero pasada, ¿Eso tiene algún precio?

Mis ojos.

Acaricie el borde de ellos con mis dedos, viendo aquellos dos colores frente al espejo de la habitación de Jessica. Rojo y negro. No sentía diferencia en mi cuerpo, mi cerebro funcionaba tal cual Diana Ayleen.

¿Ese era el precio? ¿Un cambio superficial? ¿Era la muerte realmente una ilusión?

Jessica me rodea con sus brazos en mis costillas, acurrucando su cabeza en el hueco de mi cuello. Me miró por el reflejo, y yo intente sonreírle, pero esboce una mueca.

—Descansa un momento, bombón— pidió.

Jessica Favre ¿Estoy volviendo a sentir el huracán de emociones que su voz me causaba? Definitivamente, sí. Cada mirada suya, el roce de sus labios en mi piel, lo sentí como la primera vez, una de las sensaciones mas emotivas que sentí por ella volvió de golpe a mi cuerpo y alma.

—Quiero dormir en mi habitación.

Apretó los labios, indecisa.

—No, no—Niego con mi cabeza—Dijimos que no me tratarías diferente.

Accedió a duras penas. Tomé su mano en los pasillos del castillo desolado a estas horas de la madrugada, no despegue mis ojos de ella, debía recordar su rostro otra vez. El camino se me hizo largo, Jessica no soltó mi mano cuando entramos a mi pasillo.

—Te tengo algo—Dijo, frente a mi puerta.

Del bolsillo de su pantalón, sacó una cajita de terciopelo azul. Mi pulso se aceleró y rápidamente mis mejillas enrojecieron sabiendo el contenido de esa caja. Ella esboza una sonrisa divertida ante mi nerviosismo

—¿Te quieres casar conmigo, bombón?— Pregunta.

Abrí mis ojos a mas no poder al ver el monumental anillo de un diamante verde, el mas grande que yo haya visto. Creo que jamas en mi vida voy a tener tanto dinero en un solo dedo como ahora. Levante mi mirada, embobada, aun un poco incredula de lo que ella me habia dado.

—Lo logre ¿Eh? —Jugué con la punta de mis pies, sin poder creerlo—Yo atrapé a Jessica Favre... la soltera más codiciada de la Alianza es toda mía.