Capítulo 33

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Stella

Regreso a la realidad soltando un suspiro. No puedo ver a Daniel pero estoy segura que me esta observando con una de esas sonrisas increíbles.

— Sé que soy increíble, pero agradezco que me lo digas. — Dice y siento sus labios por mi cuerpo.

— No dije nada. — Su boca llega a mis pechos y deja besos en ellos. Un gemido se me escapa.

— Sí que lo dijiste.

Estoy por hablar pero sus labios llegan a los míos y me vuelvo a perder en mi nube de placer.

— Ya es hora de dejar los juegos. — Dice cuando se separa de mí. Mis manos siguen sobre mi cabeza y las bajo tratando de tocarlo. — No.

Hago un puchero y siento la presión de sus labios sobre los miss antes de morderme.

— Quiero tocarte...

— Y créeme lo harás, pero primero a mi manera. — Siento que se mueve pero no tengo idea que esta haciendo.

— Mandon.

— Y no sabes cuánto.

Su mano vuelve a mi sexo y acaricia con lentitud casi como una deliciosa tortura.

Lo siento ponerse entre mis piernas y morder esa parte de mi cuello muy sensible. Llega la primera embestida. Ambos gemimos. Siento como la cadena que cuelga de su cuello que siempre escode con su ropa golpea mi barbilla al compas de sus movimientos.

Empieza a moverse, su pelvis choca una y otra vez contra la mía. No descansa. Entra y sale haciéndome sentir vacía cuando se va y muy llena cuando regresa.

Jamas me acostumbrare al tamaño.

Acelera el ritmo mientras siento como toma mis piernas.

Me jala hacia el borde y desenreda su corbata dándome acceso a su maravillosa mirada.

— Quiero que me veas y yo quiero ver mis ojos favoritos mientras nos corremos. — Cuando habla tan crudo me prende demasiado. Mis ojos lo recorren completo.

Toma mis piernas y se las lleva a sus hombros.

Oh mi...

Toma mi tobillo derecho dejándolo sobre su hombro izquierdo y viceversa con mi otro tobillo. Mis piernas quedan cruzadas y el deja caricias antes de entrar en mi. La posición hace que todo se sienta mas apretado.

— Tan apretado... — Suelta en un gruñido y yo simplemente puedo soltar jadeos.

Me llena de puro placer, embistiéndome hasta que ambos obtenemos un maravilloso orgasmo. Mis ojos se cierran y una sonrisa boba aparece en mi.

Se deja caer a mi lado dándome un besito en la nariz. Me desamarra las manos aventando su cintura a alguna parte de la habitación y con cuidado se quita el condon y revisa que no haya fallas.

Cuando lo amarra extiende su mano hacia mí alzando su pulgar y yo choco el mío con el suyo para después hacer el saludo que siempre hacemos después de una muy buena follada.

Es algo nuestro.

Se dirige al baño y yo me dejo caer en la cama boca abajo. Giro mi cabeza hacia su pared llena de premios. Cierro los ojos unos segundos recuperando energía.

Siento unas ligeras caricias en mi espalda y abro los ojos tratando de despártame completamente. Giro mi cabeza a la izquierda y veo a Daniel haciéndome caricias con su mano izquierda mientras que con su mano derecha revisa algo en su celular mientras frunce el ceño.

INEFABLE©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora