Capítulo 24

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(Al final del capítulo les dejé una preguntita).

Brooke.

Lo miré completamente sorprendida mientras sentía mis mejillas calentarse, realmente nunca esperé algo así, aunque admito que siempre he sentido curiosidad por usar uno, sin embargo, nunca había visto uno como ese.

—¿Quieres que yo...me...ponga eso?—Pregunté algo apenada ante su fuerte mirada sobre mi cuerpo.

El relamió sus labios mientras me recorría con la mirada para después acercarse nuevamente hacia mi, mientras yo seguía sentada sobre la cama, causando que quedara mi rostro justo a la altura de su entrepierna, donde cada vez era mas evidente su erección cubierta por sus pantalones.

—No mi niña...—Susurró tomándome del mentón, haciendo que levantara la mirada para verlo a los ojos.—Yo te ayudaré con eso.—Sonrió.

—Pero...iremos a la cena...—Dije con nerviosismo, cerrando de forma fuerte mis piernas, tratando de frenar un poco la humedad que sentía en mi intimidad.

—Exacto.—Me miró burlón.

Lo miré unos segundos sin entender bien a qué se refería y justo cuando caí en cuenta sentí nuevamente sus labios sobre los míos, formando un beso salvaje, jugando con nuestras lenguas mientras la temperatura se elevaba nuevamente en ambos. 

Mi respiración se aceleró y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo cuando sentí sus caricias sobre mi cuerpo.

Abrí mis ojos de golpe cuando sentí mi parte superior del traje abrirse gracias a Blake, mostrando mis pechos ante él.

—En cuanto te vi me dieron tantas ganas de follarte pequeña...—Murmuró para después tomar entre sus labios uno de mis pezones.

Abrí mi boca sumergiéndome en la sensación de placer mientras sentía su lengua juguetear con mi pezón, para después soltar uno y darle la misma atención al otro.

Mordí mi labio intentando reprimir un jadeo mientras apretaba las piernas completamente excitada.

El dejó mis pechos para después acariciar de forma seductora mi abdomen, bajando hasta el comienzo de mi pantalón, desabrochándolo de forma rápida.

Cuando menos pensé el ya había bajado mi pantalón junto con mis bragas, mientras mis tacones negros caían al suelo.

Traté de volver a cerrar las piernas pero el no me lo permitió, abriéndolas con sus grandes manos de forma demandante, exponiendo mi intimidad ante sus ojos.

Maldita sea me encantaba que fuera tan salvaje conmigo.

—Necesito tener tus piernas abiertas pequeña.—Soltó mientras daba una ligera palmada sobre mi intimidad, ocasionando que yo diera un brinco en mi lugar.—Creí que tal vez utilizaría lubricante para ponerte el vibrador, pero no creo que será necesario.—Dijo de forma burlona mientras acariciaba mi clítoris de forma suave.—Es que mírate niña, estas empapada.

El comenzó a estimular un poco más rápido mi clítoris mientras yo me retorcía y trataba de evitar soltar gemidos.

El cubrió mi boca con su mano, reprimiendo mis gemidos mientras adentraba dos de sus dedos en mi interior.

Lo miré a los ojos dándome cuenta de la sonrisa burlona que adornaba su rostro, para el era tan fácil tenerme en aquél estado, le resultaba divertido.

—Mi pequeña niña quiere gritar...—Se burló mientras comenzaba a estimular mi punto g.

Abrí mis ojos de golpe sintiendo una fuente sensación de placer mientras sus dedos torturaban mi intimidad, golpeando exactamente mi punto más débil, causando que mis fluidos comenzarán a salir de forma más abundante, mojando su mano y una parte de la sabana.

Cadete Morgan 2. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora