Lana apretó El Profeta entre sus manos, sintiendo la rabia y la desesperación recorrer su cuerpo con rapidez. Quería quemar el periódico, quería destrozarlo con sus propias manos, y quería besarlo, porque si no fuera por él, estaría sin saber la estupidez que había hecho Hermione.
EL INDESEABLE NUMERO UNO ENTRA AL MINISTERIO, ACOMPAÑADO DE DOS CÓMPLICES.
Lana no tenía que ser ninguna prodigio para deducir por sí misma quiénes eran los dos cómplices. Hermione se había ido al Ministerio, sin haberle dicho nada. Si la tuviera en frente, le dejaría su mano marcada en la mejilla.
Miró el espejo sobre su cama. Otra cosa que le preocupaba, Sirius no había respondido al instante como siempre. Se sentía estresada y sentía como el aire le faltaba y las manos le temblaban. Si a Sirius, Hermione y los demás les había sucedido algo, no sabría qué hacer.
Tiró el periódico al suelo de su habitación, entonces se quitó la corbata con brusquedad. Odiaba que todo eso haya sucedido. ¿Acaso Hermione no podía al menos decirle lo que iba a hacer? ¿Acaso no confiaba en ella, creía que era una mortífaga?
Ante el último pensamiento, Lana dejó salir todo el aire bruscamente y una lágrima también escapó de su ojo izquierdo. Entonces se recostó por completo en la silla, echando la cabeza hacia atrás y deseando intentar relajarse. Si Sirius no respondía, no había nada más que pudiera hacer. Aunque odiara la idea, solo podía esperar.
★★★
«Lana»
La italiana casi se abalanzó sobre el espejo cuando escuchó su nombre, lo tomó entre sus manos.
—Hermione.
Entonces apareció su rostro, Lana hizo una mueca, viendo unos rasguños en ella.
—Fueron las ramitas del bosque. No me pasó nada.
Lana enfureció.
—¡¿En qué demonio estabas pensando?! —preguntó a gritos, importándole poco si alguien de Gryffindor llegaba a su habitación a ver qué sucedía—. Eres una idiota, Hermione Granger.
—Es que... —La castaña cabeceó, parecía insegura de decirle.
—No tienes que decirme nada —habló Lana, sintiéndose insegura por la duda de Hermione sobre contarle o no—. No me interesa por qué entraron al Ministerio —mintió—, lo que me interesa es cómo fueron tan idiotas como para entrar al Ministerio.
De nuevo, Hermione parecía dudosa sobre decirle o no.
—No me digas una mierda y ya —espetó, sintiéndose frustrada—. Supongo que solo llamaste para que supiera que estás bien.
—Sí, pero... Lana, no es que no quiera decirte, pero...
—No interesa —la interrumpió. Claro que le interesaba, pero si Hermione dudaba de si podía confiarle el motivo por el cual habían entrado al Ministerio, Lana no la obligaría a decírselo—. Bien, si eso era todo, buenas noches.
Y cerró la conexión, consiguiendo como última imagen la sorpresa notoria en el rostro de Hermione.
Tiró el espejo sobre su cama y se pasó las manos con frustración por el rostro. Hermione no confiaba en ella, estaba segura, pero tampoco iba a confrontarla al respecto.
«Lana»
Suspiró y volvió a tomar el espejo entre sus manos.
—Sirius.
El rostro del hombre apareció en el espejo.
—Hola —saludó con una sonrisa—, ¿todo bien?
—No —Lana fue honesta—. Pero supongo que no me llamas por eso, así que...
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Todo por Granger || Hermione Granger
Fanfic«Te protegeré de todo, Granger. Cueste lo que cueste.» Hermione Granger x Fem!oc Universo y personajes de J.K. Rowling, a excepción de Lana y otros personajes que no reconozcan, la historia de dichos personajes es de mi autoría. Prisoner of Azkaban...