64. Potterwatch.

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Lana cayó al suelo, soltando un quejido por el golpe contra su espalda y el peso que cayó sobre ella, pero ese peso rápidamente se desvaneció, y vio a la figura de Hermione corriendo alrededor de ellos, ondeando su varita.

Protego Totalum... Salvio Hexia.

—No es por ofenderte, Mione, pero me dolió que me cayeras encima —se quejó Lana, aún sin levantarse del piso. Hermione la ignoró, aún ondeando su varita.

—Para que veas lo que se siente —dijo Ron, quitándose la capa de invisibilidad de encima, dejando ver su expresión triunfal, pero entonces pareció recordar que acababan de escapar, porque hizo una mueca—. ¡Ese viejo bastardo traidor!

—No puedo culparlo por querer entregarte —le susurró Lana a Harry, ganándose una mirada ofendida de su parte—. Lo siento, pero Luna me cae muy bien.

—Hermione eres genial, absolutamente genial; ¡no puedo creer que nos sacaras de esa! —exclamó Ron con expresión de admiración.

—¿Esto debería ponerme celosa? —preguntó Lana en voz alta, mirándolos atentamente. Hermione la miró un segundo y le sonrió, antes de seguir con lo que estaba haciendo.

Cave inimicun... Te dije que era un cuerno de erumpent, ¿verdad? ¡Ahora su casa ha volado en pedazos!

—Se lo merecía —dijo Ron, examinando sus vaqueros rotos y los cortes de su pierna.

—¿Te curo eso? —ofreció Lana poniéndose de pie, sacando su varita y acercándose a él.

—¿Sí sabes? —preguntó con desconfianza.

—Sí sé —resopló y miró su pierna con atención—. Confía, hombre.

—Vale, pero cuidado —Miró con una mueca a Lana, entonces devolvió su mirada a Hermione—. ¿Qué crees que le harán?

—¡Oh, espero que no lo maten! —gimió Hermione—. ¡Por eso quise que los mortífagos echaran un vistazo a Harry antes de largarnos, para que supieran que Xenophilius no estaba mintiendo!

—¿Y por qué me escondiste a mí? —preguntó Ron.

—¡Se supone que estás en cama con Spattergroit, Ron! ¡Han secuestrado a Luna porque su padre apoyaba a Harry! ¿Qué le ocurriría a tu familia si supieran que estás con él?

—¿Y tus padres? —preguntó Ron, sintiendo un leve ardor por las áreas en las que Lana pasaba su varita.

—En Australia —respondió la italiana por ella—. No saben nada. Espero estén bien.

—Deberían estarlo —dijo Hermione, con tono preocupado.

Los cuatro se quedaron en silencio un momento, hasta que Lana habló:

—Desearía saber nadar —soltó, ganándose las miradas de los tres—. ¿Qué? —espetó—. Imaginen si nos toca nadar en algún momento, ¿qué se supone que haga yo? ¿Me ahogo y ya?

—Pero tú sabes nadar —señaló Harry, ligeramente confundido.

—No, no sé.

—Sí, eso puedo asegurarlo —agregó Hermione—. En las vacaciones pasadas, casi se ahoga por ponerse los flotadores en los pies. —contó con una sonrisa divertida, Harry se comenzó a reír, mientras Ron los miraba confundido.

—¿Los qué? —preguntó sin entender.

—Pero Lana sabe nadar —insistió Harry, ignorando a Ron.

—Que no, Harry —suspiró la italiana—. Si me tiras a un lago profundo; me muero, porque no sé nadar.

—Que sí sabes —insistió él, entonces se puso de pie—. Mira, ¿recuerdas nuestro cuarto año?

Todo por Granger || Hermione GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora