Capítulo 32

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Daniel

Después de varias risas y besos robados logramos tranquilizarnos y Stella observa cada detalle de mi habitación.

— Pensé que eras mas nerd.

¿Qué?

La observo con duda y ella suelta una risa.

— Manejas todo un imperio, era de tu papá y cuando llego a tus manos lo convertiste en todo tuyo, eso quiere decir que eres un cerebrito. — Me observa como si fuera obvio. — Pocos pueden lograr lo que tu hiciste y mas en el poco tiempo que lo conseguiste. Esperaba encontrar muchos libros de administración o negocios por todos lados. 

Continuo observándola porque me dejo sin palabras.

Stella Myers dando un cumplido sin parecer incómoda.

— Bueno esos están en la biblioteca de mi departamento.

— Tiene sentido. — Se detiene frente a las repisas llenas de trofeos. — Esto si me sorprende. Sabia que jugaste futbol americano pero no sabia que era campeón.

— Y también de algunos de Hockey sobre hielo.

No me mira porque parece embelesada con todos los trofeos.

— Bueno en los deportes, inteligente y atractivo ¿qué más puedo pedir? — Suelta la pregunta al aire y yo me acerco por detrás de ella y la rodeo por la cintura con mis brazos.

— Olvidaste mencionar que soy un dios del sexo que te da los mejores orgasmos de tu vida. — Se ríe y apoya su torso en el mío.

— Ah sí claro, también debería mencionar que eras un fuckboy pero que cambiaste por mí.

— Y no sabes cuanta razón tienes, antes la idea de pensar en un futuro con alguien si llego a existir y luego por culpa de Margaux ese deseo se esfumo. — Stella se remueve en mis brazos y voltea hacia mí. Sus expresión no dice mucho pero conociéndola eso quiere decir todo.

— Necesito su nombre completo y su dirección. — La observó esperando a que se ría pero no hace nada. — Vamos, no le voy hacer nada, solo una pequeña visita.

— No supe nada de ella desde la ultima vez que nos vimos, qué fue cuando termine con ella. — No sé que expresión puse pero Stella suelta un suspiro.

— No sabes el trabajo que me esta costando no tomar mi celular y pedir que la investiguen para una visita de mi parte. — Estoy apunto de hablar pero su mano tapa mi boca. — Esa perra se atrevió a hacer algo que hace desaparecer tu sonrisa. — Sus ojos llegan a decir mas de lo que uno puede creer posible.

Esta loca. Pero es mi loca.

— Estoy seguro que no te atreverías a hacerle algo por tu cuenta.

— Eww no, seria como tocar basura y mi manicura es muy valiosa para dañarla en algo que no vale la pena. — Dice mientras observa sus uñas.

Suelto una carcajada porque sé que esta haciendo esa broma para alivianar el ambiente.

Creo.

Margaux es lo que yo describiría como una mujer vacía.

— Madre mía, es que hasta tiene nombre de perra. — Me rio porque la seriedad con la que lo dice es increíble. — Esto es serio, mi vecina de hace unos años tenia una perra que se llamaba así.

— Me educaron para siempre tratar a las mujeres con respeto estén o no presentes, pero en esta ocasión estoy de acuerdo contigo. — Me observa por largos segundos, recorriendo toda mi cara.

INEFABLE©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora