StellaLa alarma suena a las 6 de la mañana. Maldita. Me estiro y acerco a la mesita de noche donde deje mi celular cargando, para apagarla porque es enfadosa. Lleva sonando varios minutos y me rehusaba a moverme para apagarla.
Cuando la apago la canción de la pantera rosa deja de sonar y vuelvo a tirarme en el colchón. Estiro mi mano y Daniel no esta.
Me levanto y encamino al baño, cuando me veo en el espejo agradezco anoche haberme quitado el maquillaje porque si no ahora seria un oso panda.
Después de hacer mis necesidades y lavarme la cara, cuando estoy cepillando mis dientes pongo atención en mi cuello. Un chupeton se nota en la zona.
Voy a matarlo.
Termino de lavarme los dientes y salgo del cuarto. Daniel ya esta aquí abriendo las cortinas permitiendo el paso a la poca luz del sol.
— Buenos días, pensaba levantarte un poco más tarde ya que el desayuno estuviera listo. — Dice de espaldas a mí porque ahora esta abriendo la puerta que da al balcón.
— Buenos días. — Camino a la cama y vuelvo a acostarme. Cierro los ojos y bostezo. — Hubieras apagado mi alarma entonces.
— No la escuche, me levante un poco antes. — Siento cómo se hunde el colchón. Automáticamente separo mis piernas como si fuera una invitación.
No estaría mal.
Cuando abro los ojos esta sobre mí, con sus manos a cada lado de mi cuerpo para sostenerse. La posición me deja la completa información de que esta duro como una piedra.
— Podría acostumbrarme a despertar con un dios griego entre mis piernas cada mañana.— Le digo porque es totalmente cierto. Me remuevo un poco haciendo un poco de fricción en nuestras partes intimas y el gruñe.
— Yo también. Y deja de hacer eso, no tenemos mucho tiempo y contigo me gusta tomarme mi tiempo de consentirte. — Me besa y puedo notar que sabe a menta. Qué bueno que me lave los dientes y que él también. — Esto estorba. — Dice mientras juega con el elástico de mi short.
Continua besando mi cuello y me toma por sorpresa como aprieta uno de mis pechos por sobre la blusa de mi pijama. Obviamente mis pezones reclaman su atención haciéndose notar. Se separa de mi cuello y dirige su vista a las cimas fruncidas.
Con su pulgar acaricia uno y con su boca succiona el otro. A pesar de tener una tela interponiéndose en el contacto directo se siente de maravilla. A eso sumándole su rodilla presionando en mi zona intima logra robarme varios gemidos.
Cuando vuelve su boca a mi cuello después de haberles dado atención a ambos pechos, me acuerdo de el maldito chupeton que me hizo.
Lo aviento haciendo que caiga de espaldas sobre le colchón. Me subo sobre el haciendo nuevamente fricción en nuestras partes mas sensibles.
— Stella la vaquera, me gusta. — Dice y después se queda callado cuando me acerco a su cuello sin dejar de mover las caderas. Pone su mano sobre mi cuello ahorcando ligeramente y dirige mi boca a la suya. Continua con el beso esta vez incluyendo nuestras lenguas enredándose y su mano no suelta mi cuello. Hace una ligera presión que me provoca un gemido que muere en su boca.
Me separo y el gruñe. Tomo aire y continuo con mi tarea de besar su cuello. Cuando creo haber logrado mi misión me separo. El esta tan duro que estoy segura que eso duele.
— Si tu te atreves a dejarme un chupeton ten en cuenta que yo también lo haré. — Dejo un besito en su nariz y me levanto tan rápido que pienso en la posibilidad de caerme.
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INEFABLE©
RomanceStella Myers continuando con la joyería de su madre, creando piezas únicas e inigualables, siendo una mujer ambiciosa decide comprar un nuevo edificio con la ubicación perfecta para hacer crecer mas las ventas, entrando en un conflicto con un hombre...