Parte 120: Tierra de nadie

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Alex había despertado en un motel sin sus compañeros o recuerdo alguno de cómo haber llegado allí. Únicamente estaba acompañado de un desconocido llamado Radford.

Investigando encontró que no había nadie en el hotel ni en sus alrededores, aunque ambos pudieron ver a dos personas en el exterior.

"¡Eh! ¡Oiga!"

"Ya no estamos solos..."

"........"

"Buenos días... emm... oficial..."

Uno de ellos era de hecho un policía, mientras que la otra era una mujer mayor.

"Por fin encontramos a alguien" - dijo el agente - "¿Puedo saber quienes sois?"

"Alex, Alex Nevsky"

"¿Nevsky? ¿Eres ruso?"

"Uff... no... canadiense..."

"Yo me llamo Radford" - dijo su acompañante - "¿Saben qué ha pasado aquí?"

"No, yo simplemente aparecí en la cafetería... y la señora..."

"Rose, Rose Tuckey, encantada"

"Ella se despertó en el motel"

Alex pensó que ella debió de ocupar una de las habitaciones y seguramente despertar antes que ellos. Aunque todavía sonaba raro todo...

"¿Tampoco han encontrado a nadie?"

"No..."

"Yo... le estaba explicando al oficial que mi caravana ha desaparecido..."

"Ahora que lo dice... no veo mi camioneta..." - dijo el escritor

"Por... ¿por qué no nos reunimos en la cafetería?"

"Es una buena idea, Radford"

"Gracias, oficial... emm..."

"Bern, oficial Bern"

Los cuatro pusieron rumbo a la cafetería, siendo que la mañana pasó rápida. Demasiado rápida, aunque los relojes no funcionaban.

"No tienen pilas..."

"¿Por qué no tienen pilas?"

"Mal mantenimiento, supongo" - dijo Radford

"Entonces, ¿ninguno de los teléfonos del motel funcionan?"

"Ninguno, y nuestros móviles han desaparecido"

"Yo llevaba el mío en mi patrulla..."

"¿Tiene un arma con usted?"

"Claro, Nevsky, ¿por qué lo preguntas?"

"Si alguien nos tiene secuestrados estaría bien defendernos"

"¿Secuestrados? ¿En un motel y sin amarrarnos?"

"Bueno, la única forma de salir de aquí es a pata o haciendo autoestop"

"No creo" - dijo la mujer - "Llevo casi toda la mañana afuera y en ningún momento he visto pasar coche alguno"

"¿Ninguno?"

"Ninguno... ¿tan raro es?"

"Esta carretera es bastante transitada, mínimo hay un camión que pasa cada mañana"

"La tiene muy conocida, ¿no?" - notó el escritor

"Me asignaron la zona por... bueno, cierta cosa que..."

 "¿Ocurre algo?"

"No, solo... cierto dolor de cabeza..."

"Yo me desperté con uno igual" 

La conversación continuaba cuando Rose empezó a tocarse el cuello con bastante insistencia, cosa que llamó la atención de Radford.

"Señora Tuckey, ¿le ocurre algo?"

"Me... me duele el cuello..."

"No parece que tenga moratones o algo raro"

"Ya... pero me lo noto rígido..."

"Quizás en el motel haya algún botiquín o similar, podemos mirar"

"Espera un momento" - dijo el oficial - "No podemos quedarnos aquí todo el día, yo por lo menos tengo que ir a comisaría"

"Pero... ¿qué hacemos? ¿ponernos a andar?"

"Cierto, oficial" - le habló Alex - "¿A cuánto estamos del próximo pueblo?"

"Yo... no lo sé..."

"¿Cómo que no lo sabe? Esta era su zona asignada"

"Sí, pero el caso es que..."

Rose... Rose...

"No sé qué ocurre, pero no recuerdo bien... este sitio..."

Rose... ¿me escuchas?

"De hecho... me cuesta recordar qué hice ayer..."

Rose... huye...

"Rose, ¿le ocurre algo?" - preguntó Radford

"No, solo... he recordado algo..."

"¿Recuerda cómo ha llegado a este sitio?"

"No, recordaba a mi marido..."

"Su marido..."

"Él falleció hace ya más de..."

"¿Ocurre algo?"

"No... es solo que cada vez me duele más..."

El grupo decidió salir y dirigirse al motel, momento en que el oficial se quedó quito. Mirando a la nada por varios segundos.

"Oficial Bern, ¿ocurre algo?"

"¿No escucháis eso?"

"¿El qué?"

"Es como... un pitido... una... señal..."

Detectives del MiedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora