The end.

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*Antes de que me maten, publicaré la segunda parte de el final cuando vuelva a estar en la cuidad- ¡viva el campo y la no conexión!1!1-

Finale.

Bufo cuando siento un nuevo cuerpo lanzándose a la cama. Los brazos de Draco me han rodeado la espalda toda la noche, y ahora, Scorpius intenta separarnos.

-Papá, deja a mamá tranquila. Es mi turno de estar con ella. -Sonrío ante sus palabras, Scorpius ha sido desde muy pequeño un niño de mamá, al igual que Draco en sus tiempos. El mayor de los Malfoy gruñe y me aprieta más cerca de su cuerpo.

-Te dije que los sábados en la mañana "mamá" es mía hasta que nos levantemos. Son las ocho de la mañana.

-¡Tengo más derecho a estar con ella! ¡Yo estuve dentro de ella!
-Yo también he estado dentro de ella- dice Draco, me es inevitable atragantarme con mi propia saliva.
-Eso es imposible, papá.
-Si hablas, Malfoy, me enfadaré contigo y mucho- le advierto. Él ríe mientras que Scorpius queda completamente confundido. -Ven, cariño, recuéstate a mi lado.

Nuestro pequeño le muestra la lengua y Draco golpea su cabeza con una almohada, de manera juguetona.

-¡Mamá!- grita, entre molesto y divertido.
-Tienes treinta y cinco y aún no sabes compartir, Malfoy.
-Será porque eres sólo mía, Sam.
-¡Y mía también!

(...)

-Entonces, ¿Tu hermano mayor se quedó con toda la herencia aún cuando no se ha realizado la entrega del testamento del padre?- Pregunto leyendo los apuntes que he tomado de la conversación.
-Exactamente, ha puesto encantamientos protectores para que ninguno de nosotros pueda ir a ver los terrenos.
-Entiendo- murmuro dejando que le vuela pluma siga escribiendo. Desde que Scorpius nació he establecido una consulta particular en uno de los salones de la casa; mis clientes vienen a verme tal y cual la señora Adams hace ahora. De este modo puedo pasar más tiempo con Scorpius, ya que Draco trabaja de diferentes turnos según la semana. Normalmente Scorp no viene a interrumpirme porque sabe que lo que hago requiere mucha concentración y una fluida conversación con mis clientes. Hasta hoy nunca había entrado a mi despacho en mis horas de trabajo. Normalmente esta es la hora de su siesta, por lo que verlo de aquel modo me alarma de cierto modo.
-Mamá-murmura- ¿Puedes venir un poco?

Miro a la señora Adams y esta me hace un gesto afirmativo con la cabeza. Me levanto del asiento, caminando hacia él, saliendo hacia el pasillo. Agachándome hasta quedar a su altura. Su rostro está pálido y sus ojos parecen más dilatados.

-Cariño, sabes que estoy ocupada en estos momentos.- Scorpius no dice nada y rápidamente envuelve sus brazos a mi alrededor. Su respiración se vuelve entre cortada y rápida. -¿Ocurre algo?
-He tenido una pesadilla, mamá- Afirma con voz entrecortada y frágil-. ¿No me dejarás nunca, verdad?
-Claro que no. Siempre estaré cuando me necesites. Siempre.

Aquel mismo día, luego de que mi cliente se marchó, Scorp me acompañó a hacer galletas y chocolatinas en la cocina. Aunque los minutos pasasen, él seguía con su rostro alarmado y pálido. Cuando es su hora de irse a la cama a dormir, le digo que se venga a mi habitación, y así nos quedamos esperando a Draco juntos. La idea parece agradarle, ya que su rostro toma un poco más de color. Él me conversa de lo que ha hecho últimamente cuando se junta con los hijos de Blaise y Theodore; escucho atenta y cautelosamente, siempre me ha encantado la forma en que Scorpius narra lo que le ocurre, siempre usa palabras extrovertidas y su narración en muy fluida. A veces pienso que tiene más de seis años.

Cuando Draco llega a casa ya son pasadas las once, y Scorpius se ha dormido hace ya muchas horas. Su rostro luce cansado. No se molesta en cambiarse de ropa cuando se lanza en la cama y besa la frente de nuestro hijo. Nos abraza a ambos y me pregunta que tal ha estado mi día.

-Ha tenido pesadillas nuevamente. Ya no se que hacer- le digo un tanto angustiada. Esta debe ser la décima en lo que va de mes.
-Quizá deberíamos a hablar con él sobre aquello- murmura bostezando y dejando pequeños besos en mi cuello.

(...) Dos años después. Enero 2012. (...)

Esta semana he estado bastante ocupada con el trabajo. He tenido que hacer un par de visitas a terreno para conseguir las pruebas necesarias en una serie de casos post guerra que se encuentran abiertas hasta la actualidad. La gestión del director del Departamento de Leyes Mágicas no ha sabido tratarlas como se debe. Hoy me encuentro en Easrbourne, una ciudad costera al sur de Inglaterra. Seamus y yo quedamos en reunirnos en un par de horas en un bar por aquí, así que mientras hacía hora me encontraba caminando por las calles de la cuidad. Hoy Draco había llevado a Scorpius a su primer partido de Quidditch, un amistoso entre Holanda e Inglaterra que se celebró en Nottingham.

La población inglesa se encontraba un tanto alarmada debido a los rumores de una fuga de Azkaban de los últimos mortifagos existentes, mas nada estaba confirmado aún.

Al pasar por una de las tiendas muggles de la cuidad, encuentro un juguete que estoy segura, Scorpius adorará, por lo que no dudo ningún segundo en entrar a comprarla. Cuando salgo de la tienda siento que el ambiente ha cambiado completamente. El cielo ahora está nublado y el olor a mar me indica que pronto se pondrá a llover. Me acerco s un callejón para poder hacer magia sin ser vista por muggles; necesito invocar un paraguas con todas mis fuerzas ahora.

Un escalofrío recorre mi espalda.

-¡Pero miren quién es! ¡La enigmática Samantha Fudge!

Me doy vuelta al reconocer esa voz.
No alcanzo a sacar mi varita del interior de mi abrigo.
El rayo de luz verde me alcanza.
Siento un pequeño cosquilleo en el sector en el que el maleficio me ha golpeado.
Y luego, es como quedarse dormida en una sala de cine muggle.

Cuando abro los ojos, me encuentro con la cálida mirada de Fred observándome cautelosamente. Me incorporo lentamente del suelo y miro a mi alrededor. Estoy en en uno de los patios exteriores de Hogwarts, cerca del banco en el que Draco y yo comenzamos nuestra historia.

-¿Fred ?- pregunto dudosa. Se ve mucho más joven de lo que recuerdo. Sus sonrisa se ensancha y me tiende la mano para que me levante. Así lo hago. Veo a Tonks sentada unos metros de nosotros, su cabello está de color rosado y ella se nota muy feliz.

-Hola Sam.

El sonido de las ramas al ser pisadas se incrementa, para dar la pasada a un Remus que al parecer viene corriendo desde lejos. Su rostro se desarma cuando me ve, la desesperación lo consume y sus ojos botan lagrimas.

-¡Que haces aquí Sam! ¡Tu no deberías haber venido hasta muchos años más! ¡Tu no estabas lista!

Entonces, la verdad me cae con un balde de agua helada sobre los hombros.

(...)

1, Septiembre, 2017.

Querida mamá:
Hoy papá y mamá Astoria han ido a dejarme a la estacione de trenes de las que tanto me hablabas. Por fin mi primer día de clases ha llegado, he hecho amigos y me encuentro en mi habitación con mis nuevos compañeros. He quedado en Slytherin, pero el sombrero me ha dado la opción de irme a Ravenclaw, como tú esperabas.
Te extraño mucho, mamá. Extraño no tenerte conmigo, aunque se que me cuidas desde dónde sea que estés. Es raro no tenerte, papá ha estado un poco distante con mamá Astoria estos días y se muy bien que es porque se acerca la fecha de tu partida. Lo lamento si no puedo irte a ver estos días, pero no puedo salir del castillo hasta las vacaciones de Navidad. Pero prometo llevarte muchas flores y recostarme en el pasto a tu lado, y contarte todo lo que he hecho. Hoy he conocido al profesor de herbología en la cena, me ha apartado y me ha dicho que tu fuiste una gran persona y una gran líder cuando estuviste en tu ultimo año de colegio. No pierdo las ganas de que algún día, de alguna manera, me termines de contar toda la historia de la guerra. Y espero ser como tú algún día. El profesor Neville me agrada, aunque es un poquito torpe. He conocido a Albus y James Potter, al principio me evitaron bastante. Me sentí un poco mal porque sé que esos padres eran tus amigos.

Can't Hold us (DM-3T)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora