77. Rosa chicle.

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La noche había llegado, y la cena ya estaba lista, solo faltaba que los Granger llegaran a Grimmauld Place.

—¡Weasley y Potter, vengan acá! —llamó Lana, con total seriedad.

Harry y Ron intercambiaron una mirada antes de acercarse con duda. Ginny se asomó desde la escalera, viendo la postura erguida de Lana.

—Tú también —Ginny se sobresaltó cuando Lana la señaló—. Ven acá.

La pelirroja titubeó un segundo, entonces se acercó con lentitud.

—¡Black, ven tú también, y trae a mi mamá ya que estás! —gritó Lana, entonces se cruzó de brazos y esperó, mientras golpeaba impacientemente el piso con su pie.

—¿Qué pasa? —preguntó Harry, mirándola con atención—. ¿Ron hizo algo mal?

—¿Disculpa? —dijo él de inmediato—. Si alguien hizo algo mal, seguro fue Ginny, ya que la tuviste tan distraída.

—Sí, bueno, no me importa cómo distrajo Harry a Ginny —habló Lana con seriedad, antes de darle oportunidad a los otros dos de responder—. Esperen a Sirius y a mi mamá, entonces les explico.

Los cuatro se mantuvieron en silencio, hasta que Sirius bajó las escaleras, con Bianca detrás.

—¿Por qué tanto escándalo? —preguntó ella, mientras se miraba en un pequeño espejo y se aplicaba maquillaje con su varita.

—Los padres de Hermione vienen hoy...

—Eso ya lo sabíamos —interrumpió Ron.

—Sí, estuviste diciéndonos que debemos comportarnos —agregó Harry.

—Como si fuéramos niños —dijo Sirius.

—Black se comporta como uno, pero los demás no somos así —agregó Bianca, sonriendo con diversión.

—El caso es que los padres de Hermione no saben que somos novias.

Bianca dejó de maquillarse y miró a Lana, boquiabierta.

—¿Cómo que no saben? —preguntó de inmediato, entonces frunció el entrecejo—. Mi hija no merece ser el secreto de nadie.

—Espera —Lana la detuvo por los hombros cuando iba a irse—. El mundo muggle es diferente, son... —intentó buscar una palabra que no resultara ofensiva.

—Están atrasados en ciertas cosas —ayudó Harry—. Algunos no están a favor de... eh...

—¿El amor? —preguntó Bianca cuando él no terminó de hablar—. Gracias a Merlín que vivo en el mundo mágico, si fuera muggle ya habría matado a unos cuantos.

Sirius soltó una carcajada.

—Qué retorcida.

—Oh, y puedo ser más retorcida que eso —dijo Bianca, mostrándole una sonrisa.

Sirius desvió la mirada y se aclaró la garganta, entonces miró fijamente a Lana, y ella notó una seriedad que jamás había visto en él.

—Entiendo a lo que quieres llegar, no debemos hablar de su relación delante de ellos —Lana asintió ante sus palabras—. Pero te voy a decir una cosa: las relaciones secretas no suelen durar, tienen demasiadas complicaciones.

Y le dio una palmada en el hombro.

—¿Lo dices por experiencia, Black? —preguntó Bianca, alzando una de sus cejas.

Sirius pasó su mirada de ella a Lana y viceversa, entonces se encogió de hombros.

—Vi una relación secreta muy de cerca, no resultó bien.

Todo por Granger || Hermione GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora