Parte 32: Castigo y pecado

78 7 2
                                    

Esther, Nicolás, Alex y Carrie se encontraban en la habitación de su motel desayunando. En el más absoluto silencio posible.

Esto fue por una incomodidad inicial por parte de todos. Al menos hasta que Nicolás tomó la iniciativa en la conversación.

"Entonces... ¿Nevsky te lo ha explicado todo?"

"Sí... me lo ha explicado..."

"¿Y qué opinas al respecto?"

"Cazáis a personas malvadas que se supone deberían estar muertas..."

"En principio sí, así es"

"Me siento... dividida... yo... yo maté a gente... gente malvada, pero..."

¿Realmente se lo merecían? Eran matones de instituto... me hicieron cosas que todavía me provocan llantos, pero... yo los maté...

Los quemé vivos... les rompí los huesos... les maté... ¿no me pone eso a su nivel?

"Yo también"

"¿Tu? Pero si tienes nueve..."

"Treinta y tres años, jovencita"

"Trein... ¿treinta y tres años?" - repitió confundida

"Esther tiene una condición especial"

A la mujer de pelo negro parecía molestarle que tocasen el tema, pero entendía que era necesario... aún así lo odiaba...

"Y... ¿mataste gente?"

"Sí... y aquí me ves... untándome una tostada..."

"........"

"Esther también está ayudando a erradicar Terrores, también quiere alcanzar la redención" - explicó el escritor

"Más o menos..."

"No... ¿no es peligrosa?"

"Por supuesto" - admitió Nicolás - "Pero desde un punto de vista karmico nosotros también somos peligrosos para ella"

"........"

"Mira, Carrie, entendemos que esto es mucho para ti..."

"Maté a muchas personas, incluida mi madre..."

"Sí... un acontecimiento muy traumático..."

"Pero..." - intervino Nicolás - "Estamos ofreciéndote ayuda"

"¿Ayuda? ¿Vosotros?"

"Nevsky ya te lo ha dicho, queremos darte una segunda oportunidad"

"Pero mis poderes son... el mismo pecado..."

"No lo son"

"¿No? ¿Qué son entonces?"

"Son un don... uno que puedes emplear para hacer el bien..."

"No... no creo que eso sea posible..."

"¿Tienes miedo?" - preguntó Esther - "¿Tienes miedo a recaer?"

"........"

"Carrie, somos desconocidos, lo reconozco" 

La muchacha miró al escritor, que miraba fijamente su plato como si intentase buscar las palabras correctas.

"Pero... quizás eso necesitas"

"........"

"Un nuevo comienzo, una nueva vida, un nuevo motivo... lejos de Maine"

"No... no me preocupa tanto el daño que podáis hacerme..."

"¿No? ¿De verdad?"

"El daño que sufrí... difícilmente se supera..."

"........"

"Pero el que causé... jamás lo sacaré de mi mente..."

"Puedes hacer al menos el intento"

Esther empezó a sentirse bastante incómoda y con algo de fatiga. Se levantó, dejando su plato de comida y fue al servicio.

"Solo quiero... solo quiero no vivir más... snif... en una pesadilla..."

"Carrie... ¿qué tal si hacemos un trato?"

"Un... ¿trato?"

"Claro, los tratos son acuerdos irrompibles... te diría alguna cita bíblica que lo sostuviese pero no me sé ninguna..."

"Nicolás..."

"Nosotros cuidaremos de ti, y tu cuidarás de nosotros"

Y fue ahí cuando Carrie recordó haber visto esa sonrisa en otra ocasión...

En todas aquellas veces que Sue Snell la defendió y se acercaba a hablar con ella... era una sonrisa sincera... quizás... ¿la aceptaban?

"De acuerdo... os... os ayudaré..."

"¿De verdad?"

"Sí, pero... puedo ser un poco... rara..."

"Carrie, tienes ante ti a un hemofóbico, un friki de las películas de terror y una mujer de treinta y tres años en el cuerpo de una niña"

"Comprendo..."

"En el país de los raros tu eres una más"

"Eso... no suena tan mal..."

"¿Verdad?"

"Esto... ¿qué significa friki?"

Mientras la conversación proseguía Esther se encontraba sentada sobre el retrete. Tapándose las orejas con fuerza.

"Esther... Esther... él viene... quiere conocerte..."

"Cállate... cállate de una maldita vez..."

"Él viene..."

Detectives del MiedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora