Capítulo 34

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Anali se movió un poco y sólito un grito de dolor.

-Te encuentras bien llamo al doctor un momento.

Fui a traer al doctor y este ingreso a la habitación a revisar a Anali, luego me llamo a pasar.

-Majestad como le comente a la señora esta muy grave -mire a Anali que tenia un semblante triste -ya le comente a la señora el problema, me retiro.

-Que es lo que está mal -pregunte sentándome en un asiento.

-Como te comente anteriormente Adam me descubrió buscando en su oficina -tembló recordando -pero los documentos que encontré me dejaron atónita, que no pude reaccionar cuando Adam me atacó, solo pude defender a mi bebé y cuando las fuerzas se me acababan, le di un golpe tan fuerte que salí corriendo y como pude camine hasta aquí, Antonio tienes que cuidar de mi bebé por favor, no dejes que Adam se entere que esta viva.

-Y que hay de ti -pregunte.

Bajo la cabeza y se la escucho sollozar -no la podre ver crecer, tengo poco tiempo aquí, ya cargaba con una enfermedad que Adam sabía y Letizia le advirtió sobre el cuidado que debería tener, creo que fue por ella quien se mantuvo bueno conmigo hasta que descubrí sus atrocidades.

-A que te refieres -no me gusto nada que nombrará a Letizia.

-Los documentos que encontré tiene todos sus planes, es muy avaricioso y todo lo que logro lo hizo injustamente, y Letizia es parte de lo que el quiere lograr.

-Que -no puede ser.

-Es por eso que decidió callarme, de seguro sabe que con mi estado actual estaré tirada o muerta en algún lugar, y pienso darle el gusto -me miro decidida, recordándome a Letizia -toma a mi bebé como tuya, y una vez Letizia haya regresado dile que la adoptaste y no le cuentes nada de lo que me sucedió.

-Pero...

-Majestad, no le cuente a Letizia la verdad -me miro derramando lágrimas -ella cobrara venganza, por favor.

-Esta bien -acepte y al poco tiempo la mujer murió.

Al menos había disfrutado de su bebé los últimos días, ella no le puso un nombre porque dijo que este era el comienzo de su bebé y ella no le arrastraría al suyo.

Cargue a la pequeña bebé que me miraba con ojos deslumbrantes, era mi acompañante en esta noche de luna llena.

Mi pequeña hermana Amelia se había marchado, mis hijos estaban molestos al tener una nueva hermana que no sabían de donde salió, y yo para proteger a las personas aquí adentro mande a construir un muro que nos rodeará.

-Como sabes que Letizia regresara -le pregunté a Anali antes de que falleciera.

-Y como sabes tu que no lo hará -me quede callado.

Tiempo después me fui de viaje a visitar otro reino y ahí encontré a una mujer enmascarada, con una niña que cargaba un maletín plateado, las dos se fueron y ese día también era una noche de luna llena, esa mujer tenía los ojos celestes iguales a los de su hija.

Todo esos recuerdos vinieron de golpe y mire a la bebé que cargaba en mis brazos.

-Luna -dije y la bebé rio.


LETIZIA*****

Me eche a llorar otra vez, lo que Antonio me contó me derrumbó más, pero al menos sabía que Anali fue feliz, pero al recordar lo que Adam hizo, no se lo perdonaría nunca.

-Antonio, no me apareceré frente a Adam -le mire -pero quiero que lo hagas pagar por todo el daño que hizo.

Asintió y di un gran suspiro, por lo que Adam acaba de hacer lo teníamos atado de manos, el tratar de dañar a un reina es pagado por un castigo muy grande y nos facilitaría esta situación para someterlo a una investigación. No saldría libre de esta, sonreí.

Cuando los dos nos mantuvimos en silencio en mi habitación, tocaron la puerta.

-Adelante -ordeno Antonio.

-Majestades -reverencio el mayordomo principal de Antonio -sucedido un pequeño asunto, que me gustaría hablar con el rey. Es un mensaje del señor Ian.

Al escuchar eso fruncí el ceño, mire a esperando a que responda, el se giro y nuestras miradas se conectaron, el dio un suspiro.

-John puedes mencionar el asunto a la reina también -feliz alce la cabeza, mas de mi porte protocolar.

-Si su majestad -se disculpo conmigo -el asunto es que el encarcelado en investigación el señor Adam, se escapo de los guardias que lo custodiaban.

-¡Que! -grite -y que estaba haciendo Ian -me enoje.

-Letizia cálmate -hablo Antonio.

Tome aire -mas les vale encontrarlo, antes de que haga algo, retírense quiero quedarme sola.

Antonio, noto que necesitaba mi espacio y con su mayordomo se retiraron. Después de unos minutos, cerré la puerta de mi habitación y me gire hacia la ventana con los brazos cruzados.

-Espero no lo hayan perdido de vista -me dirigí a mis espías.

-Rina sus espías de caza ya lo tiene a la mira -se arrodillaron ante mi.

-Bien, quiero que envíen un mensaje a la princesa de la mascara, Rin -les dije cual es el mensaje que debían enviarle y se retiraron.

Me fui a dormir, mas al despertarme al siguiente día todo el palacio estaba lleno de guardias, por ordenes reales desayunamos en nuestras habitaciones, comí rápido y me dirigí al despacho de Antonio.

-Que es lo que esta sucediendo -pregunte bien entre.

-Edward a desaparecido -me lleve una mano a la boca -su avión a aterrizado pero el no estaba dentro, solo esta nota.

Tome la nota con la mano temblorosa y la leí:

"Para mi querida reina tomare prestado a tu hijo un momento, si quieres volver a verle, reúnete conmigo en las afueras de la ciudad donde el mapa lo indique, antes de que la noche caiga, te estaré esperando. Adam"

Lo arrugue y mire decidida a Antonio el solo me vio y negó con la cabeza.

-No iras Letizia -negó rotundo -a quien quiere es a ti.

-Por eso mismo, no me hará nada a mi -nos miramos, cuando fue que volvimos a comprendernos a través de la mirada -traeré de vuelta a nuestro hijo.

No se como lo logre pero ahora mismo estoy en camino a recuperar a mi hijo, claro esta con algunos guardias reales encubiertos que Ian selecciono, el es bueno en su trabajo pero nada comparado a mis espías bien entrenados.

Solo espero que Antonio no se entere de cierto pequeño inconveniente que sucedió, gire para mirar el asiento del copiloto, Ana estaba sentada mirando por la ventada de su lado. Yo no tenia la culpa de que Ana me acompañara, simplemente con la prisa no me fije que había alguien atrás del asiento delantero al entrar coche.

-¿Ana? -me asombre -que haces aquí, tu padre me va a reñir cuando regresemos.

-No lo hará si tu no se lo dices -se sentó en el asiento del copiloto.

-Buen punto -sonreí -pero al lugar que vamos es muy peligroso.

-Todavía recuerdo las clases de lucha que papá y tu nos dieron a Edward a mi -se encogió de hombros -Además necesito un tonto en mi vida.

-Ey mas respeto para tu hermano, que es el mayor.

Nos reímos y continuamos con nuestro viaje en silencio, al final ya no era incomodo comunicarse con mi hija Ana. A diferencia de Edward, Ana es reservada, pero también sociable y la persona con los sentimientos mas fuertes y duraderos que conozco, aunque al veces es medio tozuda. Mas lo que los caracteriza a los dos es su fidelidad con las personas que lo merecen y su hermano es una parte importante de ella.

La reina de la máscaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora