Parte 162: Zorina

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En un caserón de México, algo alejado de la ciudad, una mujer camina por oscuros pasillos, entrando en lo que parecían unas mazmorras...

La mujer llevaba el pelo algo rizado, negro, y un vestido grisáceo. 

Las mazmorras a las que entró estaban llenas de velas y con un altar en medio. Junto a este altar había alguien vuelta de espaldas.

"Mi reina..."

"Habla, Tundra, ¿qué acontece?"

"Finalmente lo encontramos... encontramos a nuestro enemigo..."

"¿El Santo está cerca?"

"Sí, aunque tal parece que planea enfrentarnos..."

"Que lo haga, así estaremos preparados..."

La mujer se volteó, revelando a una bella mujer de pelo largo y negro, un vestido blanco y una capa que llegaba hasta sus pies.

"Santo morirá y podré descender a los infiernos..."

"........"

"Allí es donde ocuparé mi trono junto a Lucifer..."

"El trono que se le ha negado por tantos años" - le decía su alterna con convicción - "Por fin..."

"Santo nos derrotó por un mero descuido..."

"........"

"Pero esta vez cumpliremos con nuestra venganza"

"........"

"¡Así lo decreta Zorina! ¡Reina de los vampiros!"

Muchos murciélagos emergieron de sus  escondites en las paredes, adoptando una forma humana e inclinándose ante la reina.

"Hemos esperado por años..."

"........"

"Dejamos que incluso otros lo intentaran, sin éxito..."

"Mayra fue..."

"Mayra fracasó en un intento por cumplir una estúpida venganza a través de víctimas y retorcidos juegos para niños"

"........"

"Un error que compartió con nosotros..."

"Nosotros..."

"Tundra, no olvido que fue tu insubordinación la que liberó a Santo"

"........"

"Pero esta vez no nos contendremos, quiero que todos y cada uno de vosotros vayáis a matar... nada de capturarlo..."

"Pero el sacrificio..."

"El sacrificio no implica que el Santo no pueda ser un vampiro"

"Reina..."

"Lucifer me escogió como su amante, como su reina, como su igual..."

Las llamas se intensificaban ante sus palabras, como si de alguna manera se estuviese confirmando lo que decía.

"Y pronto ascenderé como la reina ya no solo de los vampiros sino del mal"

"Una nueva era de tinieblas se alzará, Zorina"

"Eso siempre y cuando no me falles..."

"No, yo..."

"Dos veces te he perdonado el fracaso, Tundra, no aceptaré una tercera"

"No, mi ama..."

"Al fin de al cabo soy yo la única a la cual el velo de la muerte trajo de regreso... y quien os hizo regresar..."

"........"

"Mío es el poder de acabar con vosotros a mi voluntad"

"No, por favor... Zorina..."

"Tundra, ¿por qué tiemblas?"

La voz de la mujer era autoritaria y fría, pero por alguna razón no parecía estar dispuesta a perder a sus tropas en berrinches.

"Simplemente debes hacer bien tu trabajo"

"Pero... mi reina... el Santo..."

"Sigue siendo un mortal"

"Uno destinado a derrotarnos, y ahora posee más aliados que antes"

"Olvidas algo, Tundra" - esbozó una sonrisa - "Ese no es el Santo que nos derrotó la última vez..."

"........"

"Quizás viejos trucos funcionen con él..."

"........"

"Y sino, funcionará con sus aliados"

"Quizás deberíamos pedir ayuda a... usted ya sabe quién..."

"Nunca" - dijo directa y con cierto odio - "Ese vasallo tuvo sus dos oportunidades y demostró mayor incompetencia que la tuya"

"........"

"Volad... volad e id a vigilarles..."

"¿Ahora mismo?"

"Cuando sea de noche... veamos cuales son sus debilidades..."

"Sí, mi reina Zorina..."

"Por los débiles serán derrotados y una vez pierda a sus aliados, ¿qué le quedará al Santo?"

"Nada... no le quedará nada..."

"Prepara a tus hermanas... e id por el Santo..."

Muchas de las presentes dieron un grito inhumano al escuchar nuevamente este nombre. Era un aullido de dolor, ira y enojo.

Detectives del MiedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora