Can't Hold us (DM-3T)

II.

Despedidas.

Parte uno: Samantha.

Papá me miraba con ojos cautelosos mientras yo estaba recostada en el sillón, leyendo un libro de hechizos. Desde que lo vi en el funeral de Dumbledore, hace casi tres semanas atrás, había cambiado un montón. Estaba completamente nervioso y asustadizo por todo; y no le culpaba, yo también me preocuparía si es que sé que existen posiblidades de que Voldemort me quiera ver muerta. Había decidido venir a verle y quedarme en su casa un par de días, por muy incompetente que fuese a veces, seguía siendo mi padre; y le quería. Subí la mirada hacia él, y encarné una ceja.

-¿Qué pasa?

-¿Por qué estás leyendo eso?- preguntó apuntando en libro.

-Porque hay que proteger la casa a través de un fidelio, y quiero hacerlo yo.

Volví a centrar la vista en el libro mientras leía unas cuantas líneas más, antes de volver a ser interrumpida.

-¿Dónde lo conseguiste? No había visto un ejemplar como ese jamás.

-Lo compré en Estambul el otro día.

-¿¡Estambul!? ¿Tu cuando fuiste a Turquía?!

-Ya te lo dije, hace algunos días.

-¿Armaste un traslador ilegal otra vez? ¡Te he dicho que me meterás en problemas!

-Que tengo diecisiete, y ya aprobé el curso de aparición.

Él se quedó en silencio unos buenos segundos, hasta que sonrió con nostalgia.

-Lo siento, se me había pasado; a veces me pregunto dónde está la pequeña Sammy que corría por la casa buscando un lugar dónde esconderse de Seamus.

-Eso fue como hace diez años, papá.

-Lo sé, eran buenos tiempo, los tres estábamos juntos en ese entonces.

«Los tres» vaya, no era muy agradable escuchar aquello. De vez en cuando el tema del divorcio de mis padres me picaba, y recordarlo ahora me hacía sentir incómoda. El había sido el estúpido que se rehusó a abrir los ojos.

-Y... ¿Qué tal el trabajo?- pregunté, cambiando el tema.

-No hay mucho que hacer, ya sabes, soy asesor del ministro, así que mientras Rufus no me necesite, yo estaré aquí. ¿Qué tal estuvo tu año?

«Fue una mierda, papá. Ya sabes, comencé mis conflictos con mi ex novio, ese platinado de ojos grises, hijo de mortífago y actualmente uno de ellos, supongo que lo recuerdas; tú y su padre fueron bastante cercanos en años anteriores, sip, efectivamente, porque el señor Malfoy necesitaba posicionarse socialmente. Adivina que más, ¡El director fue asesinado aquel día en que mortífagos fueron ingresados al colegio! ¿Bastante extraño, no? También dos alumnos, irónicamente ambos de Gryffindor, fueron casi asesinados, ya sabes, entre collares malditos y licores envenenados. Se nos acabaron las excursiones a Hogesmeade porque era demasiado peligroso. Pero pese a ello, esto, eso, aquello, el año académico fue hermoso, contando que ni siquiera nos terminaron de aplicar los exámenes»

-Estuvo bastante, mmm, agitado.

-Sabes que puedes confiar en mí, Sam.

Vale, oficialmente a mi padre no le importaba lo tribal que podía ser cualquier año de enseñanza en Hogwarts, no le importaba lo que podía haber pasado en el transcurso del año, quería que hablase de los últimos cuatro días de colegio, y yo aún no estaba preparada a hacerlo.

-Papá, yo...

-No quiero que te sientas obligada a hacerlo, se que no estas bien, lo vi en el funeral de Albus, y puedo ayudarte sólo si tu también pones de tu parte.