31. Sorpresa de cumpleaños.

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Ya había llegado el día del cumpleaños de Hermione, y Lana tenía planeada una pequeña sorpresa para la castaña.

Ambas se fueron a su habitación a dormir por la noche, como ya se había vuelto costumbre, pero Lana despertó a Hermione a la medianoche.

—Hermione.

—¿Qué pasa?—preguntó la castaña despertándose, con la voz ligeramente ronca.

—Feliz cumpleaños, cariño—Lana besó sus labios ligeramente—. Te tengo unos regalos, ¿quieres verlos ahora o después?

—Ya que me despertaste...—Lana sonrió antes de ponerse de pie y buscar los regalos que estaban bajo la cama—. Por cierto, quiero preguntarte algo.

Lana la miró y asintió, mientras ponía varios empaques sobre la cama.

—¿Cuál es tu segundo nombre?—Hermione hizo un gesto hacia la pulsera que le había regalado en su cumpleaños pasado—. Tengo la duda desde hace un año.

—Te lo diré, pero solo porqué eres mi novia y porqué te quiero mucho —dijo Lana algo avergonzada, odiaba su segundo nombre.

—No puede ser tan terrible —dijo Hermione con el entrecejo fruncido.

—Es «Freya». Lana Freya Salvatore —murmuró.

—Es lindo—dijo Hermione con una sonrisa, sorprendiendo a Lana, que había pensado toda su vida que su nombre era horrible—. Es parecido a «fresa».

—Y a ti te encantan las fresas —comentó Lana con una sonrisa.

—Y una Freya —dijo Hermione con una sonrisa igual a la de Lana.

—Nunca, jamás, me hables por ese nombre—pidió Lana—. No me gusta ni un poquito.

—Pero a mí sí —dijo Hermione con una sonrisa.

—Como sea—murmuró Lana y se aclaró la garganta—. Abre el primero.

Hermione tomó uno de los regalos y comenzó a romper el papel que lo envolvía, se encontró con varios libros.

—Son los del próximo año —Lana se encogió de hombros—. Ya estás practicando los encantamientos del final del curso, así que, ¿por qué no practicar los del próximo?

Hermione sonrió ampliamente y abrazó a Lana.

—Gracias, es muy lindo.

—Ahora este —Hermione tomó otro regalo y lo abrió.

Se encontró con un collar con lo que parecía ser un pequeño rubí, Hermione se quedó mirándolo sin saber que decir.

—¿Te gusta?—Lana se aclaró la garganta—. Si no... bueno, no sé qué podría hacer.

—Es como la pulsera del año pasado —murmuró Hermione—. Es muy caro, Lana, no puedo...

—Mira, no es un rubí en realidad—Lana tomó el collar en sus manos—. Es una piedra pequeña que encontré en el Bosque Prohibido, me gustó y me pareció buena idea ponerla en alguna cosa, así que...

Lana se encogió de hombros.

—Además, mira, si presionas la piedra—Lana la presionó y con su otra mano sacó un collar de debajo de su camiseta, era parecido al que le estaba dando a Hermione, pero la piedra era verde—, brilla el mío.

Hermione miró el collar de Lana brillar, y miró una especie de relicario que tenía tras ese.

—Así sabré si me necesitas—Lana sonrió—, y si presiono el mío, me mostrará un camino hacia dónde estés tú.

Todo por Granger || Hermione GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora