Capítulo 2

275 27 2
                                    


Daniel

—Necesito encontrar una forma de expandir la marca, Sebastian. — Digo mientras me sirvo un poco de agua del mini bar que tengo en mi oficina.

Sebastian observa todos mis movimientos, mientras parecer estar pensando en algo.

—Podrías hacer otra sesión de fotos con alguien que este en tendencia. — Dice mientras saca su celular. —Instagram es una buena forma de hacer conocer algo.

—Si, pero no todo mundo tiene redes sociales.— Suelto un bufido porque realmente podría ser una buena idea, pero no la que necesito.

—Bueno, que tu subas una foto cada 3 años y solo sigas a 40 personas no quiere decir que todos son iguales que tú. — Menciona mientras revisa no sé que en su celular.

—No se trata de mí, se trata que necesitamos una nueva estrategia. — camino de un lado a otro en mi oficina. —Necesito relajarme, demasiada presión últimamente.— Me siento en mi silla giratoria detrás de mi escritorio.

Sebastian ríe mientras me pasa su celular para que vea algo en la pantalla y dice — Oh si, ya veo que debe ser mucha presión andar de pelirroja a pelinegra durante la semana. —Esta tratando de contener una carcajada, lo puedo notar por la forma en que presiona sus labios creando una linea recta, aparte de que su rostro esta empezando a ponerse rojo. —Maldito, ya quisiera yo tener esa presión.— Ahora si suelta la carcajada. ¿Por qué es mi mejor amigo?

En la pantalla del celular aparece un perfil de Instagram en donde suben publicaciones como si fueran periodistas o intento de, ya que siempre andan detrás de gente con influencia. He aparecido en varias ocasiones ahí, junto con Sebastian y otros amigos, nada que pueda afectar la imagen de nosotros, pero estas fotos, puede ser que deje de ser el angelito de mamá. Las fotos están ordenadas en un tipo collage donde se me ve en diferentes días, con diferentes mujeres. Upss.

Suelto una pequeña risa, me veo increíble a pesar de que estoy distraído y platicando con las distintas mujeres. Reviso los comentarios, algunos son de hombres poniendo comentarios de caritas enamorados, pero la mayoría son mujeres odiando a las mujeres con las que estoy, y otras están poniendo comentarios donde dicen que quieren que sea el padre de sus hijos. Eso crea escalofríos y me borra la sonrisa en mi cara. Es normal recibir este tipo de comentarios, soy Daniel Conte, obviamente quieren mis genes y obviamente la herencia que esta en mi apellido.

Sebastian ya se calmo y ahora parece perdido en sus pensamientos.

—Solo es gente que cree más importante la vida de otros que la suya misma. Solo son unas amigas, y capturan el momento que parece lo que no es.— Suelto mientras le regreso su celular. Sebastian asiente, él también ha estado involucrado en varios rumores.

—Bueno... ¿Salimos este fin de semana?— Pregunta mientras se desabotona un botón de la parte de arriba de su camisa color mostaza, ese color no me agrada, pero le queda bien. Arquea su ceja izquierda. Maldito yo no puedo.

—¿Estas tratando de seducirme para convencerme?— Suelto una media sonrisa. Vuelve a soltar otra carcajada.

—¿Esta funcionando? — Dice mientras toma un sorbo del café que amablemente Sol, mi secretaria le trajo. — Le queda delicioso el café que siempre me ofrece, es una lastima que la mujer que a mí me interesa es tu hermana.

Pongo los ojos en blanco. — Mi hermana esta casada felizmente con su esposo, teniendo dos bellos hijos. Aparte es mayor que tu 3 años. — Adoro a mi hermana, pero mis sobrinos son unos pequeños tornados que cuando pienso en ellos no puedo evitar sonreír.

—Esos niños son increíbles— Dice Sebastian, también con una sonrisa. Él es como el hermano que mis papás me negaron cuando yo era niño. Lo conozco desde que teníamos 5 años.

— Si y a ti te ven como un tío, no como un padrastro.— Mi celular empieza a sonar con una llamada de mi papá. Sebastian se levanta tomando su celular del escritorio y acomoda su traje.

—Me voy, también tengo una empresa que dirigir y mantener. —Dice mientras revisa la hora en su reloj. —Nos vemos el viernes.

—Esta bien, nos vemos— Digo mientras atiendo la llamada de mi papá.

—Dany, ¿Estas ocupado?— Pregunta mientras escucho ruido de fondo, como si estuviera en un restaurante.

—Tengo tiempo, ¿Pasa algo?— Es mi turno de preguntar.

—Solo para decirte que tu madre quiere que vengas a Boston este fin, quiere salir a cenar en plan familiar e invitar a su amiga. ¿Te acuerdas de la señora que hizo el baile de mascaras? — Podría jurar que esta sonriendo, de esa noche tengo muy pocos recuerdos. Supongo que el alcohol no es el mejor amigo de todos.

Murmuro un bajito claro, esa noche no fue la mejor de mi vida y solo recordar me provoca dolor de cabeza.

—Entonces en pocas palabras te quiero aquí el sábado, desde temprano, hay algunas cosas que quiero mostrarte. —Suelta con un tono mas serio. Mi papá hace lo que sea por ver a mi mamá feliz, son un buen ejemplo a seguir para ser sinceros.

—Si claro, llego temprano. — Suelto con resignación, podré tener 27 años y tener mis propios ingresos, pero cuando mamá o papá quieren algo, lo hago. Les debo mucho, soy quien soy gracias a ellos, es mi forma entre otras de regresarles algo.

—Excelente— Suelta feliz. — Nos vemos, cuídate.

— Igualmente papá, saludos a todos. — Suspiro y finalizo la llamada. Tal vez ir a Boston no sea tan mala idea.

Supongo que será un fin de semana entretenido. 

INEFABLE©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora