Can't Hold us (DM-3T)

XXXIX

Capítulos finales, 4.

El problema mayor fue que nadie dijo dónde tenían que evacuar los alumnos, por lo que luego de salir del Gran Salón había una larga fila de alumnos, prefectos, Filch y el Premio Anual de Slytherin sin saber que hacer. Aceleré hasta llegar al lado de Zabini, y me transformé al momento de tocar el suelo, ganándome la atención de bastante gente. Acababa de revelar uno de mis más grandes secretos, pero en estos momentos poco importaba. Pansy Parkinson tenía sus cejas completamente encarnadas y su cara revelaba su sorpresa.
Paso una mano por mis pantalones y sonrío un tanto incómoda.
-Por aquí-

Guíe el grupo hasta la Sala de los Menesteres, encontrándome con Ginny sentada, jugando con sus manos, impaciente. Muchos alumnos- la mayoría del grupo- no tenían idea de la existencia de este lugar, por lo que el murmuro se incrementó cuando la sala apareció frente a nosotros. Weasley se apresura en ponerse de pie y correr a abrir el retrato que conduce a Cabeza de Puerco.

El sonido de cientos de personas avanzando al interior de la Sala de los Menesteres- que comenzó a hacerse más y más espaciosa para permitirnos entrar- fue haciéndose más elevado mientras regresaba hacia el final de la fila, buscándolo a él. Los prefectos estaban gritando instrucciones, intentando llevar la cuenta de los estudiantes de sus propias casas; había muchos empujones y gritos. Vi a Zacharias Smith derribando a estudiantes de primer año para llegar al principio de la cola, la sangre hirvió por mis venas, él tampoco me agradaba mucho. Aquí y allá estudiantes más jóvenes estaban llorando, mientras los mayores llamaban desesperados a amigos o hermanos, y nuevamente no había rastro de él.
Entro en la sala y ayudo a los dos prefectos de Gryffindor ha llevar la cuenta de los alumnos que no tienen dieciocho años. James llega a mi lado y toma mi mano entre sus pequeños dedos, jalando de mi brazo, intentando ganar mi atención. Me agacho hasta quedar a su altura y acuno su cara entre mis manos.

-¿Nos veremos después de esto?- su voz suena débil, haciéndome sentir repentinamente triste, asiento un par de veces antes de poder hablar.
-Estaré esperando tu lechuza con la dirección de tu casa para visitarte.

Él sonríe y me muestra sus dos pequeños hoyuelos, le sonrío de vuelta y me pongo de pie.

-¡Slytherin primero!- gritó por sobre el murmullo, esas fueron las órdenes de McGonagall y debo respetarlas. Mientras Pansy es lidera el grupo, seguida de Filch, siento la necesidad de mandarle un Patronus a el hermano de Dumbledore, pensando que era mejor advertirle de la cantidad de estudiantes que usarán su local como centro de viaje. Zabini cierra el grupo y me sonríe, abrazándome suavemente, gesto que me toma por sorpresa. Le entrego los trasladores que se activarán en media hora y él carraspea la garganta antes de hablar.

-Nos veremos pronto, Sam. Si veo a Malfoy lo golpearé un poco antes de mandártelo.

Asiento y río con tristeza antes de agradecerle al moreno.

(...)

Faltan seis minutos para la media noche cuando el último grupo de alumnos de Gryffindor es evacuado, sabiendo que los traslados los enviarán a un pueblo cercano donde los padres podrán recoger, salgo del pasadillo, hacia la Sala de los Menesteres, preparada para ir a luchar. Pero al entrar me doy cuenta que ya no es solamente Ginny la que espera en la sala, sino que también se le ha unido a su vigilia la abuela en el Neville, sorpresa la sorpresa me aborda porque Dora debería estar en su casa cuidando de Ted y siendo vigilada por Andromeda, entonces ¿qué estaba haciendo aquí?

-Diablos, Dora, si Remus te encuentra aquí va a matarte, me encantaría quedarme a conversar pero tengo que ir a mi puesto.
-¡Suerte Sam!- grita Dora antes de que yo salga por la puerta, ¿Quién pensó que aquella sería la última vez?