Capítulo 20

128 17 26
                                    


Daniel

Después del evento espero a Stella apoyado sobre mi carro, jugueteo mi celular y en ese momento me llega una notificación de Instagram. Bajo la vista y veo que me etiquetaron en una publicación. Alzo la vista y no veo que ya venga Stella y aprovecho para ver de qué trata. Cuando noto que es en la cuenta de chismes donde últimamente hemos aparecido mucho solo pongo los ojos en blanco.

En la publicación se pueden ver varias fotos de nosotros las ultimas semanas en lugares a los que hemos ido, algunas con un mal enfoque y un poco borrosas, otras ya más cerca y de mejor calidad.

Antes solo me etiquetaban a mi, pero cuando descubrieron el usuario de ella empezaron a etiquetarla. Nuestros perfiles son privados entonces realmente no conocen mucho de nuestra vida.

La ultima foto es de esta noche, se ve como estoy sujetando su mano mientras con su otra mano señala hacia los collares, ambos miramos hacia la vitrina y sonreímos. Nos vemos como si estuviéramos modelando. Y es que ambos salimos muy bien.

Stella siempre.

Abajo dice "Parece que la princesa de la joyas esta dando asesoría al nuevo rey de la industria de la ropa."

Río para mi mismo. Cuando Stella vio cómo la empezaron a llamar se enojo y termino de desahogar su momento de enojo conmigo diciendo "Soy la maldita reina". Hizo un puchero adorable que fue inevitable para mí comérmela a besos. Se enojo aun más que a mí si me dijeran rey.

Los dos llegamos a la conclusión de que es porque yo llevo mas tiempo con mi puesto y ella esta empezando. Aunque estoy orgulloso de lo que ha logrado conseguir en tan poco tiempo.

Cuando levanto la vista ya esta enfrente de mi, con sus brazos cruzados y una media sonrisa. Comienza a caminar hasta mi y no puedo evitar quedarme admirándola.

— Te ves demasiado sexy en este momento. — Dice llegando a mi y poniendo sus manos en mi nuca.

— Pensé que me veía así siempre. — Me sonríe y trata de hacer que baje la cabeza para besarme. — Un beso no va a quitar el dolor de mi corazón. — Ríe mas y ahora si me agacho para que logre su misión.

Comenzamos a besarnos lentamente, como cuando pruebas un postre delicioso y no quieres acabártelo. Se aparta y ahora el que hace pucheros soy yo.

— Vámonos a mi departamento, ya quiero llegar. — Guiña un ojo y comienza a caminar a su carro. — ¿Unas carreras antes de llegar?— Pregunta mientras gira hacia mi.

— No quiero que vuelvas a perder contra mí, ya sabes me debes un premio. — Le contesto mientras también camino hacia ella.

— También me debes uno a mi. — Dice y comienza a retroceder un poco. La sonrisa no se quita de su cara y eso es bastante sexy. — La ciudad esta sola por el camino a mi casa a esta hora, si vemos algún riesgo se anula el reto. — Dice y llega a la puerta del conductor y la abre.

— No quiero que pase algo que pueda dañarte.

— Tranquilo, no seria la primera vez. — Se ve muy segura de lo que dice.

— Es demasiado irresponsable y lo sabes. — Pone sus ojos en blanco. — Me acerco y la tomo por la barbilla. — No me pongas los ojos en blanco. — Sonríe descaradamente y simplemente me observa con mucha atención.

A veces tienes que tomar riesgos en esta vida. Pero esta bien, quédate siendo un viejo aburrido yo me voy a divertir. — Baja un poco su cabeza y muerde levemente mi pulgar que antes estaba en su barbilla y ahora esta entre sus labios alimentando mis fantasías. — Y si quiero te voy a poner los ojos en blanco, pero hoy te pierdes ese privilegio.  

INEFABLE©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora