XXIX

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[4 meses después]

En el Muelle del Loto, dos jóvenes corrían detrás de un muchacho revoltoso que llevaba consigo tres espadas, la suya y las otras dos pertenecían a los muchachos que iban detrás suyo. El de ojos grises corría animadamente evitando chocar con las personas mientras comenzaba a sacarles gran ventaja a los otros dos que lucían un poco cansados para ese punto.

—Jiang Cheng, pavo real, parecen cansados. —Se burló Xiao Ying agitando a las espadas de los contrarios. —¿Están seguros de que pueden seguirme el ritmo?

Jiang Cheng estaba acostumbrado a los duros entrenamientos impuestos por su madre y también a correr detrás de este supuesto Representante Imperial en los últimos meses, pero ese día ya llevaban un nuevo récord corriendo detrás de esta persona. Normalmente solo eran un par de horas lo que solía correr para alcanzarlo, pero ese día ya llevaban unas cinco horas y no parecía tener aspecto de detenerse pronto.

Jin Zixuan, por su parte, solo miraba al más joven mientras maldecía por lo bajo el momento de descuido que tuvo y permitió que el otro pudiera llevarse su espada. A pesar de que aún podía aguantar otro poco, quería alcanzarlo cuanto antes y evitar que se perdieran en el bosque.

—Si te decimos que sí, ¿te detendrás y nos devolverás las espadas? —Preguntó el heredero Jiang corriendo con fuerzas que sacó de los-cielos-saben-dónde.

Xiao Ying los observó por un momento. Los dos parecían a punto de escupir sangre o un pulmón, o los dos en el peor de los casos. —No lo haré, pero puedo bajar la velocidad un poco.

Tras decir eso continuó corriendo con la sonrisa tensa ahora que los otros dos no podían ver su expresión mientras aceleraba el paso y dejaba atrás a los otros dos.

Muy por detrás de los tres, Min Xinyan junto a Ji Xing vigilaban a los tres muchachos, a pesar de que ellas iban caminando no los perdían de vista, al menos hasta que su joven amo aceleró mucho más y Ji Xing tuvo que ir detrás suyo dejando a cargo de cuidar a los otros dos a Min Xinyan.

Min Xinyan solo miró a su mayor correr detrás de su joven amo y suspiró, su condición física no era mala y con facilidad podía alcanzar al par de herederos, solo que no era muy aficionada de tener que correr.

De vuelta con Xiao Ying, el joven corrió de vuelta por un atajo que descubrió en los primeros dos meses de su estancia. No le pregunten cómo es que había encontrado un camino que le llevara de regreso a la residencia de los Jiang, ni él lo sabe.

Lo único que esperaba era que sus amigos no se perdieran tratando de alcanzarlo, aunque confiaba en que Min Xinyan bajo las indicaciones de Ji Xing podría cuidar de ellos dos.

Solo cuando estuvo lejos de ellos, volteo a ver a su doncella principal que ya estaba a su lado.

Él le sonrió, pero no era su típica sonrisa llena de calidez, esta vez solo una sonrisa de disculpa combinada con cierto nerviosismo. Ji Xing no evitó acercarse a consolarlo con un abrazo, como cuando eran más pequeños e ingenuos y se metían en problemas dentro del palacio.

—A-Ying, ya pasó, están a salvo. —Le susurró con calidez envolviendo la figura ligeramente más alta que ella. —Están bien, no les pasó ni un rasguño.

—Xing-jie, creí que los perdería. —Se lamentó contra el pecho de la mayor mientras la abrazaba con fuerza, como esas ocasiones en las que salían de los muros seguros de su hogar y se encontraban con perros. —Creí que los perdería.

A decir verdad, Xiao Ying no había tomado las espadas sin ningún motivo, en realidad lo había hecho con la intención de alejarlos lo más posible del grupo de personas envueltas en negro que los habían estado siguiendo en los últimos días.

¿𝑪𝒖𝒍𝒕𝒊𝒗𝒂𝒅𝒐𝒓? [𝑾𝒂𝒏𝒈𝑿𝒊𝒂𝒏/𝑿𝒊𝒂𝒏𝑾𝒂𝒏𝒈]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora