Capítulo 47

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Advertencia [+18][Kai, Susan]

Puse a su criterio si querían detalles en este capítulo y la mayoría votó que si, pueden saltar esta parte si no quieren saber, gracias por leer <3.

Kai.

—¡Esto es hermoso!—Susan miró todo maravillada.

Sonreí con felicidad al notar sus ojos brillando de alegría y solté un suspiro con alivio, pues de verdad temía que no le gustara.

Estoy demasiado nervioso, siento que mis manos sudan y mis piernas tiemblan, no quería arruinar esto.

—Me alegra que te guste.—Dije sintiendo mi rostro caliente.—Ven linda, siéntate.—Dije sacando una de las sillas para que se sentara en la mesa que preparé junto a Brooke.

—¿Cuándo hiciste todo esto?—Preguntó mirando toda la decoración.—Te quedó hermoso.—Sonrió mientras se sentaba.

Preciosa, como siempre.

—Y eso que no has probado la cena que hice.—Levanté una de mis cejas de forma juguetona mientras caminaba hacia la cocina donde tenía todo listo.

Todo lo sentía en cámara lenta por los mismos nervios, mi corazón palpitaba en mis oídos y mis manos se aferraban a los platos que llevaba a la mesa.

No hagas algo estúpido Kai.

—Impresionante.—Dijo cuando ya tuve todo sobre la mesa.—¡Hiciste lasaña!—Se emocionó mientras daba un brinco sobre su silla.

Sonreí maravillado y me quedé unos segundos embobado, pues realmente Susan es perfecta para mis ojos.

La amo tanto.

—¿Qué tanto me miras eh?—Preguntó de forma coqueta.

—Lo siento, es que eres hermosa.—Solté con nervios.—Podría mirarte siempre...—Terminé de decir con timidez.

—Hazlo, mírame siempre.—Puso un mechón de pelo detrás de su oreja.—Yo siempre te estoy mirando, eres perfecto Kai.—Suspiró.

Y si, sentí mi rostro calentarse en cuanto dijo eso, señal de que seguramente me encontraba completamente rojo.

—No soy perfecto.—Murmuré.—Pero trato de serlo para ti, mereces lo mejor y quiero darte lo mejor.

—Kai, no necesitas esforzarte, créeme que yo soy feliz solo con tenerte a ti, tú me haces feliz con o sin obsequios, sólo tú, como persona.—Sonrió mientras tomaba una de mis manos sobre la mesa.—No tienes que intentar ser perfecto, ya lo eres.—Acarició levemente mi mano.—Y aunque no lo fueras, yo te seguiría amando.

Creo que quiero llorar.

Siempre había sentido la necesidad de ser el mejor en todo, en esforzarme y tener la aprobación de las personas que me importaban, pero con Susan era diferente.

Con ella me siento libre.

Y fue lo único que me importó cuando me puse de pie y me acerqué a ella, besándola de forma apasionada.

Soltó un jadeo sorprendida por mi acto para después seguirme el beso, pasando sus suaves manos sobre mis hombros, acercándome a ella más.

—Kai...—Dijo sorprendida cuando nos separamos.

Reí por su expresión para después acariciar su rostro con delicadeza, sintiendo fascinación por cada una de sus facciones.

—Te amo Susan, y quiero dejarte en claro que no te veo como algo pasajero, te veo como la mujer con la que quiero estar el resto de mi vida, respetando todos tus límites, quiero aprender de ti, escucharte, apoyarte en todo y amarte, quiero hacerte sentir segura, quiero ayudarte a que te ames a ti misma, que te veas de la manera en la que yo te veo.

Cadete Morgan 2. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora