Capítulo 14

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Daniel

Fue un impulso.

Quizás es porque me siento demasiado atraído por Stella, porque sé que ella también, aunque no lo haya dicho, hay algunas cosas que no se pueden ocultar.

Aunque siento que ella sí sabe cómo.

Ver la frustración en su cara por no tener el control de la situación es mi nuevo pasatiempo favorito.

Estar con ella en su oficina fue tan relajante y cómodo, que podría jurar que quiero que eso pase todos los días.

Hablar con Stella es muy entretenido e interesante. Siempre tiene algo con qué responder.

Me contó que estaba teniendo problemas con el personal de la joyería y con una compra que hizo. No profundizo en ninguno de los temas, dijo que no quería aburrirme. Pero lo cierto es que podría escucharla hablar por horas sin aburrirme.

Oh oh.

Hoy es nuestra primera cita oficial. Porque estoy seguro que el desayuno en el club lo fue, doble pero lo fue. Cuando le dije soltó una carcajada. No me importa. Si el llavero quiere ignorar esa cita que lo haga.

Toda la mañana he estado de mal humor gracias a la mujer que no quiere venderme su parte del edificio. Se me acaban las ideas de cómo conseguirlo. Pero eso no quiere decir que vaya a rendirme.

Necesito buscar algo que me mantenga ocupado.

Estamos apunto de lanzar una nueva linea de tenis deportivos. También otras prendas.

Faltan unos meses pero saber que las cosas están saliendo bien me tranquiliza.

Me recuesto en mi silla y le marco a Stella.

— Te odio, dime a donde vamos a ir. — Dice en cuanto me contesta.

— Bonita forma de saludar, yo estoy bien gracias por preguntar, ¿cómo estas llaverito? — Le contesto y me contengo de soltar una risa.

— Eres un idiota. Mínimo dime que tengo que ponerme. — Dice y puedo escuchar cómo se cae algo del otro lado mientras ella maldice.

— Créeme, no seria educado de mi parte decirte como te imagino. — Quizás después le diga. Y con suerte me lo cumpla. — ¿Que se te cayo? — Le pregunto.

— Una caja de cereal que estaba tratando de agarrar... odio que mis favoritos siempre los pongan en el estante más alto. — Dice y escucho la música del supermercado de fondo.

— Luego vamos y te ayudo a agarrar todo lo que este mas alto sin que hagas un desastre. — Me la imagino tratando de alcanzarlos y me da risa.

— Puedo sola gracias. Entonces ¿formal o informal?.— Pregunta suavemente. Volteo a la ventana que esta a mi derecha. El día parece con buen clima y si mis planes salen como quiero va a salir todo bien.

Veo la hora en mi reloj y apenas son las 12:00pm. Quedamos de vernos a las dos. Dudo que en dos horas se arruine el clima.

— Algo cómodo. No es formal. ¿Quieres comer en algún lugar en especial? — Hice todos los planes sin preguntarle por alguna opción. Es su oportunidad. — También podríamos comer en mi departamento. — Se queda en silencio unos segundos, espero no crea que la estoy invitando con segundas intenciones. Yo encantado, pero no la pienso presionar. Si sucede algo es porque ella quiere.

Aunque robarle unos cuantos besos no suena mal.

Hace años que no estaba en la ciudad, tu decide. — Alzo mis cejas. Sé que vivía en Boston por algunos comentarios que hizo con Dustin, pero no se aún toda su vida.

INEFABLE©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora