LETIZIA*****
A dos días del baile en mi honor por mi regreso, todo en el palacio estaba tranquilo y por mi parte todavía la relación con mis hijos estaba con Ana neutral, lo cual era un avance, con Edward, bueno el es un amor y me espero tal cual decía la carta, pero que se puede hacer nos es que los otros dos hayan leído las cartas. Además ya no era necesario mostrarles las cartas, ya era muy tarde para hacerlo, y no iba a hacer que se molestaran con Edward por esto.
Mas aun, había una gran duda que me quedaba sin resolver, aquel día que me fui oculte una nota que decía que les llegaría una carta de mi parte, donde quedo esa nota. Tengo que encontrarla y desaparecerla.
Por lo que supondrán a hora estoy en camino a la habitación de Antonio, nuestra antigua habitación, estaba esperanzada que Antonio no saliera de su reunión antes de tiempo, cuando llegue a la puerta, mire a ambos lados y al no ver a nadie ingrese.
Al entrar cerré despacio la puerta y mire con nostalgia toda la habitación, no había cambiado mucho la decoración, simplemente no estaban mis fotos, mis cosas.
-Bueno me lo tenia merecido -Abrí el espacio donde guardaba anteriormente mis cosas, el closet.
Aplaste el lugar donde debería estar el botón que se abrió dejándome ver mi maletín plateado de espía, lo retire y lo lleve fuera, poniéndole encima de la cama.
Me gire quedando frente a la mesita de noche, lo abrí y no había nada, en serio, no puede ser entonces alguien debió haberla tomado, me frote la frente y me puse a pensar quien podría haber tomado la nota. No creo que haya sido Antonio, o tal vez.
Tome la maleta y me fui, no vaya a ser que me descubran y no tenga con que defenderme. Al salir sentí que alguien me observaba, mire a ambos lados y al no encontrar a nadie continúe con mi camino.
-Quiero que tengan preparado una salida para el día siguiente a la fiesta de bienvenida.
Mis espías asintieron y se retiraron, pero antes les dije algo más...
-Para la persona que tiene el rastreador, envíen a alguien a quitárselo, no queremos que sepan que los estamos espiando, ya paso mucho tiempo en él.
Mi tarde estaba libre y muy aburrida, Edward estaba de viaje, es decir mi única compañía, Ana con sus clases además de que no me habla y Antonio pues me gustaría ir a molestarlo, pero esta ocupado con las cosas del reino.
Salí a la caballería donde seguro encontraría un caballo que pudiera cabalgar. Cuando estaba a punto de salir fuera de los muros me detuve y recordé a aquella pequeña niña de cabellos dorados, que corría hacia mi muy feliz.
-Puedo ir contigo -hablo muy feliz.
La mire y estaba bien cambiada para la ocasión, no podía decirle que no, porque se lo había prometido anteriormente.
-Está bien -le extendí mi mano para levantarla y colocarla a mi delante en la montura.
Nos acomodamos bien y cuando ella dejo de tener miedo estando encima del caballo, moví sus manitas que sujetaban las riendas del caballo, la moví con un poco de fuerza y salimos fuera del muro a cabalgar.
ANTONIO*****
Salía de una reunión muy cansado, con mi mayordomo real nos dirigimos a mi despacho, pero en eso decido girar hacia el paisaje de afuera.
-Majestad esa no es la reina y la señorita Luna.
Asentí, para mi asombro las dos se veían muy felices cabalgando y como supuse salieron de los muros a la pradera a cabalgar. Fruncí el ceño.
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La reina de la máscara
RomanceEl tiempo que dejas algo y a sido lo suficientemente largo no sabes lo que pudo haber cambio, pero ella eso lo sabía bien, entreno con éxito a su sucesora, su deber está completo y su país de origen en un estado mejor que bueno. Olvidó un pequeño de...