Estaba que me comía las uñas de la ansiedad que sentía. La sesión de fotos para balas perdidas se aproximaba cada vez más y los nervios de no hacer las tomas perfectas y dignas de ese álbum me consumían. Entendía el concepto, pero no lograba comprender del todo qué era lo que los chicos querían retratar exactamente en las fotos. Tenía miedo a no llenar sus expectativas.
El tiempo vuela tan rápido que un abrir y cerrar de ojos habrían pasado por lo menos unos seis meses desde que comencé a trabajar con la banda. Me alegraba por completo que mis sentimientos hacia Simón no interfirieran en la armonía que teníamos. Éramos buenos amigos y con Nath me llevaba excelente. Nada me causaba más felicidad que verlo tan contento con ella. Merecían todo lo bonito del mundo. Ambos eran personas increíbles, y lo único que quería es que estuviera bien.
Así eso implicara que yo me quedara a la deriva.
— Buenos días, Lu. ¿Cómo amaneciste? — Pregunta Nath saludándome con un beso en la mejilla. Nos encontrábamos en un estudio de Bogotá.
La ahora pelirroja se había ofrecido a ayudarme con el set para la primera parte de las fotos, que era precisamente en donde me estaba fallando la creatividad.
— Bien, dentro de lo que cabe. Últimamente el insomnio me está matando de a poco y justo ahora estoy ansiando dormir aunque sea unas horas.
— Estoy igual, no tengo insomnio pero estuve trabajando toda la noche en el siguiente video que tengo que subir. ¿Ya pensaste cómo harás la sesión?
— Me encanta la idea de balas perdidas, pero no se me ocurre alguna forma en que no se represente tan agresivamente en las fotos. Estamos hablando de canciones de amor — dije tomando un sorbo a mi café.
— Tienes razón, es difícil. ¿Los chicos no te dieron alguna idea? — negué con la cabeza.
— Lo básico. Que así como hay tiradores que pierden sus balas, hay compositores que extravían sus canciones. No sé qué tan buena idea sea que salgan en la portada con pistolas o algo así. Podría malentenderse el concepto que quieren dar — se quedó pensando.
— ¿Y si le disparamos a un tocadiscos? Ya sabes, para que queden los restos sobre el suelo y tomas las fotos de los chicos ahí — anoté la idea en mi cuaderno y los chicos por fin se dignaron a llegar.
— Tarde, como siempre — dice Nath en broma saludando a cada uno. Dejó un beso en los labios de Simón, sacudí un poco mi cabeza y me dirigí hacia Isaza.
— Isa, tenemos un pequeño problema — me observó con preocupación.
— ¿Qué tan pequeño? ¿Qué pasó?
— Tranquilo, no es tan grave. Espero. La verdad es que Nath y yo nos hemos estado rompiendo la cabeza durante toda la semana tratando de pensar en qué hacer exactamente para las fotos. Creemos que las balas y eso se pueden interpretar un poco... agresivo.
Suspiró con tranquilidad.
— No te preocupes, nosotros también pensamos en eso. Se nos ocurrió involucrar flores. Son más delicadas y podrían representar un poco la fragilidad. ¿Qué te parece?
— Wow, no lo había pensado. Me parece increíble.
— Las flores ya las están trayendo, Andrea tiene una amiga con una florería así que ella misma las va a traer.
— Perfecto. Entonces, vayan a cambiarse para ir iniciando.
(...)
Después de ese largo día de trabajo arduo regresé a casa muerta del cansancio. Había salido todo bien, me ocupé hasta el día siguiente de editar las fotos y en cuanto las terminé, me dirigí orgullosa a casa de Isaza, donde nos reuniríamos todos para verlas en conjunto.
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Amor ordinario - Simón Vargas
FanfictionDetrás de un generoso ramo de tulipanes blancos encuentro con la mirada algunos de sus garabatos que amaba hacer al aburrirse. Su mirada... solar, pero emponzoñada. Porque mientras que por fuera te baña con la luz primigenia, por dentro te incendia...