VII

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No era él.

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*You & I- One Direction; Wrecking ball- Miley Cyrus*

En aquel momento, juro que los ojos se me sacaron de golpe, las lágrimas se marcharon de golpe. Ni siquiera caminé más lento, mi cuerpo se acababa de dividir en dos y tener a Fred cerca sólo empeorará las cosas, lo presiento. El recuerdo de Draco estaba tan fresco, tan latente en mi cabeza, que si cerraba los ojos podía volver a verlo, una y otra vez, hasta perder la poca cordura que me quedaba.

«Si no mueves tus malditas piernas más rápido, el pelirrojo te va a alcanzar y ya no seré yo quién responda por lo que puedas hacer»

«Deja de ser tan gruñona y déjate llevar, todos aquí saben que se gustan»

«No le veo buen futuro a esto, camina más lejos, Samantha, toma a tu jodido fénix y marchate, qué no seré yo quién se quede despierta contigo mientras lloriqueas porque éstas confundida»

«Yo lo haría, sin problema, ahora ve detenido tu andar y deja que Fred te consuela un rato»

«El fénix, Sam, usa el fénix»

Miro a Hestia, quién está en mi hombro, y pienso que esa parte de mi tiene razón, que debería irme, aunque eso signifique desobedecer a mi madre; estar cerca de Fred en estos jodidos días de hormonas multiplicadas, no era una buena idea. Sin embargo, cuando voy a pedirle a Hestia que me saque de aquí, la muy bastarda se marcha de mi hombro, yéndose a-no-se-dónde, dejándome sola con mi mente dividida y un Fred que cada segundo estaba más cerca de mí.

«Maldito bicharraco cobarde, eso es considerado alta traición, ¡Y eso que soy yo quién le da de comer"

Así es como segundos después de ser abandonada por mi cobarde mascota, una de las grandes manos de Fred se desliza por mi hombro hasta engancharse con mi codo, haciéndome detener. Quedamos frente a frente, sin embargo no le miro a los ojos, sé que si lo hago literalmente me odié de por vida. Muerdo el interior de mis labios con fuerza, haciéndome sangrar cuando uno de sus largos dedos se desliza por mi mentón y me obliga a mirarlo. Planeo mentalmente mandarlo a la mierda, prometiendole que yo le carcelaria el pasaje de ida y la estadía, pero como buena alma dividida que soy, mi parte coqueta sale a la luz y pasa uno de los dedos que sé que son míos por un pequeño corte que le sangra en la frente, cerca de la ceja. Weasley sonríe ante mi toque, y yo comienzo a odiarme.

-¿Estás bien?- pregunta mi voz, haciendo que el pelirrojo sonría más.

-Te dije que volvería por ti- murmura suavemente, haciendo que mi corazón se detenga y se vuelva de piedra.

«Aún no es tarde, la mierda está esperándolo a él»

Pego un suspiro y siento que la cabeza se me va a partir a la mitad con tanta voz dentro, Fred entrelaza nuestras manos y las retiro rápidamente mientras nego con la cabeza, intentando tomar distancia de él.

-Fred- gimo- por favor no lo hagas.

El ladea la cabeza y me mira suavemente, mientras se acerca lentamente a mi.

-¿Hacer qué?

Su presencia es tan perceptible que quiero gritar; no le soporto tan cerca, pero a la vez lo hago. Nuevamente toma mi mano, pero esta vez no las alejo, el tacto me reconforta.

-Eso...- susurro tan bajo que hasta dudo que él me escuchase.

-Dame una oportunidad, Sam. Entiende que él te dejó, que se dio cuenta de que realmente es dañino para ti, y que por fin te dio la oportunidad de ser feliz con alguien más, y yo quiero ser ese alguien.

Cierro los ojos debido al dolor que se expande desde mis oídos y me quema lentamente, burlándose de lo vulnerable que realmente soy. Los mantengo cerrados fuertemente cuando al respirar me doy cuenta de qué él realmente me ha dejado.

O por lo menos hasta esta noche.

Draco, frente a mi, pone un mechón de mi pelo tras mi oreja y me susurra que lo siente, y yo se que es así porque lo conozco, y se que alguna buena excusa debe tener. Se que estoy asistiendo porque siento ligeramente la cabeza, ya que el dolor es tan fuerte que me ha adormecido el cuerpo. Dejó salir el aire retenido cuando posa sus labios suavemente en mis párpados, logrando que el color se concentre en mis mejillas ante tan tierno gesto, porque Draco nunca es así, y aquello me conmueve. Espero ansiosa sus labios porque sé que se están acercando a los míos, apesar de que no los veo. Sonrió cuando sus manos comienzan a enredarse en mi cintura y lo imito, cruzando los míos tras su cuello. Pero raramente Draco está más alto de lo que recuerdo y casi tengo que ponerme completamente de puntillas para sentir su respiración chocar contra mis labios. Puedo proyectarlo fácilmente, con sus ojos grices, como plata líquida, mirándome con ansias, con esa sonrisa de autosuficiencia mientras hace un poco de fuerza y me tiene suspendida en el aire, unos pocos centímetros, pero algo es algo. Tengo la necesidad de preguntarle porqué nos hizo esto, porqué tuvo que irse, porqué no se quedó conmigo, aunque hubiese sido una noche más, porqué se fue sin decirme si realmente me quería o todo esto había sido una farza, pero tengo miedo también, porque sé que si lo hago, va a suspirar y rompería todo éste momento.

Toda duda se disipa de mi cuando sus labios vuelven a los míos, probándolos lentamente, como si le avergonzara eso. Y me sorprende, porque me había acostumbrado a que fuese más pasional, por lo menos después de Navidad. Su cuerpo se nota más ligero cuando le atrapo el labio inferior entre mis dientes, y me extraño porque no escucho su pequeño gruñido, aquel que sale del fondo de su garganta para recordarme cuánto le gusta que yo haga eso. Abro mis labios rápidamente al sentir como quiere llevar este beso a otro nivel, introduciendo su lengua a mi boca.

Alguien tose poco disimuladamente a nuestra derecha, y la sangre se concentra en mis mejillas. George- estoy segura de que es él porque ahora le falta una oreja- nos mira con las cejas en alto y una sonrisa pícara en los labios, y yo sólo me preguntó por qué. Sé que si George está acá Fred debe estarlo también, y aquello me hace sonrojar aún más, porque si Fred anda por aquí, lo más probable es que quiera matar a Draco, quizá porque este está en el jardín de su casa, o porqué después de lo que me dijo, aún cree que yo voy a estar con él. Entonces giro mi cabeza hacia Draco para decirle que es mejor que nos vayamos a mi casa, porqur estar haciendo esto en la casa de los Weasley, es una falta de respeto.

La sangre corre fría por mis venas y todo el fuerte color que antes tenía en mis mejillas desaparece.

Quién está frente a mi, quién me tiene entre sus brazos no es Draco, nunca lo fue.

Es Fred.

Can't Hold us (DM-3T)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora