Capítulo 13

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Brooke.

Abrí mis ojos de forma lenta, sintiendo una completa calidez y tranquilidad en mi cuerpo causándole extrema relajación.

Enfoqué mi mirada en el techo blanco y suspiré para después intentar moverme un poco, lo cual no logré gracias a un fuerte agarre en mi cintura.

Y ahí fue cuando recordé y sonreí por inercia mirando los fuertes brazos de Blake alrededor de mi cintura.

Reí un poco y me giré como pude logrando ver su rostro mientras dormía haciendo que mi sonrisa se hiciera mas grande y una sensación de plenitud me llenara al verlo dormido a mi lado.

Realmente era perfecto.

Sus largas pestañas se apreciaban más de esa forma mientras que sus labios ligeramente entre abiertos se miraran realmente apetitosos.

Bajé un poco mi mirada a su torso desnudo, la sabana solo cubría hasta la altura de su cadera, por lo que se miraba malditamente caliente de igual forma.

Me quedé embobada por un momento al ver cada uno de sus cuadros marcados en su fuerte abdomen, subiendo mi mirada lentamente por su pecho hacia su mandíbula y después a sus brazos.

Maldita sea apenas estaba despertando y ya me lo quería coger.

Tengo un problema.

Me fije que comenzó a abrir sus ojos a lo que sonreí mirando la forma en la que sus pupilas se dilataron al mirarme mientras una sonrisa adornaba su hermoso rostro.

—Buenos días.—Murmuré maravillada con su belleza.

—Buenos días pequeña.—Contestó con su voz ronca mañanera haciendo que tragara saliva en seco.

¿Por que tenía que tener la voz tan gruesa? ¿Acaso no sabía que me hacía sufrir?

—Quisiera siempre despertar así.—Dijo a lo que yo sentí mi rostro calentarse.

Escondí mi rostro en su pecho tratando de que no se diera cuenta de mi sonrojo a lo que el comenzó a acariciar mi cabello lentamente.

—Yo también quisiera siempre despertar así, contigo.

—¿Desnudos?—Soltó burlón a lo que le di un pequeño golpe en el abdomen haciendo que el se quejara falsamente mientras yo reía.

—¿Qué hora es?—Pregunté.

El se giró un poco mirando el reloj que estaba sobre el mueble al lado de la cama mientras seguía con sus caricias en mi cabello.

—Son las ocho Brooke.—Suspiro.—Tenemos tiempo antes de que se levanten todos.—Sonrió.—Si es que se levantan.

—Suena poco probable para mi.—Reí mientras pasaba mi mano por su abdomen, acariciándolo sin poder evitar la tentación.

El me miró levantando una de sus cejas con algo de picardía mientras soltaba una pequeña risa.

—Estoy muy feliz Brooke.

—¿Si?—Me alegra escuchar eso pero ¿Puedo saber el motivo en específico?—Pregunté como si no supiera la respuesta.

—Tu.—Contestó.—Tu eres el principal motivo.

Sonreí al escucharlo sintiendo mi rostro calentarse mientras el me miraba de una forma inexplicable, con sus lindos ojos brillando como si estuviera viendo alguna maravilla.

—Me haces tan malditamente feliz, no podría imaginar una vida en la que no estuvieras tu.—Acarició mi mejilla cuidadosamente.—Eres un gran tesoro que no puedo terminar de creer que yo encontré.—Sonrió.—Mi vida es mejor desde que tu estas en ella, maldición, en serio te amo tanto Brooke...—Murmuró lo último para después tomar mi rostro con sus dos manos.

Cadete Morgan 2. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora