INEFABLE©

Capítulo 41

Daniel

Stella se fue temprano esta mañana, salió corriendo esta porque tenia que alimentar a Salem, ir a la oficina y más cosas.

¿Es raro que me sepa su horario?

Nah.

Cuando me acerco por una botella con agua fría a mi refrigerador, veo una notita pegada en forma de aguacate. Por supuesto ella tendría post-it tan raros pero tiernos.

Una sonrisa se me escapaba.

"Te quedaste dormido y fue mi oportunidad para huir, nos vemos después." -S

Un risa se escapa de mi ser, es increíble esta mujer.

Me encanta. 

Atiendo a Thor y estoy tentado a llevármelo.

Ser el jefe tiene ventajas y llevar a mi perro es una de ellas.

Decido no llevarlo y lo dejo para que este mas cómodo aquí.

Cuando llego al piso de mi oficina mi buen humor desaparece. Sol, mi secretaria parece nerviosa mientras esta hablando con uno de los empleados.

— Buen día señor Conte.— Me dice y el hombre se voltea y repite el saludo.

— Buen día Sol y compañía. — Les digo sin detenerme y llegando a mi puerta.

— El señor Smellie tiene una reunión con usted en unos minutos. — Me dice Sol detrás de su escritorio.

— Que pase cuando sea momento. — Le contesto mientras recibo mi celular. Cierro y marco el numero de Richard.

— Hombre te tengo buenas noticias. — Le digo mientras juego con la carpeta que esta en mi escritorio desde el viernes.

— Yo a ti también. — Contesta. Una sonrisa y un suspiro esto único que puedo tener. Al fin toda esta mierda va acabar.

— Bueno sí buscabas una carpeta perdida aquí la tengo. — La linea se queda en silencio. Mientras acomodo todo trato de ordenar también. Deje un desastre en mi escritorio desde la semana pasada.

— Eh sí, pensaba pasar por el, me imagine que lo olvide contigo. — Suelta una leve risa. — Tengo muchas carpetas sobre ti.

— Bueno, no puedes quejarte, gracias a tanto trabajo te vas a donde quieres de vacaciones. — Le digo y reímos.

— Voy por ella más tarde. — Y cuelga.

Recibo otro mensaje de mi amigo Charles.

Charles: Amo intimidar gente tan temprano.

Pasan los minutos, reviso los correos y espero mi taza de café. Tocan la puerta, entra Sol después de que doy la autorización para entrar, y seguida de ella entra el hombre. Él trae una sonrisa arrogante y la mía se multiplica.

Sol deja una taza de café en mi escritorio y se retira. Cuando va a salir se topa con Charles y mi amigo le da esas sonrisas de siempre.

Ya le dije que no coquetee con ella pero no entiende.

— El informe que pediste, las ratas son tan fáciles. — Dice mi amigo sin saludar y me entrega una carpeta. Se siente en la silla a lado del hombre rata.

— Charles Campbell, diría que un gusto pero no. — Le dice al hombre y sonríe. Cuando se mueve un poco su placa del FBI reluce y el hombre rata borra su sonrisa.

— Pensé que era una reunión privada. — Habla por primera vez.

— Y yo que los contratos de confidencialidad eran claros. — Le contesto. Se remueve incomodo.