XXVII

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Ambos abren los ojos con una sonrisa en la cara. Primero se despierta ella, luego, media hora más tarde lo hace él.

Anoche no durmieron juntos, ella se había dormido cercano a las diez de la noche luego de literalmente dar vuelta toda su habitación buscando las cosas que debía guardar en su baúl ya que a la mañana siguiente viajaría hacia su casa a pasar las vacaciones de Navidad. No sabe si fue obra de Merlin o una mera coincidencia, pero todos los alumnos de Gryffindor regresarían a casa, por lo tanto, quedaba libre de su papel de Delagada de clases desde el momento en que el Expresso Hogwarts llegara al anden nueve y tres cuartos. No corría la misma suerte que Blaise, en cuya casa más o menos quince alumnos se quedaban en el castillo, mas aquello no significaba que el moreno se quedase en Hogwarts, Slytherin no corría peligro, sus alumnos podía quedarse solo con los prefectos. Terry y Ernie igualmente viajarían a sus hogares, dejando a los escasos alumnos bajo tutela de los profesores y sus prefectos.

Draco se tapaba la cabeza con una almohada, ente molesto y divertido, porque Crabbe y Goyle peleaban por un calcetín que ambos instían de que pertenecía al otro. Nott parecía no notarlos ya que seguía durmiendo plácidamente. Gruñó y giró sobre su espalda, mirando hacia su velador. Tenía una foto de él y Sam, ambos salían muy pequeños, en su primera Navidad juntos, hace ya casi tres años atrás. Una sonrisa boba se filtró por sus labios sin quererlo. Aquella chica le hacía tan bien...

Sam salió de su habitación con su baúl mágicamente a la siga. En la sala común se encontró con niños de los primeros años pidiendo ayuda para buscar ciertas pertenencias por lo que llegó ciertamente se le hacía tarde para desayunar.

A pesar de que el cielo del Gran Salón estaba algo grisáceo, el real se encontraba blanco y difuminado, desde anoche que caía una ventisca por lo que todos esperaban un os buenos centímetros de nieve en las afueras del pasillo. Draco al entrar al comedor se sentía un tanto intranquilo. A pesar de que ahora los veinticuatro a la medianoche no era su aniversario con Sam, sentía la necesidad de que ambos se juntaran a cenar aquella noche. Mas, las condiciones en que se encontraban ahora no lo ameritaban, es decir, ¿Qué madre en su sano juicio dejaría a su única hija fuese a casa de un mortifago? Ninguna, y él sabía que Addisson no seria la excepción, además las posibilidades que él fuese a cenar a casa de ella también se reducían por la misma razón, sin contar lo incómodo que sería aquello. Una casa llena de miembros de la Orden con un mortifago no era buena combinación. Levantó la mirada de su ya vacío plato y buscó a su novia en la mesa del otro de lado del comedor. Mas ella no estaba.

Respirando profundamente y luego de repetirle a una niña de primero que las almohadas no podían ser sacadas por décima vez, se acomodó el cabello tras los oídos y comprobando el reloj en su muñeca, identificó que ya no tenía tiempo para desayunar; ya se las arreglaría en el tren. Fudge caminó hasta su habitación y la cerró sin antes mandar al fénix a casa de su madre. Cuarenta minutos después, ya se encontraban en la estaciones de trenes de Hogsmeade, preparándose para subirse al tren. No había visto a Draco hasta el momento, tuvo que ir todo el rato mirando que todos los niños de los cursos inferiores fuesen en los carruajes y que ninguno se bajase de "manera incidental". Estaba muy agotada. Ahora entendía a la perfección las constantes quejas de Hermione. Su mente viajó momentáneamente hacia la hora de la cena. Sabía muy bien que Addisson haría una cena, que iría Tonks, Andrómeda, no sabía muy bien si Ted Tonks alcanzaría a llegar, Remus y ella. Sin embargo, sabía muy en el fondo que quería ver a Draco en la mesa de su comedor, probablemente a su lado, quizá un poco incómodo, quizá un poco callado, pero al fin y al cabo ahí, con su familia. Juntos en las vísperas de Navidad. Neville la trajo a la realidad chasqueando los dedos frente a sus narices. Ya debían subirse al tren. Miró a su alrededor y encontrándose con Alecto mirándola fijamente subió al tren.

Can't Hold us (DM-3T)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora