CELESTE*****Estaba de visita a mi querida tía Letizia, cuando sonó en pleno viaje en el avión mi reloj, aplaste el botón naranja que aparecía en mi reloj.
-Señorita Rina -hablo un espía, que si lo reconocía era de los espías de protección de mi tía -Ordenes de su madre Rina.
-Adelante -le dije que continuará.
-Necesitamos refuerzos -dio la orden de mi madre -Por lo que no deberá aterrizar en el aeropuerto, como era el plan anterior.
-Copiado, envíeme las coordenadas del lugar.
Corte la conexión y di la orden para que el avión tomara un pequeño desvío, me vestí con la ropa de espía y pegue en mi hombro la insignia de los espías de color plateado, que representaba el cargo de la princesa de la máscara.
Me equipe con la implementaria para saltar fuera del avión.
Habiendo llegado a nuestro destino la puerta del avión se abrió y camine hacie el borde de esta. Al mirar hacia a bajo me di cuenta que estábamos en grandes problemas.
Toda la casona estaba rodeada de hombres y nosotros éramos pocos.
-Lamento que tu bienvenida a Yeil sea un poco innovadora -Sonreí a mi invitado.
-Eso es lo que extrañare de ser un espía.
Mi acompañante de salto sonrio, los dos como dos niños corrimos y saltamos del avión, en la caída nos pusimos nuestra máscara y cada uno jalo su hilo de la mochila para que el para caídas se abriera.
Pisando suelo votamos las mochilas, y los espías que venían conmigo se dispersaron para atacar, los hombres del enemigo al vernos sacaron sus armas y nosotros hicimos lo mismo.
-Recuerden no matarlos -ordene, para que comenzara el tiroteo y la lucha.
Nose en que pensaba la Rina pero desde mi perspectiva necesitaríamos unos cuantos hombres más de nuestro lado.
LETIZIA*****
Los refuerzos de la parte de Adam habían llegado hace un momento y eso me preocupo, pero al menos había llegado el equipo de Rin a tiempo.
Adam me tenía apuntando con el arma mientras mirábamos por la ventana.
-Eres una mujer muy interesante -dijo al ver mi refuerzos -pero eso no vastara para derrotarme, aún vienen en camino más hombres.
Rio ruidosamente y eso me molesto por que mis oídos eran más sensibles en el momento que utilizaba la máscara y los elementos de un espía.
-Baja el arma -se escucha una voz varonil.
Sonreí -Que decías señor Adam -me burle.
Adam se guiro aún apuntandome y se aprecio la hermosa postura apuntado de mi esposo en dirección de Adam.
-No habrá refuerzos Adam -dijo dando un paso -si me demore en llegar es porque estube deteniendo a todos tus subordinados y pagaran muy caro por rebelarse.
-Como -no se lo podía creer.
Entonces yo recordé la conversación por llamada que tuve con An, donde le decía que necesitaba de su ayuda para detener a Adam.
Le envié la lista de personas involucradas, sus ubicaciones como también que necesitaría que enviaran un equipo especial a la dirección de la casona de Adam.
Por suerte no pregunto más y confío en mi. Busque sus ojos con mi mirada y al encontrarse nuestros ojos brillaron.
-Ustedes dos -nos increpó -se conocen, él te envio -me pregunto.
-Anali -fue lo único que dije.
Entonces Adam un momento aflojo su agarre en mi y el arma, lo cual fue suficiente para soltar una patada atrás, llevar mis manos al arma que me apuntaba haciendo presión sobre la mano de Adam hacia bajo para que soltara el arma.
Empuje contoda mi fuerza a este y le golpee su cabeza con mi codo, callando el arma al piso, la tome antes que Adam, para darle una patada al abdomen y correr al lado de An.
-Creen que ganaron -rio tirado en el piso -tus hijos y tu esposa -miro a An -no saldrán vivos.
Antonio se tenso, pero yo di un paso al frente.
-No -me incline -no desprotejeria a una gran amiga mía también, como lo es Letizia -gire mirando a Antonio -Tengo a una amiga ahí con un equipo.
Pensé en Carla, desde que habían secuestrado a Antonio puse espías a su protección y Carla estaría a cargo mientras todo esto acabará.
-Ese muro que pusiste ayudo de algo -le confesé a An.
Antonio pudo respirar tranquilo, en eso escuche pasos que se acercaban a la habitación.
Me acerque a Antonio y le entregue el arma.
-Te recomiendo que la recibas, no querrán que se quede con la pistola.
Se escucho una voz entrar a la habitación. Mire a Rin que con la cabeza me indico a dos espías que le ponían unas esposas a Adam y le amarraban con una soga, al parecer habían entrado esos dos por la ventana.
Note a An tenso y ordene que se retirarán los dos espías, Rin se quedó por caprichosa.
-Te lo digo rey Antonio -Rin se coloco a mi lado -a mi madre se le tiene prohibido agarrar un arma.
-¡Ey! -me indigne.
-Si ella dispara, su objetivo no sale vivo -palmeo la pistola que ella traía sujeto en su cintura.
Ella tenia razón, todos los espías tenían permitido portar armas, pero en mi caso no, después de que mi abuelo descubrió aquel talento mío, por lo que me lo prohibió a cambio me enseño el arte de las agujas.
Antonio no se lo creyó por la cara que hizo y yo tome el arma de Rin, antes de que siquiera pudieran prevenirlo ya había disparado el centro del reloj que se encontraba en la habitación, mi puntería fue tan centrada que automáticamente las manecillas del reloj se detuvieron.
Rei al ver los ojos tan abiertos de An, pero le devolví a Rin su arma y las dos nos acercamos a la ventana.
-Tus guardias estarán viniendo al escuchar el disparo -le di una mirada al capturado que temblaba -te lo dejo, haz que pague muy caro por lo que hizo.
Rin se tiro por la ventana y yo antes de hacerlo hable.
-Gracias
Me retire junto a mis espías para volver a las bases subterraneas y dar la orden de que regresen a la base central en Temrres, ya los había expuesto mucho.
Por suerte Antonio me había dado su palabra que no revelaría la aparición de mis espías y los encubriria como guardias encubiertos de su persona, ante cualquier caso, como si ni una sombra hubiera estado ahí, esto no sería mencionado entre su gente.
-Estoy emocionada por ver a mis primos -dijo Celeste.
-Y yo de conocer mi nueva casa, Yeil -hablo nuestro invitado especial.
Nuestro farsa era que yo había salido del palacio para recoger a estos dos invitados importantes que venían desde Temrres y acaban de aterrizar.
Tremenda mentira pero estabamos ya de camino al palacio.
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La reina de la máscara
RomanceEl tiempo que dejas algo y a sido lo suficientemente largo no sabes lo que pudo haber cambio, pero ella eso lo sabía bien, entreno con éxito a su sucesora, su deber está completo y su país de origen en un estado mejor que bueno. Olvidó un pequeño de...