Parte 88: Pequeños psicópatas

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Tras deshacerse de posibles elementos que les hiciese ver como culpables, nuestros investigadores esperaron a que llegase la policía.

Nicolás y Alex les contaron cómo la mujer se suicidó cuando llegaron a hacerle la entrevista. Mientras, las chicas estaban con los niños.

"Qué... ¿qué será de nosotros?"

"........"

"Glenda, ¿qué crees que..."

"Cállate"

"Pero, qué va..."

"Cállate... ¡cállate! ¡cállate!"

"Empieza por callarte tu"

Esto lo dijo Esther, que se le veía con su habitual rostro de inexpresividad y frialdad.

Carrie por el contrario se sentó al lado de Glen, poniendo su mano en el hombro del chico, que estaba notablemente triste.

"Todo ha sido culpa vuestra..."

"¿Nuestra?"

"Si no hubieseis llegado..."

"La culpa es de tu madre, por loca"

Ante estas palabras Glenda se levantó y salió corriendo, siendo que la adolescente le dirigió una mala mirada a su compañera.

"¿Qué? Es cierto"

"Esther... es una niña..."

"Una niña que antes fue un muñeco asesino"

"Pero... sigue siendo una niña"

"Ufff..."

A Esther no le quedó más remedio de ir a buscarla antes de que su corta vida se convirtiera en discursos y lecciones morales.

Glen por su parte estaba más calmado.

"Carrie..."

"¿Qué ocurre? Glen"

"Qué... ¿qué será de nosotros ahora?"

"Pues... encontraremos alguna solución, ¿de acuerdo?"

"No... no iremos a un orfanato, ¿verdad?"

"No, hablaremos con Judy..."

"¿Judy?"

"Sí, es una amiga nuestra, es agente de policía"

"A papá no le gustaban los policías"

"Tu padre..." - pensó antes de decírselo - "No era una buena persona"

"Lo sé... pero aún así sé que me quería..."

"Todo padre debe de querer a su hijo"

"........"

"Incluso las madres... a pesar de todo el daño que puedan hacer..."

"¿Tu crees?"

"Mi madre... me llegó a hacer mucho daño..."

"........"

"Pero en el fondo sabía que me quería..."

El niño procedió a abrazarle, siendo que ella se lo devolvió.

Esther por su cuenta encontró a Glenda, sentada en el suelo y con la cara hundida en sus rodillas, no estaba llorando.

"¿Qué quieres ahora?"

"Tal vez haya sido algo borde..."

Realmente no le importaba haber sido borde.

"Siempre eres borde"

"Sí... eso es cierto..."

"........"

"Mira lo que dije de tu madre..."

"Sé que ella ha hecho cosas malas... pero... no quiero pensar que estaba loca"

"¿Qué diferencia hay? A parte del lado psicolo..."

"Que si ella está loca... ¿yo también lo estoy?"

"........"

"Glen mató a papá..."

"........"

"Y... y yo también lo he hecho... ¿estamos locos?"

"No lo estáis..."

Por un momento Esther recordó cuando tenía su edad y recibía todos aquellos tipos de maltratos. Los cuales al final... la quebraron...

"Nadie nace estando loco"

"........"

"Igual que nadie siendo un asesino"

"Papá..."

"Tu padre tomó decisiones, malas decisiones"

"........"

"Lo único que tienes que hacer es no seguir su ejemplo"

"Pero hoy... actué sin pensar..."

"Ya, pero no todos los días un muñeco viviente intenta asesinarte"

"........"

"Evidentemente no deberías matar a quien se te ponga por delante..."

Esther sabía lo hipócrita que estaba siendo, pero esto no era una charla de autoayuda, sino hablarle a una potencial psicópata.

"Y si... y si me enfado..."

"Llora... golpea un árbol... grita..."

"¿Tu qué haces cuando te ocurre?"

"........"

"¿Qué hacías cuando te enfadas contigo misma?"

"Yo..."

Ella se hacía cortes... intentó cortarse las venas un par de veces...

"Simplemente... gritaba..."

"Qué... ¿qué será de nosotros?"

"Eso lo decidirán la policía y esos necios que vinieron con nosotros"

"Si no hubieseis venido..."

"Siento decirte que cuando tienes una madre que mata a la mínima... las cosas malas ocurren tarde o temprano..."

"........"

"Vámonos, no quiero más problemas"

Glenda se levantó y le dio la mano para regresar donde su hermano.

Detectives del MiedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora