Parte 67: Brenda Bates

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Hacía mal tiempo y el día estaba muy nublado. Una joven llegaba al motel, dirigiéndose a la cafetería de este con algo de frío.

Tenía el pelo castaño alborotado, una camisa interior negra sin mangas y anorak azul por encima. Parecía algo confusa.

"Buenas tardes..."

"Buenas, me preguntaba si tendríais algo de café"

"Claro que sí" - le dijo la encargada 

"Hoy hace bastante frío..."

"No... ¿no vas algo desabrigada?"

"Este anorak abriga más de lo que aparenta"

"Si tu lo dices..."

La encargada le dejó una taza mientras tomaba asiento, era bastante más mayor que ella.

"¿Te importa si tomo asiento?"

"En absoluto"

"No ha venido nadie desde..."

"¿Desde qué?"

"¿No te has enterado? Mataron a una chica aquí hace unos días"

"¿En serio?" - preguntó algo temerosa - "¿Asesinada?"

"Le rajaron la garganta"

"Qué... grotesco..."

"Eso díselo a quien encontró el cadáver..."

"¿No debería no hablar de estos temas a los clientes?"

"Este cuchitril cerrará tarde o temprano"

"Entiendo..."

"¿Y qué haces por aquí..."

"Brenda, puede llamarme Brenda..." - dijo tras tomar un poco de café - "Me han dando vacaciones"

"¿Y te dirigías a la universidad?"

"A visitar a unos viejos amigos"

"¿De qué trabajas?"

"Enfermera, aunque últimamente tengo dudas sobre mi profesión"

"¿Por qué? Debe de ser muy gratificante"

"Creo que hay cosas que se me dan mejor..."

La joven miró por la ventana cómo empezaba a nevar y se levantó. En la lejanía había algo similar a... ¿luces? 

"Disculpe, pero mi coche tiene el freno... suelto"

"¿En serio?"

"Sí... ¿sabe quién podría ayudarme?"

"Bueno, yo sé algo de mecánica"

"Eres mi ángel de la guarda" - se burló cálidamente - "¿Te lo enseño?"

"Sí, por supuesto"

Brenda y la mujer salieron antes de que un coche empezase a verse en la distancia.

Rodearon la pensión, ya que había aparcado detrás. Cuando llegaron la chica levantó el capó del coche para que lo viese.

"......."

"Tómese su tiempo"

"Pero los frenos... no están aquí..."

"Sí, sé de mecánica"

Rápidamente agarró la parte superior del capó y comenzó a bajarla varias veces, golpeando a la mujer dos veces en la cabeza.

Luego abrió el asiento trasero, donde había una joven amordazada y atada.

"Cállate Mary, por dios"

"¡Mffmmff!"

"Cindy, Mary... da igual el nombre, ¿no?"

Se agachó y cogió del suelo un hacha con doble filo.

Fue donde la trabajadora, conmocionada por los golpes, y rápidamente le clavó el filo en la cabeza. Murió al instante.

"Bien... pensemos..."

"¡¡Mfffmmm!!"

"Cállate si no quieres que te pase nada malo"

"........"

"Puedo... puedo extirparle el riñón, es un favorito..."

"........"

"Pero tiene el hachazo... ¿rellenarla de coca cola y mentos?"

"........"

"No, mejor el del riñón"

Brenda se acercó un poco a la esquina y vio una caravana aparcar. De ahí bajaron dos hombres que se acercaron a la posada.

"¿Ese chico lleva sombrero? ¿De verdad?"

"........"

"Cindy, podrías dejar de llorar y decirme si te gustan con sombrero"

"........"

"Cierto, estás amordazada"

La chica vio que había dos personas más en la caravana y sonrió.

"Mary, Mary, Mary... tu momento de brillar ha llegado..."

"¿Mmmggfff?"

"Vas a ser la estrella en una de las leyendas urbanas más famosas de Norteamérica"

"¡Mmfffhh!"

"Mary... ¿qué te dije?"

Sacó un cuchillo y le rebanó la garganta. Era un corte poco profundo, por lo que tardaría un par de minutos o más en morir desangrada.

Luego le quitó el agarre y la llevó a la zona delantera de la pensión.

"Hey, amiguitas saliendo del vehículo..."

"Aa... aahh..."

"Claro que sí... sorprendeles..."

Y la dejó ir hacia ellas, buscando ayuda desesperadamente. 

Detectives del MiedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora