CAPÍTULO 35

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FELIZ CUMPLEAÑOS, MELLIZOS BELANGER

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[25 de julio]

Tiempo después...

AMINA BELANGER

Me fije en su pulso tranquilo y sereno, acomodo los pies sin entusiasmo. El celeste cristalino viajo por todo lugar para después centrarse en mí. Zept lanza un golpe débil, que esquivo con facilidad. No tenia ganas de nada, tuve que sacarlo de la cama a jalones, le faltaba su motivación, creo que a todos nos hace falta ese detonante infalible, pelirrojo y molestoso.

Seguimos con las miradas que daban pelea entre sí, levanto sus delgados brazos de adolescente e intento otra vez, fallando.

—Vamos, mocoso, peleas como tu madre— le murmure.

Eso lo incita a golpear más fuerte y con precisión, esta vez, logro tocar mi cuerpo por una fracción de segundo. Pero no fue lo suficientemente rápido, y lo estampe contra el suelo, sostuve su brazo inmovilizándolo, mientras que esperaba que aplicara la técnica que ensayamos toda la mañana. Doy un largo resoplido, viendo tirado sin hacer nada.

Oigo un gruñido molesto, y esas inaudibles palabras que conjuraban comenzaron a causar efecto: Mis pies dejaron el piso unos centímetros por una fuerza mayor.

—Los híbridos puede bloquear con facilidad la magia de defensa, no seas estúpido— Deje de levitar abruptamente, tire de su brazo violentamente logrando que soltara un quejido de dolor.

Ya me estaba hartando su falta de cooperación con esta causa.

—Canaliza tu frustración en otro ser natural, yo ya me aburrí de ser tu saco de lágrimas y golpes— Modula apenas.

Rodé los ojos.

—Bla, bla. ¿Qué brujo no puede desbloquear una llave aturdidora? Uno patético que morirá en la guerra.

Murmura un hechizo con rapidez para que yo no lo evitara. Mas intenso que el anterior. Me empuja hacia la pared sin mover un musculo, sentí leves cosquilleos en la espalda, sé que lo hizo débil a propósito. El niño se levanta de suelo, tronando sus nudillos, y limpia su sangre con la manga. Torció su sonrisa al ver la distancia de su conjuro.

—Progreso, ¡Gracias, Diosa mía! —Alcé mis brazos al techo. Suelta un par de carcajadas sarcásticas. —¿Eso es todo lo que tienes? Hoy dormiré como un bebé.

Levanta ambas manos hacia el cielo, y sonríe con burla—Apenas estoy comenzando, anciana.

Baje mis hombros, y con toda molestia junte mis cejas. ¿Ah, anciana? Ya me enojé.

Las puertas se sacudieron con furia distrayéndome del mocoso engreído, sus aullidos llenaban el circulo, proclamando que ya era la hora de salir. Viaje con la mirada hasta él, Zept asiente lentamente, sin miedo. Mire hacia el tercer piso de la octágono de pelea, y me tope con los ojos híbridos de Jessica y Liayh, ellas también afirman con un movimiento de cabeza.

Suspire, ya no podía impedirlo. —Si le dices a tu mamá de esto, te matamos antes que ella a nosotras.

El olor a sangre de luna se impregno por el aire de las ventilas, dándole una neblina roja al ambiente. Eso los enfureció más, y un súbito ruido se oyó en sus jaulas de contención.

Black Onyx [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora