Epílogo.

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Lana despertó la mañana del primero de septiembre gracias a gritos.

—¡Ya es primero de septiembre! —Sintió como la cama se sacudía y se llevó la almohada a la cabeza—. ¡Ya puedo ir a Hogwarts!

—¿Sería muy insensible de mi parte si la silencio con mi varita? —preguntó, quitándose la almohada del rostro para mirar a Hermione, que le sonreía a Camille.

—Lo sería —afirmó, entonces se levantó de la cama—. Antes de ir a Hogwarts tienes que desayunar —Hermione miró a Lana—. Te esperamos abajo. No te quedes dormida.

Lana le sonrió ante eso y estaba lista para responderle, pero Hermione salió de la habitación antes de que alguna respuesta se le ocurriera.

Pensó durante un rato si valía la pena darse un baño antes de ir a King's Cross, entonces se dio cuenta de que prefería bañarse luego, cuando volviera a casa. Cambió su pijama por ropa casual, y salió de la habitación, bajó las escaleras, escuchando la voz de Camille, pero no podía distinguir lo que decía.

—Da igual en que casa quedes —escuchó a Oliver cuando entró a la cocina—. No es tan importante.

—¿Cómo que no? —replicó ella de inmediato—. ¡Todos están en Gryffindor! ¿No sería raro si no lo estoy?

—No sería raro —respondió Hermione—. No pasa nada si quedas en otra casa.

—Yo casi estuve en Slytherin —reveló Lana, apoyándose en la barra de mármol de la cocina—. Además, el Sombrero Seleccionador toma en cuenta tu elección, lo hizo conmigo y con tu hermano.

—Quiero estar en Gryffindor —dijo, frunciendo un poco el entrecejo—. Mi determinación de ello será tan grande que no le quedará más opción que dejarme en Gryffindor.

—Seguro —Lana se rio.

El desayuno terminó pronto por la insistencia de Camille de que terminarían llegando tarde, así que tuvieron que terminar rápido para poder ir a King's Cross.

Lana apareció con Oliver en un callejón cercano, luego Hermione hizo lo mismo con Camille. Los cuatro caminaron hacia la estación, y Lana puso los equipajes de cada uno en un carrito.

—¿Dónde es? —preguntó Camille, emocionada, abrazando a Nix contra su pecho.

—Andén nueve tres cuartos, está entre el andén nueve y el diez, ¿sí era así?—preguntó Lana, algo insegura.

—Sí —Hermione asintió, entonces mostró una sonrisa divertida—. Fuiste casi todos tus años escolares a Hogwarts y no lo sabes.

—Mi memoria está reservada para cosas importantes —intentó defenderse—. Bueno, es sencillo, corres hacia la pared mientras piensas que te vas a estrellar y romperte la cabeza.

Camille tragó saliva, y Hermione le dio una mirada severa a Lana.

—No va a pasar nada —la tranquilizó—. Mira, Oliver pasará primero.

—Claro.

Él apretó su agarre en el carrito y comenzó a correr hacia el muro. Camille entrecerró los ojos, mirando cómo su hermano desaparecía.

—¿No es increíble? —Lana sonrió—. Ahora es tu turno, iremos contigo.

Intentó acercarse, pero alguien más pasó con un carrito a su lado, y un trozo de su pantalón se enredó con la rueda.

—Podemos esperarte —dijo Hermione, viendo cómo Lana trataba soltarse, tirando el equipaje del carrito.

—No te preocupes —le quitó importancia—. Vayan, yo les alcanzo.

Todo por Granger || Hermione GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora