LETIZIA*****
Terminamos entre todos con el gran pastel y me sentí aliviada, mandé a que llevarán el pastel a la fiesta porque ya era hora de cantarle a Celeste.
Salí de la cocina y camine hacia los jardines del palacio, gire el arete de perla que traía puesto y el auricular cambio de señal con mi equipo de espías.
-Rina a sus órdenes -habló el receptor.
-Aseguren el lugar donde estoy, no quiero entrometidos -avise que si algún extraño ingresaba lo noquearán.
Espere unos minutos, y la persona que pidió hablar conmigo llegó, sonreí.
-Quiero que me hagas un favor -dijo.
-De que se trata -mientras caminaba por el jardín con el acompañándome.
-Mi hijo menor, quiere empezar una empresa en Yeil -ya sabía por dónde iba -podrías ayudarlo con el asesoramiento, conoces el país mejor que nadie.
-Sabes que estuve ausente por un tiempo -dije suspirando -le ayudare como pueda, pero necesito que venga cuando yo lo ordene -advertí.
-De eso no hay problema -dijo sonriendo -eso tu lo sabes bien.
Era cierto su hijo menor también fue entrenado como espía y pertenecía a mi comando de órdenes.
Me despedí de mi amigo y decidí ya no regresar a la fiesta solo causaría que me aburriera, me cambié y salí a montar caballo, silbe y mi caballo negro apareció relinchando de la oscuridad del bosque.
Monte a caballo por una largo tiempo para luego tomar una copa y beber vino mientras miraba la noche, poco después me fui a dormir.Al día siguiente me desperté y me aliste para ahora estar dirigiéndome al comedor real, cuando llegué no había nadie, al parecer todos se despertaron tarde ese día, pero levanté la cabeza al escuchar las puertas abrirse.
-Buenos días -saludaron las personas que ingresaron.
-Buenos días -devolví.
Oh rayos todo se quedó en silencio, Antonio y mis dos hijos estaban sentados, para mi mala suerte al frente. Rogué durante unos largos segundos que alguien entrara por esa puerta y así lo hizo.
Mis dos sobrinos lo hicieron, Celeste al verme entró corriendo, después de hacer la reverencia junto con su hermano.
-Mis padres desayunaran en sus aposentos, por favor comencemos con el desayuno -informo mi sobrino.
Todos empezaron a comer, en completo silencio.
Gire mi mirada a Celeste y cuando vi que iba a agarrar un frasco, golpe su mano, dando un grito por el dolor.
-Por qué hiciste eso -dijo mi sobrina sobándose la mano por el dolor, accidentalmente puse mucha fuerza.
Los invitados del frente tenían puestas sus miradas en mi pero trate de mirar a otro lado.
-Eres tonta -dijo mi sobrino Erick -acaso te olvidas que eres alérgica a las aceitunas.
Celeste abrió los ojos grandes, agarro el frasco y leyó la inscripción.
-Yo lo siento no me di cuenta -bajo la cabeza.
La mire con ternura y sobé su cabeza, alzó la mirada y sonrió.
-Como no puedes conocer lo que te hace daño -preguntó mi hija Ana.
-No es que no lo supiera -hable -solo que le gusta probar todo lo que viene en crema, sin detenerse a leer la etiqueta.
-Claro, la conoces muy bien -y volvió a comer.
-Por supuesto vivimos juntas -respondió alegre Celeste, sin darse cuenta de la situación.
-Celeste -su hermano le cayó.
El desayuno a pesar de la incomodidad término, para dar paso a retirarse los invitados y después Celeste. me quedé con Erick un momento y me contó que su papá les había dicho a los invitados que se quedarán en el castillo.
Ya sabía que la reunión entre los dos estaría más cerca que nunca.
Todo el día no estuve muy ocupada, por qué ahora el trabajo se reducía con Celeste manejando a los espías y la base, solo ayude a mi hermano con algunas movidas de defensa para el reino y le enseñé a mi sobrino sobre estas también, pude ver que estaba listo para convertirse en todo un rey, Celeste también dio algunos aportes, para luego salir a sus clases con su madre.
Tome los papeles que le faltaba a Celeste contemplar sobre las bases, lo termino rápido para tomarme un descanso mientras bebo un té.
-Mi reina Rina -dijo un espía -encontré más información sobre el reino de Yeil.
Leí detalladamente el nuevo informe traído, y pude dar con algunos sospechosos, cosas no cuadraban y todo señalaba a una persona que no conozco, se mantiene muy oculta.
Alguien pensaba hacer daño a mi familia, a mi pueblo y eso no se lo permitiría. Pequeña rata voy a hacer que salgas de tu escondite.
-Rastreen a esta persona -ordené sería -y quiero que me digan cuáles serán sus siguientes movimientos.
Mis espías salieron bien escucharon mis órdenes, baje los papeles a la mesa y tomé un sorbo de mi té mirando hacia la ventana que mostraba el atardecer.
"Los reyes abandonaron a su pueblo, tomemos el poder"
Decía el mensaje que se estaba filtrando en las sombras del reino de Yeil.
Tendré que regresar lo más antes posible y conversar contigo An...
EDWARD******
Caminaba junto a mi antipática hermana Ana, desde el desayuno no cambiaba esa cara de pocos amigos que traía, además que le obligue junto a mi padre de quedarnos unos días más en este reino.-Puedes cambiar esa cara -hable recibiendo una mala mirada por su parte -dejarás una mala impresión de nuestro reino a las personas de este reino.
-Me importa un... -la mire avisándole que no terminara con esa frase, se encogió de hombros.
-Irrespetuosa -me pare, dejándola y caminando en otra dirección.
Estaba dando vueltas por el castillo cuando vi un lugar donde podría hacer ejercicio, decidí que mañana vendría aquí a primera hora.
Y valla había llegado a primera hora, pero no era el único que estaba haciendo ejercicio.
-Buenos días Celeste -salude.
-Primo -dijo como saludo sorprendida de mi llegada -yo ya me iba, puedes entrar.
-Oh, no hay problema -dije viendo que se alistaba para irse.
-Descuida ya termino su entrenamiento -hablo una voz a mi tras.
Gire al escuchar una voz muy conocida para mi, y ahí estaba ella tal y como la recordaba.
-Tía, tú todavía te quedas no -dijo Celeste mirándome -yo me voy adelantado, adiós.
Bien termino de decir eso salió corriendo, un silencio reino en la sala.
-Buenos días -rompió el silencio y entró.
ESTÁS LEYENDO
La reina de la máscara
RomanceEl tiempo que dejas algo y a sido lo suficientemente largo no sabes lo que pudo haber cambio, pero ella eso lo sabía bien, entreno con éxito a su sucesora, su deber está completo y su país de origen en un estado mejor que bueno. Olvidó un pequeño de...