Cadete Morgan 2.

Capítulo 49

Jayden.

Llevaba horas mirando el techo de la habitación con pensamientos vacíos en mi cabeza, sintiéndome tan miserable que siquiera podía levantarme, sentía que mi cuerpo pesaba y mi nuca dolía sobre la almohada, con una sensación de ahogo en mi garganta y mis ojos enrojecidos por el cansancio.

Simplemente me quedé ahí, creyendo que solo era un episodio de muchos y pronto se me pasaría.

Dylan había venido hace poco a ofrecerme algo de comida, acepté, pero aun así, el plato con comida seguía sobre la mesa de noche, frío e intacto, pues realmente no me apetecía comer pero no quería preocupar a nadie.

Me siento tan egoísta ahora mismo, debería de estar feliz, tengo amigos que me aman y me apoyan, un lugar donde dormir, comida y muchas otras cosas de las que debería considerarme afortunado, estoy rodeado de personas.

Entonces me pregunto ¿Por qué me siento tan solo?

Me siento estancado, miro hacia atrás a lo largo de mi vida y realmente me doy cuenta que todo lo que logré no fue por mi propia cuenta, yo no lo hubiera logrado solo y eso me hace sentir tan malditamente inútil y avergonzado de mi mismo que verdaderamente no puedo disfrutar de ello.

Recuerdo cuando era pequeño, miro a ese pequeño niño reflejado en el espejo y me siento tan culpable al ver su rostro, siento que le he fallado tanto, he arruinado todas las ilusiones y sueños de ese pequeño.

Me he arruinado a mi mismo.

Ni siquiera puedo recordar la voz de mi madre.

Soy tan estúpido.

Quisiera ser feliz.

¿Por qué no puedo ser feliz?¿Por qué siento que la vida ya me arrebató todo lo que podía hacerme feliz?¿Por qué no puedo disfrutar de las cosas como los demás?¿Por qué no puedo ser normal?

Por favor, ya estoy cansado, me siento agotado de todo esto, tengo miedo, siempre, tengo miedo de pensar en lo que soy capaz de hacer con tal de acabar con esto.

Tengo miedo de hacerles daño a mis amigos.

Mi mamá estaría tan decepcionada de mí.

Y no la culparía, pues yo también lo estoy.

Incluso he pensado en lo fácil que seria terminar con esto, claro que sé que mis amigos se sentirían mal, pero estoy seguro de que lo podrán superar y seguir con sus vidas, son más fuertes que yo, por mucho.

Yo soy débil, siempre he estado consciente de eso.

Ellos han vivido cosas mas difíciles  y no están llorando como yo lo hago.

Suspiré ahogando un sollozo y miré las hojas blancas frente a mi, comenzando a escribir sin saber muy bien lo que hacía, pero mi mente volvió a bloquearse y me quedé en blanco, sin saber cómo comenzar con esto.

Hice bolita la hoja de papel y la tiré con frustración, dejándome caer de nuevo sobre la almohada.

Patético.

Unos toques en la puesta se escucharon, por lo que miré la hora confundido, pues ya era tarde como para que alguien este tocando.

—¿Jayden?¿Estas ahí?—Escuché la voz de Kai detrás de la puerta.

Abrí mis ojos sorprendido y tragué saliva en seco, guardando el desastre de hojas que tenía sobre la cama de forma rápida. 

—Entra, esta abierto.—Solté, intentando sonar relajado.

Lo miré entrar por la puerta y ahogué un suspiro en cuanto mis ojos se pasearon por su cuerpo.

Eres alguien muy hermoso Kai.

Bajé la mirada, con el duro pensamiento en mi cabeza de que lo nuestro jamás pasará.

Ni siquiera hay un "lo nuestro", idiota.

—Hey ¿cómo estas?—Habló, sentándose frente a mi, sobre el colchón.

Lo mire extrañado.

¿Venía a media noche a mi habitación para preguntarme cómo estaba?

—¿Bien?—Contesté confundido, levantando una de mis cejas sin saber muy bien qué estaba pasando.

El me miró unos segundos en silencio, causando que mis nervios aumentaran y desviara la mirada, afectado.

—¿Hay algo que me estas ocultando?

Mierda.

—¿Qué?

—Es que...—Suspiró.—Últimamente te he notado diferente, alejado, más callado y, he notado que hablas muy en privado con Brooke solamente de algo que yo no sé.—Hizo una pausa.—No quiero ser entrometido o molestarte, pero me preocupas y quiero que sepas que si necesitas hablar con alguien sobre lo que sientes aquí estoy yo.—Me miró.—Si no quieres igual lo entenderé.

No supe qué responder.

Por estas cosas me enamoré de ti Kai.

—Gracias...—Susurré sin saber qué decir.—De verdad Kai, no tienes idea de lo que significa para mi que me digas esto.

El sonrió, mirándose tan malditamente precioso al hacerlo, mostrando sus lindos dientes mientras una de sus manos la apoyaba sobre mi hombro.

Me quedé mirándolo, pensando en lo mucho que envidiaba a Susan, en lo mucho que me gustaría ser ella, tener su cabello, sus labios, sus ojos y su cuerpo, solamente para tenerlo a él. 

Mi mirada se desvió a sus labios, cerrando mis ojos mientras me alejaba, recargándome sobre la cabecera de la cama, apretando mis manos sobre la sabana, intentando no llorar.

Y no aguanté.

—Soy gay.—Solté de golpe.

No hubo reacción alguna en su rostro, mantuvo su sonrisa mientras se acomodaba en su lugar.

—Eso no cambia nada Jayden, yo te quiero sin importar tu orientación sexual, eres mi mejor amigo.

Suspiré al escuchar su respuesta, aliviado.

—No sé lo digas a nadie Kai, por favor.

—No lo haré, lo prometo.—Asintió con la cabeza.—Y gracias, por tener la confianza de decírmelo.

Sonreí levemente al escucharlo y mordí mi labio indeciso, pues no sabía si debería seguir hablando o no decir nada más.

—Eres mi mejor amigo, claro que te lo iba a decir.—Contesté sonriendo, como si no me doliera el decir que solamente es mi mejor amigo.

—¿Cuándo...desde cuando lo sabes?—Preguntó.

Lo pensé unos segundos antes de contestar.

Recordé aquélla vez, hace dos años que estábamos jugando videojuegos, Kai por accidente había caído arriba de mí.

Esa vez sentí algo diferente al tenerlo tan cerca.

Algo que jamás había sentido.

—Hace dos años.—Contesté, el asintió  pensativo.

—¿Puedo preguntarte otra cosa? Si no quieres responder no lo hagas.

Asentí con la cabeza.

—¿Con qué chico te diste cuenta?

Y mi respiración se detuvo al escuchar su pregunta.

Me reí nervioso, comenzando a sentir mis manos temblar.

Y el puso su mano sobre las mías, deteniendo el temblor.

Y lo miré, con mi corazón acelerado por su cercanía.

—Hey, estas temblando ¿Estas bien?
—Me dijo preocupado.—Si no quieres responder esta bi...—Lo interrumpí.

—Fuiste tu Kai.—Solté.—Siempre has sido tu.