Stella
Es una suerte que el edificio no quede ten lejos de mi casa. Tal vez iba un poco arriba del limite de velocidad. Upsi. Pero realmente quiero llegar a tiempo, el pequeño choque de dos vehículos en una de las calles principales, me quito unos cuantos minutos en lo que se movilizaba el trafico.
Mi mamá me dio una tarjeta de acceso al estacionamiento subterráneo. Llego en menos tiempo de lo que esperaba, paso la tarjeta por la máquina que las lee y me da el acceso. Estaciono mi carro, reviso mi aspecto rápidamente en el espejo retrovisor. Todo en orden.
Tomo mi bolsa, bajo del carro, cierro la puerta, pongo la alarma y empiezo a caminar. El sonido que hacen mis tacones con cada paso qué doy me relaja. Observo el lugar, un poco oscuro y bastante grande, estoy segura que no se llega a llenar de que todos traigan carro.
Presiono el botón para subir, me dirijo a la ultima planta. Genial. La vista debe ser increíble. Cuando las puertas del elevador se abren, ingreso viendo frente a mí un gran espejo, de lado a lado en la pared contraria a las puertas del elevador. Espero realmente no sean muy formales. Las palabras de mi mamá diciendo vienen a mi mente cuando observo mi reflejo en el espejo. "Es un ambiente muy relajando, tranquila, vestirte muy formal quedo en el pasado".
¿Qué se supone que deba hacer primero?. Quizás sí debería de haberme tomado el shot de tequila que Anna me propuso durante la videollamada con ella antes de llegar.
Vamos Stella puedes con esto y mas.
Un fuerte suspiro sale de mí. Ultimamente parece que mi pasión es suspirar.
—No seas una perra débil—Digo a mi reflejo mientras me señalo. Inhala y exhala genia.
Pongo una pequeña sonrisa sin mostrar mis dientes justo a tiempo para que las campanas del elevador suenen. Bien.
Será este el fin...
No no.
Este es un nuevo comienzo.
Entro en el espacio de un recibidor bastante amplio. Todo es blanco a juego con gris y negro. Todo se ve arreglado perfectamente. Si no supiera que este lugar es de mi mamá jamas lo creería. Y recuerdo haber estado aquí años atrás cuando mi mamá empezaba este proyecto y los color que escogió no eran estos. En su momento eran colores marrones y rojizos.
—¡Hola!— Me saluda una voz bastante alegre. Doy un pequeño saltito en mi lugar por el susto, estaba tan metida en mis recuerdos que no escuche sus pasos. — Lo siento, no quería asustarte.— Dice un poco apenada.
Me giro un poco a la derecha para poder verla de frente, es una chica de mi estatura, quizá unos años un poco mayor que yo. Tal vez 3 años mayor que yo. Rubia, unos rizos encantadores que lleva recogidos en un moño alto. Su piel es de una tonalidad bronceada, el tipo de bronceado que consigues después de varios días en la playa, bueno yo no he podido conseguir, pero varias personas lo logran. Es muy bonita. Y examinando su ropa, como parece que ella hace lo mismo con una sonrisa, puedo darme cuenta que hice buena elección. Ella lleva puesto un lindo vestido rosita, un poco flojo y parece cómodo. No lleva tacones, lleva tenis blancos. Sonrío porque es claramente algo que yo me pondría. La diferencia es que ella esta muy embarazada.
Después de la inspección rápida, extiendo mi mano para presentarme, pero parece que ella tiene diferentes planes ya que me da un pequeño abrazo.
—¡Al fin te conozco!— Dice muuy feliz. La miro con confusión en toda mi expresión. —Tu mamá siempre habla de ti.— Dice sonriendo. Es toda sonrisas, ya me agrada.
—Soy Stella— digo después de unos segundos. — Supongo que es bueno que ya tuviera una pequeña introducción por parte de mi mamá. — Ni idea que tanto habrá contado.
—Soy Flor, seré tu secretaria, asistente y confidente.—Suelta una risita.
—Bueno Flor, un gusto conocerte. ¿Esa es mi oficina?. —Pregunto señalando una de las dos puertas. Siguiendo mi memoria estoy muy segura que la otra es un baño.
