44. Felix Felicis.

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—¿Malfoy? ¿Un mortífago? —preguntó Lana, sintiendo su pulso elevado.

—Sí —Harry asintió—. ¡Estaba...!

—Nosotros creemos que no lo es —Hermione lo interrumpió con un aire de impaciencia—. Mira, Harry, estás un poco obsesionado con Malfoy...

—¿Obsesionado? —preguntó Harry incrédulo.

—Admítelo —Hermione se pasó una mano por el cabello—. En todo caso, no hay pruebas de que lo sea.

—¡Hay un artilugio tenebroso en Borgin y Burkes! ¡Lo sé!

—Harry, no creo que... —Hermione intentó hablar, pero Harry la ignoró y volteó a ver a Lana.

—Tú lo crees, ¿verdad? —le preguntó. Lana tragó saliva e inconscientemente su mano derecha se aferró a la venda en su antebrazo izquierdo.

—No lo sé, Harry —La italiana suspiró—. Las circunstancias son sospechas —aceptó—, pero no creo que Vol... Quien-ustedes-saben quiera a Malfoy como mortífago.

Ni a Harry ni a Hermione les pasó desapercibido como Lana había llamado a Voldemort, había pasado de no mostrar ningún tipo de temor a mencionarlo y bromear respecto a él, a no llamarlo por su nombre.

—¿Estás bien, Lana? —preguntó Ron al notar el temblor en las manos de Lana.

—Sí —La italiana sonrió desganada—. Creo que me iré a... hablar con Fred y George, sí, eso.

Y con rapidez se alejó del rincón de la tienda en el que estaban, dejando solos a Harry, Ron y Hermione.

—¿Creen que esté bien? —preguntó Harry, sonando genuinamente preocupado.

—Siendo sincera —Hermione suspiró, viendo la espalda de su novia mientras se alejaba—, no.

★★★

Los últimos días de las vacaciones los pasaron en Grimmauld Place. Sirius los había invitado desde el comienzo, la invitación extendida a los Weasley, pero la señora Weasley no estaba muy segura de que todos fueran, Sirius decía que era porque no quería soportar los gritos del retrato de su encantadora madre, a él y a Fleur al mismo tiempo.

Harry había dudado un momento sobre si ir a Grimmauld Place, ya que la mayoría de los Weasley se quedarían en La Madriguera, y eso incluía a Ginny, pero cuando ésta comenzó a hablar de la cita que tendría con Dean Thomas en el primer viaje a Hogsmeade, le hizo la decisión más sencilla.

—¿Problemas de chicas? —preguntó Sirius en su susurro cuando vio a Harry arrastrar su baúl por las escaleras de mala gana.

—No lo dudes —le respondió Lana en un susurro, con una sonrisa divertida.

A Ron y a Hermione no se les dificultó la decisión de ir a Grimmauld Place. Cuando Lana dijo que iría, Hermione de inmediato se anotó. Y cuando Harry confirmó que también iría, Ron, al igual que Hermione, inmediatamente aceptó ir.

—¿Qué es éste libro? —preguntó Hermione mientras desempacaban la ropa del baúl.

Tenía el libro de hechizos que Lana había encontrado hacía casi un año, el mismo que estaba forrado de cuero. La italiana se abalanzó sobre ella y se lo quitó.

—Hay formas más sutiles para seducir a alguien —bromeó Hermione al notar que Lana terminó sentada sobre sus piernas—. Pero, ¿qué era ese libro?

—Es mi diario —mintió Lana, abrazando el libro contra su pecho. Sabía que si Hermione llegaba a saber de quién y que contenía ese libro, se lo quitaría—. Es privado, ni se te ocurra leerlo —agregó—. Y no te quería seducir.

Todo por Granger || Hermione GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora