Estaba bien. Tendríamos tiempo para hablar después... Pero mierda, no quería que se fuera.
— Tranquilo. No hay problema, nos vemos después.
— No, es que no me entendiste. Me gustaría que me acompañaras, va a estar Martín también.
Era la primera vez que alguno de ellos me invitaba a un ensayo de Malta. Ni siquiera Villa, que era mi novio. Casi siempre me tocaba ir a verlos a sus presentaciones.
— Sería increíble. Supongo que no pasa nada si falto sólo una vez.
Acomodó sus gafas y me tomó de la mano, de nuevo. ¿Qué estaba pasando conmigo? Nunca había faltado a un entrenamiento.
— ¡Listo! Estamos ensayando una canción que vamos a tocar el jueves, seguro te va a encantar.
— ¿La cantas tú? — pregunté.
Los vocalistas eran Isaza y Villamil, mientras que Simón se encargaba del bajo y coros. Pero siempre tuve esa curiosidad de escucharlo cantar a él, y más ahora que lo había escuchado hablar tanto, su voz me parecía increíblemente hermosa.
Podría escucharlo por horas y jamás me cansaría de su acento, ni de su bonita voz grave.
— Qué graciosa. Pero no, la cantan Villa e Isaza.
— Considero que deberías cantar alguna canción para la banda. — dije mientras íbamos camino a su auto.
— Bueno, tal vez lo considere. Pero estoy cómodo tocando el bajo y ya. Es más probable que me dejen tocar la ocarina en una canción a que me den ganas de cantar — me detuve.
— ¿Tocas la ocarina?
— Toco guitarra, bajo, ocarina, estoy aprendiendo piano. Estoy disponible para bodas y fiestas en general. Por si gustas contratarme — bromeó, y abrió la puerta de copiloto para que subiera al auto.
Me limité a reírme y subir. Encendimos la radio mientras Simón avanzaba en dirección a casa de Isaza. Sonaba una canción de Paulina Rubio, la cual me hizo recordar a mi tía Mara y su gran fanatismo por ella.
Siempre que la visitaba, estaba escuchando alguna canción de ella. Nunca me consideré muy fan pero su música era algo pegajosa.
— Te ves nerviosa — Me dice de repente. Lo peor es que tenía razón.
Lo estaba. Por Villa, porque estaba yendo a un ensayo de Malta como acompañante de Simón, porque desde muy chica no había ido a casa de los Isaza, y por muchísimas razones más.
— ¿Los demás saben que iré? — Pregunté con la mirada baja.
— Le avisé a Isaza que te llevaría conmigo. Eso es un sí. ¿Por qué? Te llevas bien con todos.
— Sí, lo sé. Pero nunca he ido a un ensayo de ustedes, creí que era algo más entre amigos y así — sonrió y me miró. El auto había parado ya que había algo de tráfico.
— No va a haber problema. Eres mi amiga ahora. Además la novia y la hermana de Aleho van a estar también. No te preocupes. — comencé a jugar con el anillo que llevaba puesto y le devolví la mirada.
— Bueno... es que no sé si Villa quiera verme. Por lo que dije hoy — dejó de sonreír.
— Ya, pero no dijiste nada malo. Lo viste con otra chica, y te sentiste mal al respecto. No tiene por qué molestarle eso.
— Él me dijo que lo respetaba. Pero siento que... lo que dije a la salida lo interpretó como que ya no quiero estar con él — Se quedó callado y por fin logró avanzar.
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Amor ordinario - Simón Vargas
FanfictionDetrás de un generoso ramo de tulipanes blancos encuentro con la mirada algunos de sus garabatos que amaba hacer al aburrirse. Su mirada... solar, pero emponzoñada. Porque mientras que por fuera te baña con la luz primigenia, por dentro te incendia...