¿𝑪𝒖𝒍𝒕𝒊𝒗𝒂𝒅𝒐𝒓? [𝑾𝒂𝒏𝒈𝑿𝒊𝒂𝒏/𝑿𝒊𝒂𝒏𝑾𝒂𝒏𝒈]

XII

Caminando por los pasillos del Reino Inmundo, Nie Huaisang se abanicaba tranquilamente mientras trataba de pensar cómo debería de vestir para la llegada del representante. Por un lado, su hermano le indicó, casi ordenó, que debía de vestir con sus túnicas que le distinguían como un miembro del clan; y, por otro lado, él quería usar las túnicas nuevas que había conseguido ese día en su regreso de Yunmeng.

Como sea, tendré toda la noche para pensar en eso, al fin y al cabo, el representante llega hasta mañana. Y continuó echando aire a su rostro con el objeto entre sus manos.

Rememoró su despedida con el heredero de la secta y cómo este corrió antes de que se fueran. Así como también, el mayor alzó las manos y le entregó un abanico con un paisaje que habían visto juntos con anterioridad.

Conmovido por el recuerdo, continuó con su camino hacia el salón en el que se encontraba su hermano mayor y su padre.

—Da-ge, A-Die—Saludó una vez que llegó al lugar.

—A-Sang, hijo mío—Saludó de vuelta su padre sin despegar la vista de la hoja que tenía en sus manos.

—Huaisang, ¿por qué no llevas puestas las túnicas del clan? —Gruñó su hermano mayor, Nie Mingjue, viendo las ropas vestía su hermano menor.

Ante esto, Huaisang rio nervioso, esperando poder salvarse del regaño de su querido Da-ge.

—Porque...—Tratando de crear una buena excusa, miró a su alrededor, viendo así el montón de hojas que había en el escritorio de su padre, recordando el día que era y rezando porque sus matemáticas no le fallaran se atrevió a decir—El representante... ¿Llega hasta mañana y no es necesario que las use desde hoy?

— Huaisang, el representante llega hoy—Sentenció su padre antes de regresar su atención a las hojas en sus manos.

Se puso pálido y miró a su hermano, buscando que este le confirmara o le negara esto, para su desgracia, su hermano le confirmó con un movimiento de cabeza.

Salió corriendo del lugar e inmediatamente se dirigió a su habitación, lamentándose de no haber llegado antes a la tienda y comprar aquellas túnicas con las que salía un joven peinado con una coleta y que aparentaba su misma edad. De no ser por eso, no tendría que escoger entre dos atuendos.

Escoger entre su gusto y no ser regañado por su hermano.

Debí llegar antes, así al menos podría desobedecer con gusto a Da-ge sin dudar. Continuó con su lamento mental y su carrera hacia su habitación.

Mientras tanto, en GusuLan, todo aparentaba estar en paz, tranquilidad y armonía. Un ambiente tan perfecto como solo los terrenos de la secta Lan podían ser.

Y normalmente sería así pero no era un día normal. Para nada.

Y todos los discípulos podrían afirmar el hecho.