Capítulo 46

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Daniel

Una vez salimos del elevador, mi vista recorre todo el lugar en busca de algo, o de alguien en especial. Cuando veníamos en camino vi que Stella subió una foto a su historia, una foto de una foto instantánea. Como una que yo traigo en mi cartera de ella.

Con suerte y la voy a poder ver en persona.

Los chicos ríe de algo y eso me hace regresar a la realidad. Vamos buscando en qué queremos ganar dinero.  Saludamos a algunas personas. Hay muchas mesas de póquer, también hay de Blackjack, domino y varios mas.

Yo decido irme a una mesa de póquer, mientras Charles cambien, Seb y Adrian se van a Blackjack.

Nos sentamos en la mesa, esperamos a que los demás jugadores se acomoden. Un lugar queda vacío, pero un tipo llega corriendo y se sienta.

Empezamos con el juego.

Charles se retiró hace unas manos, solo quedamos 3 en la mesa, el tipo que llegó al ultimo corriendo y un anciano.

Voy a ganar.

El anciano está en su turno, quito mi vista de el sin razón alguna, como si fuera algo que me atrae lo que me hace voltear a mi derecha. El tipo que llegó corriendo esta muy enfocado en los movimientos de su contrincante pero mi vista se queda fija en ella. A espaldas de el viene caminando directo a la mesa, mi corazón comienza a latir con demasiada fuerza y siento cómo se me corta la respiración.

Esta preciosa, siempre, hoy luce como un sueño andante.
Mi sueño.

No le quitó la mirada de encima, alza un poco su mirada y me ve. Le doy mi mejor sonrisa ladeada que se que le encanta, ella solo recorre mi cara tan rápido que es difícil notarlo, solo alguien que la conoce tan bien se puede dar cuenta de sus movimientos. No me regresa la sonrisa. Llega a la mesa y se coloca al lado del tipo que llegó al final, en realidad se apoya en su hombro. El tipo está concentrado en la partida, pero alza una mano y aprieta la de ella.

Me hierve la sangre. Mis manos se hacen puños. Charles siendo también un espectador alza amabas cejas cuando une los puntos. Voltea a verme alzado una ceja. Cierro los ojos y niego. Me da unas palmaditas en el hombro, y sonríe.

Cabrón.

— Hermano, a esto me refería cuando te dije que era muy jodido enamorarse. — Suspira dramáticamente. — lo siento por ustedes que les gusta enamorarse.

— Ya quiero que te enamores para que te tragues tus palabras.

—Se vale que sueñes. — Ríe y regresa su vista a la mesa. Yo también lo hago. Stella sigue hablando en voz baja con el tipo, no hay besos y no parecen tener esa confidencialidad que tienes con una pareja. O con alguien que te gusta.

Ahora con más ganas quiero ganarle. El que gana se queda con la reina ¿no?

Stella aprieta el hombro de el y se va. El anciano por fin se decide que movimientos hacer y continuamos con la partida.

Después de algunas manos más finaliza la partida. Como dije, gane. Pero no gane completamente porque yo no me quede con la reina.

Continuamos la noche entre juegos y bebidas. Ahora que se que está aquí no le quitó un ojo de encima, aunque sea de lejos. Alguien debe cuidarla de los pervertidos. Ya que el tipo con el que estaba en la mesa se fue hace un rato con una pelirroja.

INEFABLE©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora