──•─────── ) ● ( ────────•──
LA DIRECCIÓN
──•─────── ) ● ( ────────•──
DIANA AYLEEN
Cuando bajamos, Amina y Zept jugaban póker en la mesa junto a los ancianos. Sonreí divertida ante esa escena, Zept sostenía su mochila, mientras que Amina guardaba cada billete de la bandeja de apuestas, y los hombres los miraban con un odio profundo.
Jessica terminó de hablar por teléfono con Atlas y les hizo una señal para irnos. Los cuatro caminamos hacia la recepción, y Rosario nos esperaba con una bélica mirada, analizándonos de pies a cabeza.
Jessica toca la campanilla de la barra, y sonríe.
—Limpieza en el departamento 20 — Exclama con burla, ganándose una mirada de advertencia de ambas.
Rosario me mira, casi enojada, pero se mantuvo en silencio. Vi como ojeo a Zept con mucha atención, y no me gustó para nada, así que tomé la mano del niño y lo cubrí con mi cuerpo, exactamente como lo hizo con su esposo.
—Cuidado, Diana, lo que sostiene en tu mano puede ser tu perdición —Brama.
Zept es muy famoso en la comunidad de brujos, y muchos han intentado acabar con él. Dicen que su poder se intensifica con cada luna llena, y lo ven como una amenaza a la naturaleza, una abominación. No es una perdición, es una salvación. Y yo me encargare de demostrárselos.
—Como ves, ahora Zept Regnaul no está solo ni desprotegido—Le dije— Corre la voz, Rosario: Nadie le hará daño a mi hijo.
Sujete a Zept con más fuerza y salimos, con Amina y Jessica siguiéndonos a pocos metros. El pequeño me miraba estático, tan pálido como la hoja de papel y nos detuvimos a pocos centímetros de auto. Las chicas entendieron que era nuestro momento y ellas subieron a esperarnos en el auto.
—¿Fue muy precipitado? —Trate de esbozar una sonrisa, pero salía una mueca de vergüenza.
Él baja la mirada a sus zapatos, y da un largo suspiro.
—No—Respondió tan bajo que casi ni lo oí.
Me puse a su altura, y levanté su mentón.
—Jamás bajes la cabeza, eso no es digno de un gran brujo como tú, ni en la derrota o la victoria ¿Oíste? —asiente —Eres mi hijo, Zept, y yo soy tu madre, recuerda eso siempre.
Mi pecho se oprimió al ver sus ojitos cristalizarse, enrollo sus manitas en mi cuello y me abrazo, sentí sus lágrimas deslizarse en mis hombros desnudos. Ahora yo iba a llorar. Era el primer abrazo que recibía de un niño, y que mi cuerpo no se pusiera a la defensiva. Me sentía normal, y tan querida. El momento se fue a la mierda cuando la bocina de auto sonó tres veces seguida. Puse los ojos en blanco al saber que era Jessica quien hacía ese escándalo.
—Vamos. Antes de que reviente ese volante—Le dije a Zept, él seco sus lágrimas con su chaqueta y ríe, chocamos puños y la bocina volvió a sonar —¡Ya vamos!
Viajamos en silencio, pero uno bastante agradable. Amina y Zept comenzaron a discutir sobre la cantidad de billetes que le tocaba a cada uno. Y yo saque del bolso, la carta. Unos escalofríos en mi mano me pidieron no volver a abrir esa carta, que no leyera esas frases que tengo grabadas en mi memoria. Entonces, solo la di vuelta, en el reverso esta la información que necesitábamos.
Número: 75××××××
Dirección: Mont Des mes de Lumière, 48° 51' 12' N, 666°8'3 ' 33'
Busqué en el mapa de mi celular, pero no aparecía. Le pregunté a Jessica y Amina, tampoco tenían ni la menor idea. ¿Y si no existe?
ESTÁS LEYENDO
Black Onyx [1]
Fiksi RemajaLa piedra de onyx negro te brinda protección de todos los males, quien la posea debe ser una alma pura e inocente. como Diana Ayleen, una chica que aspira a ser la mejor versión de ella y que lucha constantemente con esos pensamientos endemoniados ¿...