Todo por Granger || Hermione Granger

67. El plan de Lana y Ron.

Lana miró el rostro sereno de Hermione, que dormía profundamente mientras abrazaba la almohada.

La italiana estaba preparada para ir a reunirse con Ron. Entendía por qué la había citado en la tumba de Dobby, no había otro lugar de la casa en el que pudieran hablar tranquilamente; Hermione y ella compartían habitación, así que ese lugar estaba descartado; Fleur y Bill dormían en la sala junto a Dean, Luna, Ron y Harry, así que estaba más que descartado; no podían hablar en la cocina porqué corrían el riesgo de ser escuchados; y las otras dos habitaciones de la casa estaban ocupadas por Griphook y Ollivander.

Salió silenciosamente de la habitación, sin cerrar la puerta tras ella, suponiendo que eso podría hacer demasiado ruido en aquella quieta y silenciosa noche. Se movía lentamente, intentando que sus pasos no hicieran ruido contra el suelo de madera. Bajar por las escaleras le había supuesto un desafío, ya que algunas rechinaban, pero logró llegar al primer piso sin despertar a nadie. Pasó entre Fleur y Bill hasta la puerta, que estaba entreabierta, salió de la casa y se fue directo al sepulcro.

Durante el camino, pudo ver la tienda de acampar de Sirius, salían algunas luces desde adentro, así que debía seguir despierto. También pudo ver una pequeña casa de piedra que antes no estaba, negó con la cabeza cuando vio a su madre salir de ésta y comenzar a pasear por el lugar. Entonces dirigió su vista hacia el sepulcro, podía verle desde la distancia, la silueta de Ron, que se balanceaba sobre sus pies.

—Aquí estoy —pronunció Lana cuando llegó, sobresaltándolo—. ¿Hay algo sobre lo que debamos hablar? —preguntó mientras se cruzaba de brazos y frotaba sus manos contra éstos, queriendo encontrar algo de calor.

Ron se veía nervioso, mirando hacia la casa de Bill y Fleur.

—Es sobre Hermione —comenzó, sin mirarla—. Mira, Lana, esto es...

—No voy a hablar de ella a sus espaldas —lo interrumpió con el entrecejo fruncido—. Si tienes algo que hablar con ella, tendrás que hablarlo con ella. Yo no voy a...

—Te concierne —Ron le interrumpió—. Hermione habló conmigo... sobre ti.

Lana lo miró con atención.

—¿Sobre mí? —preguntó, entonces se rascó la mejilla—. Mira, Ron, de verdad, si no es algo de mucha importancia...

—Te quiere dejar.

—¿Perdón? —le costó pronunciar esas palabras—. ¡¿Me quiere dejar?! —preguntó demasiado alto, logrando que Ron se acercara rápidamente y le cubriera la boca con su mano, mientras miraba nerviosamente a todos lados.

—Quiere que no vengas con nosotros —explicó, entonces quitó su mano de la boca de Lana.

—Ah, pensé que quería dejarme de verdad, eso es un aliv... —se interrumpió—. ¡Será hija de su mad...!

Ron le volvió a tapar la boca.

—Habla bajito, no te cuesta nada —pidió antes de alejarse.

—¿Me quiere dejar fuera de... ya sabes qué? —susurró, con el entrecejo fruncido.

—Teme que pueda pasarte algo parecido a lo de ella.

—Será imbécil —gruñó, conteniéndose de hacer una escena frente a la tumba de Dobby—. No soy una jodida niña. La decisión de quedarme o ir, la tomo yo, no ella.

—Eso intenté decirle —murmuró Ron—. Intentó conseguir que la ayudara... pero no puedo hacerte eso.

—Por Merlín —susurró—. ¿Y bien? ¿Qué vamos a hacer?

—¿Qué vamos a hacer? —repitió Ron, confundido.

—¡Sí! —exclamó Lana, energéticamente—. No me voy a quedar aquí mientras ustedes salvan al mundo. Así que suelta un plan.