Capítulo 27

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Todos estábamos reunidos en la mesa y al parecer hoy estaría presente  la pequeña Luna, sino mal recuerdo su nombre, mis hijos estaban sentados en la mesa con cierta incomodad y bueno Antonio ni cuenta se daba de la situación.

-Al parecer saldras hoy -hablo Antonio al ver mi vestimenta de calle e informal .

-Saldre de compras e iré a visitar la academia.

Él me miró tratando de saber por qué iría a la academia después de tiempo, aclare mi voz y hable.

-Voy a visitar a la directora y algunos maestros, años que no los veo, haciendo algunos papeleos a la vez.

-Que estas tramando -me miro suspicaz.

-Inscribire a Edward en la academia

Antonio iba a refutar mis palabras, le mire alzando una ceja, él comprendió y callo.

-Pensaba hablarlo contigo después.

Eso último lo calmó y todos terminamos de desayunar en silencio, la pequeña niña, que ahora se que se llama Luna, me miraba a escondidas y cuando yo le prestaba atención se giraba en otra dirección. Sonreí por dentro al verla que sus intentos en que no la descubriera mirándome eran envano.

Al salir del comedor me dirigí al despacho de Antonio, con el acompañándome, caminamos en silencio, que no era incómodo.

-Por qué quieres que Edward estudie en la academia cuando tiene los mejores maestros en el palacio.

-Es cierto, pero es normal que los hijos de la realeza estudien en esa academia a partir de los dieciséis.

-Letizia se lo que te prometí, pero esto es algo que debiste consultarme.

-Te lo estoy diciendo -no quería enojarme con él -Voy a aplazar mi vuelo, pero el que decida que sea nuestro hijo.

Lo pensó por un largo momento mientras miraba a la nada, le mire expectante y movió la cabeza con aceptación, sonreí y sin detenerme a reparar mi acto, me acerque y le di un beso en la mejilla.

Él se quedó congelado y yo me retire antes de que me digera algo y se molestara conmigo.

Al final del día, hablamos con Edward,  él dijo que estaría en el reino unos días más, antes de trasladarse a la academia. Él afirmó que deseaba estudiar en el colegio que estudiamos nosotros, sus padres. Y como se espero Antonio lo único que tubo que responder es que aceptaba, pero con la condición de que estaría resguardado por guardias.

Ante tal cosa, no supimos que hacer, gire los ojos y aceptamos las condiciones, resiviendo una mala mirada por parte de Antonio por ese acto de girar los ojos.

En tal caso mi visita a la academia se pasaría para la fecha en que Edward se trasladaría a los dormitorios del colegio.

-Por lo menos déjenme comprarles los uniformes -reclame a mi hijo y su padre.

-Letizia -dijo con exasperación An -en el castillo contamos con sastres y diseñadores que se lo pueden hacer.

Edward asintió, le di una mala mirada, estaba negociando con su padre y el me viene conque esta de acuerdo con el anticuado de su padre. En todos después de inspeccionar a los dos individuos frente mío con la mirada, se me prendió una luces en la cabeza.

-Ohhh -abrí ligeramente la boca -ya entendí -se miraron nerviosos -creen que yo seré la que diseñe el uniforme -asintieron -se que no soy buena en esas cosas, pero tendré que decirle a América  que su hermano y sobrino, no quieren saber nada de sus diseños.

Indignada me pare y camine en dirección de la puerta.

-Mamá -escuche a Edward.

-No, está bien -abri la puerta -haber como se la luchan con América, yo igual tendré mi salida de compras. Me voy.

Salí dejandoles atónito, dejaría que América se las cobrará por mi, que tal ofensa.

Camine un largo camine me subí al coche con Carla de piloto y salimos del palacio. Realmente ansiaba ver la ciudad, esta salida no tenía sólo un motivo que era salir de compras, no señores.

-Car tienes los documentos -hable.

-Si, están en el asiento trasero.

Me incline atrás y agarre el falder, lo leí detenidamente, al parecer si es necesario viajar a la academia, pero lo aplasaria, ahora lo más importante.

-Se logró descubrir la identidad de quienes nos espiaban en mi salida anterior con Edward -pregunte, leyendo.

-Solo de dos, lo otros dos -hizo un pausa -supuestamente personas muertas.

-Faldificacion de identidad -murmure -Lo graron saber algo del sospechoso detrás de esto.

-Hasta hora nada, pero estamos muy cerca.

Sonreí me gusta que mis espías trabajen rápido, me perdí un momento mirando la ventana, el paisaje que separaba la ciudad del castillo era hermoso.

-Entonces lo único que sabemos es que esa persona es un funcionario de alto rango -hable de repente, a lo que Car sintió -y los únicos que conocen todos nuestros movimientos, como el de los guardaespaldas, son el concejo y el jefe de los guardias reales.

Es decir el esposo de América, amigo de An y mío, y por supuesto del concejo tenía cierta idea. Confía en que Ian no sabe mucho de lo que está pasando, y era el inocente al que estaban saboteando.

-Investiga a los tres miembros del concejo que no asistieron a la última reunión que asisti.

-Sí mi Rina.

Y quiero una escusa muy buena y creíble por su falta.

Ya nos estábamos acercando a la rata que se esconde detrás de todo y no pararía hasta encontrarlo.

Llegamos a la ciudad, primero entre a las tiendas más lujosas a mirar y comprar una que otra cosa. Después a las tiendas menores, que se encontraba en los alrededores, no escuchaba mucho de las conversaciones de las personas, solo uno que otro cotilleo o rumor.

Estamos dando un paseo por las calles de la ciudad, estaba un poco más oscuro, y las casas no eran tan bonitas que digamos, más aún las luces prendiendo y apagándose no era algo que ayudaba mucho a mis nervios.

-Car las calles y la ciudad central de Yeil se caracterizaban por la baja pobreza y la hermosura de estas.

-Esto ya no es lo que era antes su majestad.

-Si esto esta así, entonces como esta ahora las demás ciudades del país -pregunte con preocupación.

Ella me dio una mirada triste, An que has estado haciendo todo este tiempo, tendría que hacer una vista muy especial en la siguiente parada aunque se alargará mi hora de regreso al palacio.

En decisión de Car entramos a una taberna escondida, que era el lugar donde se reunían muchas personas no sólo a tomar, sino a traficar información, por lo que ayudaría mucho a buscar a la persona que estaba esparciendo tal rumor malefico de la familia real y de Antonio. Porque confío, que él puede hacer algo por el país, así como protege a su familia.

La reina de la máscaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora