20. La invitación de Ryan.

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Lana había estado paseando por los terrenos de Hogwarts, sin dejar de pensar en lo que Antonella le había dicho. ¿Debía elegir? ¿Cómo se suponía que hiciera eso? ¿Era siquiera posible?

Suspiró y se sentó en una de las bancas de piedra que estaban dispuestas en una especie de plaza pequeña. Se pasó las manos por el rostro, preguntándose qué debía hacer. ¿Era tan complicado para Antonella simplemente ser su amiga sin hacerla elegir? Lana sabía que de tener que hacerlo, la elegiría a ella, pero también estaba consciente de que no estaba bien que Antonella le dijera eso.

—¿Estás bien? —Lana alzó la mirada, encontrándose con Ryan—. Te ves como... como si tuvieras muchos pensamientos.

—Solo... solo un problema —respondió, llevándose una mano a la sien para acariciar suavemente la piel de ese lugar.

—¿Quieres «hablarr» de ello? —preguntó, mirando a Lana con atención.

—Una amiga me pidió que eligiera entre ella u otro amigo —Lana suspiró, sintiéndose mejor cuando lo dijo—. No estoy segura de qué hacer.

—Yo... ¿puedo «darrte» mi opinión? —Lana asintió—. Una amiga no debería «pedirrte» eso, es tonto. No puedes ni debes «elegirr», ella ya lo hizo por ti —Ryan se inclinó—. Esa es mi opinión, quizás tú pienses «diferrente».

—De hecho, creo que tienes razón —Lana suspiró, de nuevo—. ¿Querías decirme algo? Dudo que hayas percibido mi problema y hayas venido para que lo hablara.

Ryan sonrió.

—Quería «hablarr» contigo.

El acento de Ryan se le hizo bonito, no era tan marcado como el de algunos de sus compañeros, que casi decían «Arrr» en toda la palabra. El acento de Ryan era más llevadero, y no costaba nada entender lo que quería decir, además de que, en algunas palabras, parecía no estar tan presente.

—¿Es sobre el quidditch? —preguntó Lana, pensando en que no quería lidiar con eso en ese momento, pero ya se había comprometido—. Sé que me estoy tardando en dar fechas de partidos, pero...

—No —Ryan la interrumpió sin dejar de sonreír—. Yo quería «preguntarrte» algo.

—Seguro.

Lana lo miró con expectativa, no siempre uno de tus jugadores favoritos de quidditch quería hablar contigo.

—¿Te gustaría ir al baile conmigo? —Lana se quedó muda—. No sé si ya les han dicho, es una «trradición» del «Torrneo», es...

—Sí, nos lo dijeron —Lana lo interrumpió, pasando la lengua por su labio inferior para humedecerlo, mientras fruncía el entrecejo—. ¿Estás diciendo que quieres que vaya al baile contigo? —Ryan asintió—. ¿Como pareja de baile?

—Sí.

Lana se quedó en silencio, pensándolo. ¿Arriesgarse a que Hermione le dijera que no o ir con su jugador de quidditch favorito? Y, en caso de que Hermione fuera a decirle que sí, ¿ir con ella o con Ryan? Odió lo rápido que llegó la respuesta.

—No quiero ofenderte —La sonrisa de Ryan decayó un poco—, pero quiero invitar a alguien más —Lana respiró profundamente, sintiéndose nerviosa—. Quizás es una idiotez porque podría decirme que no, y yo estaría perdiéndome la oportunidad de ir con mi jugador favorito de quidditch, y quizás estoy siendo estúpida y...

—No te «prreocupes» —Ryan la interrumpió—. Entiendo «perrfectamente», y «esperro» consigas un sí —Él se sentó a su lado, mostrando una sonrisa avergonzada—. ¿Soy tu «jugadorr» favorito?

Lana sonrió con emoción y asintió.

—¿Podrías firmar mi escoba después?

Ryan rio.

Todo por Granger || Hermione GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora