Capítulos finales, penúltimo, 5.
Llegó un momento en el que entendimos que estar desde la Torre mas alta no nos serviría de nada. Pocos eran los enemigos que se desplazaban por los cielos, y sinceramente uno no podía calcular bien la puntería desde tanta altura, por lo que decidimos ir a ayudar a la gente que está en los pasillos. Pero mi cerebro me juega una mala pasada, por lo que pienso que la cabellera rubia que estoy viendo desde la altura es él. Digo que será más rápido si salto por la ventana, y antes de que alguien de mi topa se oponga, estoy cayendo en caída libre, transformándome tan rápido como puedo, antes de tocar el suelo y volver a mi forma normal. Aterrizo cerca de el susodicho quien yo pensaba era Draco, pero descubro que no es así, es un mortifago cualquiera, gruño en decepción y me pongo en guardia porque hay mortifagos que se dan cuenta de mi llegada y deciden atacarme a mi. Intento aparecerme y lo logro, pienso que Snape retiró todos lo hechizos protectores cuando la guerra empezó. Diablos, las dagas y yo seremos muy buenas amigas.
Ingreso corriendo al castillo, porque he recibido el Patronus de McGonagall diciendo que necesitaban refuerzos en donde sea que estaban, por lo que al doblar en una esquina el siguiente espacio me encuentro en un corredor lleno de duelistas. Los retratos a ambos lados de los luchadores estaban abarrotados de figuras gritando consejos y dando ánimos, mientras los mortifagos, tanto encapuchados como no, se batían a duelo con estudiantes y profesores. Dean había logrado hacerse con una varita, por lo que estaba cara a cara con Dolohov, Parvati con Travers. Levanté mi varitas , listo para golpear, pero los duelistas estaban tan entremezclados y compenetrados que si lanzaban maldiciones había una fuerte probabilidad de herir a uno de mi propio bando. Mientras aguardaba preparada , esperando la oportunidad de actuar, un gran "¡Wheeeee!"llena el aire y mirando hacia arriba, veo a Peeves que pasaba zumbando sobre ellos, dejando caer tubercolos Snargaluff encima de los mortifagos, cuyas cabezas fueron repentinamente engullidas por serpenteantes tubérculos verdes que parecían gusanos gordos
-¡ARGH!- se escucha el grito desde alguna parte, las plantas flotaban sobre lo que era alguien invisible
-¡Allí hay alguien invisible! gritó un mortifago encapuchado, señalándolos.
Dean aprovechó al máximo la momentánea distracción del mortifago, dejándole fuera de combate con un hechizo Aturdidor; Dolohov intentó desquitarse y, Parvati le disparó una Maldición de Cuerpo Atado.
Había más duelistas sobre las escaleras y por todo el hall. Había mortifagos allá donde sea que mirara. Yaxley, cerca de las puertas de entrada, combatiendo con Flitwick; justo al lado de ellos, un mortifago encapuchado peleaba con Kingsley. Los estudiantes corrían en todas direcciones; algunos llevando o arrastrando a amigos heridos. Dirigí un Hechizo Aturdidor hacia el Mortifago encapuchado, fallé, pero casi hiero a Neville que había salido de la nada blandiendo brazadas de Tentáculos Venenosos que serpentearon felizmente alrededor del mortifago más cercano y comenzaron a envolverle.
Harry, Ron y Hermione se apresuraron a alcanzar la escalera de mármol, que están bajo la capa, con sus pies al aire. A nuestra izquierda un cristal se hizo añicos y el reloj de arena de Slytherin que llevaba la cuenta de los puntos de la Casa derramó sus esmeraldas por todas partes, por lo que la gente se resbalaba y se tambaleaba mientras corría.En el momento en que llegábamos a los terrenos- sin saber muy bien en qué momento- vimos caer dos cuerpos desde la galería de arriba y un contorno gris que tomo por un animal corrió a toda prisa a cuatro patas a través del hall para hundir los dientes en uno de los caídos. Hermione- quien al parecer andaba cerca-, movió con una ensordecedora ráfaga de su varita, Fenrir Greyback fue derribado hacia atrás lejos del débil y desplomado cuerpo de Lavender Brown. Greyback golpeó la barandilla de mármol y luchó por volver a levantarse. Entonces, con un blanco y brillante destello y un crujido, una bola de cristal cayó en lo alto de su cabeza, y se desplomó en el suelo para ya no volver a moverse.
-¡Tengo más! -gritó la Profesora Trelawney por encima de la barandilla- ¡Más para quien las quiera! Aquí...
Y con un movimiento como en un servicio de tenis, levantó otra enorme esfera de cristal del bolso, agitó su varita a través del aire, e hizo que la bola corriera a través del hall y se estrellara contra una ventana. Al mismo tiempo, las puertas de entrada de pesada madera se abrieron de golpe, y más de esas gigantescas arañas forzaron su camino hasta el hall de entrada.
Gritos de terror rasgaron el aire y los combatientes se dispersaron. Mortifagos y estudiantes por igual, y rojos y verdes chorros de luz volaron entre los monstruos que se aproximaban, que vibraron y se alzaron, más aterradores que nunca. Dolohov se me acerca y veo una sonrisa en sus labios, la rabia me llena cada una de las células de mi cuerpo y comienzo a luchar contra él. Dolohov realmente es muy buen rechazando y atacando, por lo que mi nerviosismo me ataca. No puedo morir, no hoy. A lo lejos escucho a Hermione gritar, se que necesitan ayuda, por lo que logro desarmar a Dolohov y corro colina abajo, evitando rayos que cruzaban el campo de batalla. Por cada paso que daba podía ver la situación mejor.
-¡HARRY, VAMOS! -gritó Hermione.
Un centenar de Dementores estaban avanzando, deslizándose hacia ellos, absorbiendo al avanzar, acercándose a los tres amigos.
Vi como el terrier plateado de Ron irrumpía violentamente en el aire, destellaba tenuemente, y expiraba; vi girar la nutria de Hermione en mitad del aire para desvanecerse,
Y entonces una liebre plateada, un cerdo y un zorro se elevaron por encima de las cabezas de Harry, Ron y Hermione, medio segundo antes de que mi tigre hiciese lo mismo. Los Dementores retrocedieron ante la aproximación de las criaturas. Tres personas más habían salido de la oscuridad colocándose junto a ellos, con sus varitas extendidas para seguir proyectando el Patronus: Luna, Ernie y Seamus, los alcance dentro de poco.
-Esta bien -dijo Luna en tono alentador, como si estuvieran nuevamente en la Sala de Menesteres y esto fuera simplemente un ejercicio de práctica de hechizos para el ED-Está bien, Harry... vamos piensa en algo feliz...
-¿Algo feliz? -dijo él, la voz enronquecida.
-Todos estamos aquí aún -susurró ella- todavía estamos luchando. Vamos, hazlo...
Se produjo una chispa plateada, después una luz vacilante, y luego, con el mayor esfuerzo que nunca le hubiera costado, el ciervo prorrumpió desde la punta de la varita de Harry. Fue a medio galope hacia delante, y entonces los Dementores se dispersaron en serio, e inmediatamente la noche se volvió templada de nuevo, aunque el sonido de la batalla circundante sonaba alto en sus oídos.
-No podemos agradecéroslo lo suficiente -dijo Ron con voz temblorosa, volviéndose hacia Luna, Ernie, Seamus y a mi- nos acabáis de salvar...
Con un rugido y un temblor como el de un terremoto, otro gigante emergió tambaleándose de la oscuridad proveniente de los bosques, blandiendo una porra más alta que cualquiera de ellos.
-¡CORRAN! -gritó Harry de nuevo, pero no necesitábamos que se lo dijera dos veces . Todos nos dispersamos, y justo a tiempo, ya que al momento siguiente el enorme pie de la criatura había caído exactamente donde ellos habían estado. Harry echó una mirada alrededor, Ron y Hermione le seguían, pero nosotros ya habíamos desaparecido en el fragor de la batalla,regresando a lo que fue alguna vez la entrada del castillo.

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Can't Hold us (DM-3T)
Fanfiction*Tercera Temporada* La muerte de Dumbledore fue un factor importante en esta Segunda Guerra Mágica. La inseguridad se cierne sobre la población. El actual Ministro de la Magia ha sido asesinado y Voldemort tiene el Ministerio a su merced, tal y cuál...