XXXI

3.4K 263 29
                                        

Camino bajo las calles de algún pequeño condado de Sussex. No sé cómo llegué aquí, pero vagar en la mañana de Navidad por las frías calles del lugar parece ser tan tentador. Esto es tan confuso, Sé que él estuvo allí conmigo la noche pasada, no hay manera de que todo haya sido un sueño. Otra lágrima cae desde mis ojos hasta el suelo, perdiéndose y congelándose ahí. Me pregunto dónde estará y por qué no llego anoche. Quizá ya se ha aburrido de mí, quizá ya no soy suficiente para él. Me golpeo mentalmente por pensar eso, lo que piense de mí o no Draco debería darme lo mismo.

Enjuago la última lágrima y miro al frente. Mi cabello se siente pesado y desastroso contra mi cuerpo, La fría nieve se derrite a paso rápido sobre mi temperatura corporal. Hestia repentinamente desaparece de mi hombro, y me pregunto por qué. Sé que son animales inteligentes y todo aquello, pero a veces siento que se aleja de mí cada vez que mi cabeza está a punto de partirse por la mitad. Camino unos minutos más, cuando otra voz llena mi cabeza, y me asusta, porque no es la voz de mi conciencia.

-¿Sam?

El giro que da mi cabeza para encontrarlo probablemente me hubiese roto el cuello, él está ahí, y me mira con la sorpresa palpable en cada uno de los pliegues que se le arman en la frente. Su voz suena un poco diferente, un tanto más rasposa. Me cuestiono si es él realmente. Achico los ojos y dejo que se me acerque un poco antes de apuntarle con la varita.

-Veinticuatro de diciembre, 1994. Siete de septiembre, 1997.

Debería relajarme con esto, pero no lo logro. Mis hombros se destensan un poco, lo suficiente como para lucir relajada, pero lo necesario como para mantenerme en guardia, esto no me da buena espina. Una sonrisa socarrona se escurre por sus labios, mas no me convence del todo. Lo observo caminar hasta que llega a mi lado, y un escalofrío me recorre la espina dorsal en estos momentos, ¿Dónde está su estilo tan ágil y elegante? Pareciese que se ha esfumado de un día para el otro.

-¿Estás bien?- pregunto tocándome la garganta, él asiente y me sonríe.

-Ayer no pude asistir a tu cena porque me encontraba resfriado.

No, no puedo creerle, porque hay algo aquí que no me cuadra, para nada. Sigo caminando y él rápidamente me alcanza, y hasta me supera, porque no se ha dado cuenta que mis pasos se van haciendo débiles. Me detengo en seco y sin decidirlo siquiera mi mano se desliza hasta mi varita, lanzando a través de un hechizo no verbal unas cuerdas que atan sus manos y sus pies. Soy rápida y le arrebato la varita al cuerpo que finge ser mi novio y que está cayendo al piso. Niego con la cabeza repetidas veces y al comprobar que siquiera es su varita, giro sobre mis talones y me marcho del lugar.

(...)

Nada me parece importar mientras tengo los ojos abiertos y mi cuerpo reposando sobre la comodidad de mi cama. No recuerdo muy bien como llegué ni cómo es que me encuentro con otra ropa. He escuchado la puerta de mi habitación abrirse y cerrarse un buen número de veces. Siento voces hablarme y personas a mi alrededor, pero lamento saber que no estoy pendiente de lo que está pasando realmente. Estoy bastante enterada de que mamá sabe lo que pasó, ha sabido utilizar la oclumancia en mi contra y ha visto todo lo que ha ocurrido. Jamás había encontrado más espeluznante el hecho que otra persona se meta en tu mente, manipule tus paredes personales e invadan lo que es personal e intentas olvidar.

Abro los ojos y todo está oscuro. Me remuevo en la cama y encuentro a otro cuerpo junto a mí en la almohada. Pienso que puede ser mi madre o Remus, pero el olor que desprende me hace gritar fuertemente. El sujeto se despierta y se sienta en mi cama, mirándome con ojos alarmados, intenta tranquilizarme, pero de mi garganta siguen saliendo gritos despavoridos. Mamá llega a mi cuarto, abriendo la puerta de golpe, con Remus a la siga.

-Es él, Sam, es el verdadero él.

Murmura mamá rodeándome con sus brazos, las lágrimas caen por mis mejillas mientras lo miro de reojo.

Sé que es él, porque está llorando.

Sé que es él porque veo ese pánico en los ojos, sentimiento que es mostrado solo unos segundos. Que luego desaparece, se va, se esconde tras la frialdad de sus ojos.

Me separo de mamá y lo abrazo a él fuertemente. Draco suspira y comienza a llorar con más fuerza. Yo también estoy llorando. Quiero que deje de llorar, pero él lo sigue haciendo. Parece que se ahoga con su propia respiración, parece convulsionar con cada sollozo. Entonces lo abrazo con más fuerza, dándole pequeños besos en la zona de su cuello.

No noto cuando mi madre y Remus abandonan la habitación, ni cuando él y yo dejamos de llorar, sólo sé que no lo quiero dejar nunca más, y que me gustaría vivir en otro tiempo junto a él, sin guerra, sin enemigos, sin gente que quiera matarme a él o a mí.

Nos volvemos a acostar en mi cama mientras él dice cuanto lo siente, que mamá lo ha mandado a buscar con el fénix, y que le ha explicado todo. Se hecha toda la culpa, le digo que no es así. Nos besamos un par de veces. Me rodea con uno de sus brazos. Yo me duermo al poco rato. Él sigue despierto.

*******************

Heeeey, adivinen quién ya está de vacaciones de verano. Ahora podré subir más seguido y terminar la novela de aquí a Enero! Este capítulo me gustó mucho, lo tenía planeado desde tiempos remotos y aquí está-.

El gif de la multimedia me lo mandó alguien en anónimo a mi tumblr: www.acciomariposa.tumblr.com y me gustó mucho y fue como wow, anon te re amo. Eso.

¿ALGUIEN VA A IR A VER A ED SHEERAN? COnfirmó a Chile y yo voy a ir *lloran2*

Can't Hold us (DM-3T)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora