Capítulo 10

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Daniel

El domingo fue un día bastante tranquilo, después del casi beso con Stella, nos despedimos y quedamos en vernos el próximo domingo para almorzar ahora si todos juntos.

El lunes mi abogado me hablo para darme nuevas noticias. Me habían enviado flores. Rosas rojas.

El que yo en un principio creía que era un idiota interesando resulto ser una mujer. La cual se que es mujer por un pequeño error de mi abogado. Cuando por accidente dijo "la señorita...". No menciono exactamente quién era.

Ahora estoy peleando con una mujer a través de nuestros abogados. No nos hemos visto pero no creo que sea una señora. Una señora no tendría la creatividad de enviar flores en forma de burla.

Obviamente le envíe unas de regreso con un mensaje. Me gustaría ver su expresión. Tal vez empezó a gritar y las tiro a la basura. O tal vez las abraza por la noche cuando duerme.

Hoy es viernes, la semana se paso demasiado rápido. Tal vez porque ya quiero que sea domingo. Adalia y Dustin regresaron a Boston el lunes. Después de intercambiar números con Stella, prometieron venir más seguido. Me pareció curioso como mi hermana veía a Stella de cierta forma peculiar, como si tratara de memorizarla.

He intercambiando unos cuantos mensajes con Stella, nada fuera de lo normal. Me reto a jugar tenis con ella y tratar de ganarle. Después de burlarme y decirle que el tenis no era un deporte rudo.

El miércoles dejo de contestarme y pensé que seriamente estaba enojada conmigo, pensé que estaría ocupada con su trabajo, que después de interrogar a mi cuñado me dijo que su mamá tiene una joyería.Tenía. Stella regreso para ocupar su lugar.

Estuve apunto de ir hasta la joyería MoonMyers, porque si efectivamente investigue cuál era. Pero después de que Stella me aceptara la solitud en instragram, pude ver que reposteo la historia de un tipo con el pelo castaño. Era una selfie. Los dos se veían felices. No diré que me dieron celos, pero tampoco me alegro ver a la competencia.

Stella todavía no es mía, no tendría que ponerme celoso, pero la siguiente historia que reposteo es desde la cuenta de su amiga Mae, donde se ve claramente como el tipo carga a Stella de caballito y corre por un parque. Ellos no lo notan hasta que voltean y sonríen a la cámara.

Ese debería de ser yo.

Sacudo mi cabeza eliminando ese tipo de pensamientos y camino directo a la sala de juntas, siempre llego antes que toda la mesa directiva.

Mientras estoy sentándome me llega un mensaje de Sebastian preguntándome cuándo nos veamos a ver. Ninguno a tenido tiempo libre.

Daniel: El domingo vamos al club, tengo una puesta que ganar y tu me vas ayudar.

Sebastian: Pensé que las apuestas ya habían quedado en el pasado.

Daniel: Esta es una apuesta diferente.

Sebastian: Bien, entonces me llevo ropa deportiva. ¿Hora?

Buena pregunta, necesito hablar con Stella, quizás y con suerte interrumpo algo que no quiero ni siquiera imaginar.

Por suerte contesta rápido. Odio esperar.

— Daniel, ¿cómo estas?.— Saluda sin darme oportunidad de hablar.— Espera, te llamo en unos minutos tengo asuntos que resolver. — Y cuelga.

Jamas me habían colgado sin siquiera yo tener la oportunidad de hablar.

Llegan todos los miembros y empezamos con la junta semanal.

Salgo de la junta y voy directo a mi oficina. Estas juntas tan largas siempre me provocan dolor de cabeza. Reviso mi celular y sigo sin saber de Stella.

Son las 6 de la tarde cuando por fin me llama.

— Stella me tenias preocupado.— Ni la saludo, sonando un poco seco, pensé que le pudo haber pasado algo. — Lo siento. — Murmuro mientras me foto las sienes.

— No te disculpes. No había tenido tiempo de agarrar mi celular. — Se escucha el sonido que hace la campana del elevador.

— No debí reaccionar así, solo fue un día pesado. — Suelto un suspiro, quizá sí use el tono equivocado al principio con ella.

— Créeme entiendo el sentimiento, bueno no te quito tiempo, el domingo en el club a las 9 de la mañana, desayunamos y luego jugamos. — Dice, no pregunta, simplemente da la orden.

— Bien, lleva una amiga para que sea justo. — Le digo en broma, luego me acuerdo del tipo que me puso de mal humor y mi felicidad se esfuma.

— También lleva uno. Ya tengo quien para darte una paliza. — Me contesta, escucho el ruido de una puerta ser cerrada luego un motor de carro. — Nos vemos el domingo. — Se despide. Ahora si parece esperar a que yo lo haga.

— Preparate para pagarme mi apuesta Myers. — Quiero ganar. — Y sueña conmigo. — Le digo a modo de broma.

— Quieres que tenga pesadillas. — Dice y luego suelta una carcajada. — Descansa, y ni siquiera te voy a decir que sueñes conmigo porque sé que lo harás. — Ahora si cuelga y yo me pongo a reír.

Pues equivocada no estaba.




Capítulos cortitos pero necesarios :)  

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