—Si, la otra es un pequeño baño. —Menciona mientras camina a la oficina. Pero rápidamente se gira para señalarme su escritorio, capto rápidamente que puedo dejar mi bolsa ahí, lo hago pero antes saco mi celular. La funda roja combina también con mis uñas y resalta con el resto de mi ropa.—Se hicieron unos cuanto cambios en el momento que tu mamá decidió que ya era hora de retirarse.—Abre la puerta dejándome pasar primero viendo el interior. Me sorprende lo rápido que me gusta en cuestión de segundos. No es muy grande pero tampoco pequeña.
El piso es de madera clara, donde ahora se escuchan mis pasos ya que los tenis de Flor no hacen ruido cuando camina. Dos sillones blancos para dos están a mi izquierda, con una mesita de centro de madera clara, con unos libros encima. El escritorio a mi derecha es de madera, una silla giratoria que se ve bastante cómoda y de color café, frente al escritorio dos sillones individuales de color blanco. La pared de fondo es de madera, un cuadro en medio. Luces led blancas iluminan el lugar por la parte de arriba, frente a mi tengo unas ventanas de lado a lado que me dan una increíble vista a la cuidad. Del lado contrario es una pared de cristal, pero de las que no reflejan hacia adentro ya que da el efecto espejo.
Me gusta la idea de ver a los demás sin que me vean. La decoración es mínima pero perfecta, supongo que mi mamá espera que yo le agregue mas cosas.
—¡Ay no puede ser!— La exclamación de Flor, me asusta. Giro rápidamente viendo como tiene la palma de su mano en su frente. —Se suponía que tu oficina seria lo ultimo que te mostrara.— Parece realmente arrepentida. ¿Qué diablos?. —Tu mamá quería que fuera lo ultimo como un regalo de bienvenida. Algunos cosas se cambiaron para que el lugar fuera mas a tu estilo.— ¿Ah?
—¡Bienvenida!. — Dice dando pequeños saltitos y con una sonrisa enorme en su cara. — Vamos a que conozcas el lugar y a todos, les vas agradar. Yo creo que ellos a ti también. Bueno en su mayor parte todos.— Empezamos a caminar mientras me va explicando en qué piso esta qué área. Me siento una niña pequeña en una nueva escuela apunto de conocer sus nuevos compañeros.
Tampoco es que sea tan diferente.
—Entonces mi mamá ya tenia todo preparado. — Murmuro mientras vamos bajando por el ascensor.
Un pequeño asentimiento al mismo tiempo que acaricia su barriga son los único movimientos de la embarazada a mi lado. Me dan ternura las embarazadas.
—Tranquila, ya todos saben que hoy te íbamos a conocer.—Agrega con tranquilidad. — Supongo que ver a la nueva jefe hizo que todos estuvieran emocionados.
Claroo el sueño de todos.
A mí nunca me gusto, mucho menos en lunes tan temprano.
Salimos del ascensor y caminamos a la sala de juntas. Todos parecen estar en un ambiente agradable, sonriendo y compartiendo su fin de semana. Flor se disculpa y va al baño.
Tú puedes Stella, solo tienes que ganarte el respeto de esta gente. Interesarte en la vida personal de los empleados es una estrategia que muchos hacen para ganar confianza. Podría tratar.
Carraspeo tratando de llamar la atención de las personas que faltaban, porque varios ya habían volteado con el sonido de los tacones. Mientras camino atravesado la sala, puedo ver una rubia que desde aquí puedo notar las raíces negras de su cabello, me ve con ¿Odio?. Ja. Si con mi mamá no tenia tiempo de ir arreglarse el cabello, conmigo que siga soñando.
Todavía no he hecho algo para recibir su odio. Ser inteligente para que mi mamá confíe en mí su pequeño imperio no es mi problema. Sin obviar que soy bonita. Otras chicas de la sala me sonríen y les regreso la sonrisa. Me coloco en la cabeza de la mesa de mármol, dejo mi celular con la pantalla hacia abajo, es lo único que resalta sobre la mesa. Quizás sí debí haber preparado un discurso.
Es una ventaja que sepa trabajar bajo presión y sepa improvisar. Sonrío repasando a todos rápidamente. Esto va a ser entretenido.
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INEFABLE©
RomanceStella Myers continuando con la joyería de su madre, creando piezas únicas e inigualables, siendo una mujer ambiciosa decide comprar un nuevo edificio con la ubicación perfecta para hacer crecer mas las ventas, entrando en un conflicto con un hombre...