Stella
La tensión que sentí durante todo el domingo mientras estaba cerca de Daniel fue desesperante. Quería hacer tantas cosas que nos involucraban a nosotros dos. Solos. Sin ropa.
Fue desesperante porque yo no suelo ser así, es muy raro que con solo ver a alguien se alteren mis hormonas creando escenarios bastante excitantes.
Y tampoco me puedo sorprender. Daniel es bastante atractivo, tiene ese tipo de sonrisas que hace sus ojos un poco mas chiquitos. Mi debilidad.
Es bastante alto, le llego a los malditos hombros. Y más esos hoyuelos que se forman cuando sonríe, le dan un aire travieso.
Y vaya que quiero hacer travesuras con él.
Sonrío mientras recuerdo como quedamos a centímetros de besarnos. Aunque Dustin que es como un hermano mayor para mi y Adalia la propia hermana mayor de Daniel estuvieran ahí no parecía importarle porque después de unos segundos de ver mis labios y después sonreír totalmente coqueto parecía que me iba a besar. Y yo con gusto lo iba a dejar. Aunque eso sobrepasara mis limites.
Perooo nada es tan bueno en esta vida, porque en eso sonó mi celular con la llamada de un encargo que hice.
Encargo que parece haber logrado su cometido porque hoy miércoles por la mañana recibí la respuesta.
Mandarle rosas rojas para mí fue un chiste que en su momento desee poder ver la expresión de la otra persona de la cual todavía desconozco quien es. Solo sé que es un hombre con el suficiente dinero para atreverse a decirme por medio de nuestros abogados que podría comprarme otro edificio solo para que dejara su edifico en paz.
Si llegue a pensar en que debería buscar otro lugar. Pero ese lugar yo lo quiero. Y siempre consigo lo que quiero. Aparte de que ya empezó el juego y no pienso dejarlo ganar.
Mis flores solo tenían una nota que decía "no gracias". La mujer de la florería me pregunto que si como quería firmar la nota y simplemente conteste con una carita de un guiño.
Su respuesta fueron también rosas pero a diferencia de las mías estas eran rosas. Rosas rosas. Con una nota que decía "Cariño no intentes jugar si no conoces las reglas". Tenia una bonita caligrafía. Idiota.
¡Sorpresa! Yo invente el juego.
No sé que parte es la que mas molesta. Cuando pensé en las flores rojas dudaba que entendiera el significado tan rápido. Las rosas rojas pueden llegar a significar el amor por excelencia, los amantes, la pasión, el fuego...También simbolizan admiración y respeto.
Claramente entre nosotros no hay nada de eso. Y justamente por eso se las mande.
Ahora parece que entramos en la primera parte del juego porque las rosas rosas también tienen diferente significado. Simbolizan la bondad, la simpatía, la gratitud y la belleza de una persona. Es un gesto de cariño, generosidad, respeto, ternura y admiración. Indican gratitud y la ausencia de malos sentimientos e intenciones.
Creo que lo que mas me molesto fue la carcajada que solté cuando las vi. El que entendiera y me regresara la jugada me pareció curioso. Llegue a creer que no les daría importancia o simplemente diera por alto el color.
Salgo de mis pensamientos cuando el teléfono fijo en mi escritorio suena asuntándome, haciéndome retroceder un poco en mi silla.
— Stella, te necesitan en la joyería, seguridad dice que no hay nada sospechoso.— Me dice Flor. Me sorprende que me marque en vez de tocar por la puerta. Veo a través del cristal y observo que no esta en su escritorio. — Yo estoy abajo también, lo mas sospechoso es como puede verse tan bien distraído.— Eso último lo susurra y ahora entiendo porque me llamo.
Mientras sonrío le contesto que ya bajo.
Entro en el elevador corporativo, solo quienes tienen tarjeta de acceso lo pueden usar, ya que este lleva a pisos que son solo para el personal.
Me miro en el espejo asegurándome que todo este en orden. Y por supuesto que lo esta. Salgo tratando de ver alguna irregularidad con los clientes, todo parece normal. Flor esta platicando con una dependiente que atiende la parte de los aretes.
Volteo buscando a Morgan, un guardia que es menos serio que los otros, levanta su dedo pulgar indicando que todo esta tranquilo. Asiento y le sonrío. No me devuelve la sonrisa pero su comisura izquierda se eleva un poco.
Algún día lograre hacer que todos sonrían un poquito.
Camino con seguridad haciendo ruido con mis tacones hacia el hombre que esta espaldas a mí.
Mi boca forma una perfecta o. Sonríe, se acerca a mi y con su pulgar traza mi labio inferior mientras dice.
— Hola linda.
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INEFABLE©
RomanceStella Myers continuando con la joyería de su madre, creando piezas únicas e inigualables, siendo una mujer ambiciosa decide comprar un nuevo edificio con la ubicación perfecta para hacer crecer mas las ventas, entrando en un conflicto con un hombre...