Golpeaba con impaciencia el pie sobre el suelo, estaba escribiéndole una carta a Sam. No sabía muy bien dónde estaba, pero me ha dicho que la única forma de contactarla es a través de cartas. Pienso explayarme con mucha dedicación, mostrándole cuanto la extraño, pero cada vez que escribo algo suena más y más frío y cliché, y a ella no le gusta lo común. Suspiro rendido y comienzo a sacarme los zapatos para poder dormitar un rato: la noche ya ha caído sobre estos lugares del hemisferio norte y realmente estoy muy cansado. Cuando estamos en Hogwarts, normalmente me escurro a la pieza de Sam, y la mayoría del tiempo hacemos de todo menos dormir, soy un ser humano, yo igual necesito descansar. Hay un par de redacciones que debo entregar, y las tengo un poco avanzadas, mas no poseo ganas de seguir, le pediré ayuda a alguien algún otro día.
Termino de quitarme los zapatos cuando escucho un gran alboroto en el piso inferior, Merlin, soy tan asquerosamente curioso que vuelvo a calzarme y me arreglo un poco el cabello. Hay muchas voces, pasos y gruñidos, el aire se vuelve turnio y creo que Fernir está acá. Si hay un ser que detesto en este mundo que no sea Voldemort, es Fernir Greyback. Pasos acelerados se escuchan y mi puerta es golpeada suavemente. Camino y la abro. Mamá me mira expectante.
-Baja ahora mismo- su voz es dura, como nunca se ha dirigido a mí. Asiento y bajo rápidamente las escaleras con ella pisándome los talones, el ruido proviene de la sala principal, entro y me encuentro con una de las escenas más extrañas que he vivido.
Los carroñeros entran con diferentes magos a la rastra, uno de cara deformada, a Hermione Granger y a Ronald Weasley. Mi corazón se detiene, tengo que avisar a Sam de esto. Mi padre está sentado en uno de los sillones, se levanta de golpe al ver la escena.
-¿Qué significa esto?- aquel hablar arrastrando las palabras de mi padre era tan inconfundible. Me estaba comenzando a asustar de verdad, no veía como ellos pudiesen salir de ahí, y si no los ayudo, Sam me odiará.
-Dicen que han capturado a Potter- explica mamá sin emoción alguna- Ven aquí, Draco.
-Y bien, ¿Qué dices muchacho?- habla el hombre lobo.
Me acerco a paso inseguro hacia el chico que tiene la cara deformada, soy mucho más alto que él. Greyback mueve al chico más cerca de la araña de luz que cuelga en el techo. Diablos, es Potter, pero ¿Qué le ha pasado en la cara? Tenía la cara enorme, brillante y rosada, las facciones estaban todas deformadas, el pelo negro le llegaba hasta los hombros y una barba rala le cubría el mentón. Él evitaba mi mirada.
-¿Y bien, Draco?- repite papá con avidez- ¿Es él? ¿Es Harry Potter?
-No sé... no estoy seguro- respondo, manteniendo mi distancia con Greyback.
-¡Fíjate bien! ¡Acércate más!- Jamás había escuchado a mi padre tan ansioso- Escucha, Draco, si se lo entregamos al Señor de las Tinieblas, nos perdonará todo lo...
-Bueno, espero que no olvidemos quién lo capturó, ¿verdad señor Malfoy?- terció el hombre lobo, amenazador.
-¡Por supuesto que no! ¡Por supuesto!- replicó papá con impaciencia- ¿Qué le hicieron? ¿Qué le pasó en la cara?
-No fuimos nosotros.
-Yo creo que le han hecho un maleficio punzante- a continuación examinó con sus grises ojos- idénticos a los míos- la cara del chico- Si, aquí tiene algo. Podría ser la cicatriz, tensada... ¡Ven aquí, Draco y mira bien! ¿Qué opinas?
Me acerco más, incapaz de controlar mis sentimientos, se que estoy mostrando mi resistencia, mi temor.
-No lo sé- insisto, retirándome hacia la chimenea, desde donde mi madre contempla la escena.

ESTÁS LEYENDO
Can't Hold us (DM-3T)
Fiksi Penggemar*Tercera Temporada* La muerte de Dumbledore fue un factor importante en esta Segunda Guerra Mágica. La inseguridad se cierne sobre la población. El actual Ministro de la Magia ha sido asesinado y Voldemort tiene el Ministerio a su merced, tal y cuál...