Especial 14 de febrero

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Caminando por las calles de la capital del imperio, Xi'an, Xiao Wuxian caminaba de un local a otro en busca de algo en específico, o tal vez no tan específicamente pero buscaba algo, eso era lo principal.

—¡Ji Xing! —Harto de no encontrar algo que le terminara de convencer, llamó a su doncella— No encuentro el regalo perfecto para Lan Zhan.

—Si me permite—Tomó el riesgo de proponer lo siguiente, solo esperaba no arrepentirse de haberlo sugerido— ¿por qué no le regala algo que haya hecho usted mismo?

Como si se le hubiera iluminado el camino, exclamó—¡Tienes razón! Hacer un regalo para Lan Zhan no debería de ser complicado para el Patriarca Yiling, el Emperador dragón.

Emocionado, corrió de regreso al palacio, llevando consigo a su doncella.

Dioses, ¿en qué me metí? Resignada, se dejó guiar por el revoltoso esperador.

—Excelencia, ¿qué planea hacer? ¿Cocinar? —Nuevamente, se arrepentía de no pensar antes de hablar—Recuerde que hace bastante no se le permite estar en la cocina, aunque sea el emperador.

—Ah.

Sin saber qué otra cosa podía hacer para su amado, que no hubiera hecho ya, caminó en círculos, caminó y caminó, tenía la esperanza de que al hacer esto su cerebro fuera iluminado por arte de magia.

Y así sucedió, su cerebro recibió un pequeño rayo de luz que pronto se convirtió en una cascada de posibles regalos para su amado.

—Ji Xing, no debería ser un problema que entre a la cocina si es contigo, ¿verdad? —Insinuó tranquilamente con una sonrisa, aparentemente, inocente.

—Tendría que preguntar con las jefas de cocina—Esperando que con eso desistiera de su misión, habló nuevamente—Probablemente accedan si deja que una de ellas se una.

Si el punto anterior no había hecho que desistiera, el último debió de bajar sus ánimos. Para nadie dentro del palacio era un secreto que el emperador temía de las jefas de cocina, especialmente cuando estaban enojadas, que era al menos la mitad del día y a veces, eran tres cuartas partes. Así que feliz de que evitaría otra catástrofe, se encaminó hacia uno de los jardines. Sin embargo, grande fue su sorpresa al ver que su joven maestro caminaba a paso seguro hacia la cocina.

Al notar que su doncella no le seguía, volteó a verla para indicarle que le siguiera, pero notó la expresión de incredulidad en el rostro de la chica y fingió indignación y tristeza— A-Xing, ¿tan poco confiable es este emperador? —Limpió las lágrimas imaginarias en su rostro y habló nuevamente, fingiendo el llanto— A-Xing, rompes el corazón de este pobre e indigno emperador, tal vez, debería dejar el cargo porque la malvada A-Xing no confía en mi.

Acostumbrada a este tipo de escenas, caminó y pasó por su lado sin prestarle atención. En cambio, volteó a mirarlo y preguntó —¿No va a venir?

Dejó de lado su falsa tristeza y caminó al lado de su doncella.

—¿Qué vamos a preparar para su alteza? — Entraron a la cocina, siendo recibidos por dos de las jefas del lugar.

—Xiānhuā bǐng

—Xiānhuā bǐng

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¿𝑪𝒖𝒍𝒕𝒊𝒗𝒂𝒅𝒐𝒓? [𝑾𝒂𝒏𝒈𝑿𝒊𝒂𝒏/𝑿𝒊𝒂𝒏𝑾𝒂𝒏𝒈]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora